GÉNESIS
Sinuosos caminos de hojas vacías
atraen
inagotables creaciones,
vivaces,
enérgicas, audaces
que
emergen, me abrazan o me esquivan.
¿Sabrá
de signos la mano que conduce la
pluma,
o
el papel, dónde se ocultan las
palabras?
O son las notas que ruedan por mis
labios,
que
al compás de las letras,
que
atentas, alertas, discretas,
vigilan
mis rimas y sacuden mi alma?
Las figuras,
como
aves multicolores, anidan en mi
mente,
audaces,
lúgubres, doradas, todas amenas.
Difícil el camino, bosques y fuego,
en
mí la lucidez y la memoria,
desde
mi soledad y más cruda tristeza
donde
nacen amores, odios y esperanzas,
emergen
la luz, los paisajes, los besos.
Tú, como yo, somos el todo y la
nada,
soy
el horno donde se cuecen los
manjares misteriosos
que
formarán nuevos poemas, nuevas
historias
plasmadas
con las delgadez de la tinta,
y
tú eres mi musa inspiradora
de
letras unidas en jóvenes versos y
prosas.
DESAMOR
EN
ABRIL
Quemaré mi más calida inocencia
evitando
que te alejes con premura,
con
la calida brisa y en la levedad de
la nada.
Y aunque sombríos y lúgubres momento
me rodean,
sé
que las aves trinarán en la mañana.
Quemaré mis sueños en tus sueños
y
veré tus labios humeantes como
brasa,
como
estrellas brillantes en el alba,
son
fútiles rubíes de cometas
extrañas
lágrimas de plata.
Sobre islas y hojas amarillas
cuales
trozos de romances y de alas.
Como el valiente adalid de tus
promesas
domaré los vientos por confusos
senderos de la playa,
buscando
en cada roca tus recuerdos
y el aroma a jazmines de tu alma.
Seré bruma como tú,
y
lejanía,
de
místicos encuentros,
de
légamo y de piedras,
de
huracanes,
de
espumas y de ladridos
de
canciones olvidadas y de cuerdas.
Llegó la lluvia con su tul y sus
aromas
escurriéndose
en la verde enredadera,
sobre
flores del aire, nidos vacíos,
parques
silencios y hiervas secas.
Al fin, todo será olvido en el
olvido,
y
nuestros sueños fríos en la nada
flotarán
juntos con la muerte a la deriva,
no
pudiendo ser felices entre palabras.
Agoniza nuestro amor en este
encuentro,
ya
no habrá recuerdos ni mañanas.
DESENCUENTRO
Estás lejos de mí y estoy tan cerca
de
la suavidad de tu rostro al áspero
invierno,
en
tu crisol de risas y miradas
brillantes
formas
sutiles, aromas melosos, ligeros
atuendos.
He cruzado por sendas escabrosas
recorriendo dos
tercios del camino,
espinas
y miedos tallaron mis manos,
sin
anhelos heroicos ni aventuras
abandono
el decoro y la ignominia.
Este olvido silencioso es mi morada,
mi
idilio la tristeza, el cansancio, la
desidia;
tú,
la luz de la luciérnaga que hirió la
noche,
tú,
la nube viajera,
yo,
el sendero sombrío.
Quedaré taciturno en tu partida,
viajarás
rauda por silenciosos pasajes,
y,
al final, cuando regreses
de
amarguras llena y de rostro frío,
hallarás
la casa de tus metas,
vacía,
melancólica y minúscula,
corroída
por el tiempo,
solitaria,
húmeda, marchita,
con
los muebles rotos, deslucidos,
desde
nuestra cama de soledad y de
desdichas
mi
alma habrá partido. |