SUSURRO DE ESPERANZA
Hoy me llegó un tenue susurro,
cálido, no sé, tal vez fue tuyo.
Tenía leve aroma a tu existencia.
Tú lo sabías, hoy, estoy triste.
Se cerró una puerta.
No importa, dijo perentorio el susurro.
¡Se abrirá una ventana!
Pero, es que ahora, ahora,
se me ha cerrado otra,
ésta golpeó más fuerte.
¡No inquietes!
Me cosquilleó la voz en mi oído,
¡Se abrirán más ventanas!
Se abrirán sin prisas,
de una en una.
¿Pero qué importan las ventanas?
¡Yo quiero salir por la puerta!
Indivisos podemos salir por las ventanas,
apuesta por volar alto,
me susurró de nuevo.
Pero, ¡quiero y no puedo volar!
Hoy tus alas son frágiles,
me dijo,
pero no te lamentes,
próximamente, volarás muy alto.
CAMBIOS
Era inminente el cambio
y tenaces quienes te rodeaban.
Leve ya mi existencia,
navegante en ilusiones.
Rotundo era el silencio,
frágiles mis lágrimas,
que una a una en suspense caían
como si fuesen gotas danzarinas.
Incesante demora
que cada fugaz segundo
transfiguraba los más bellos sueños.
Usurpadores de almas
que me arrebataron la tuya,
como en aquella, nuestra alcoba,
donde en el vaho del cristal
se disipó también la mía.
POR SER TÚ
Hoy quiero dedicar,
un trocito de mi vida a ti.
Por ser tú.
Mágico amigo,
peculiar con tu presencia
y gran despliegue de recursos.
Quiero agradecerte
ser mi espejo en tan duros momentos.
Hacerme creer
que de nada sirven los resentimientos.
Gracias de nuevo,
por ser con la tuya mi voz.
Agradecerte que no sean
póstumas mis palabras,
que no sea hoy imperceptible mi sonrisa,
que aún tímida te mira.
Me mostraste un trocito de cielo,
de tu cielo.
Inmenso trocito,
que hoy es mi primordial deseo.
Apostaste con riesgo,
jugaste conmigo a la misma carta.
¡Vaya baza!
Hoy sí, querido amigo,
enmudeció el viento
cuando yo seriamente le dije
que eres el amigo que más quiero.
MENTIRAS
Hoy la he visto.
Aquella, su figura,
cual trovador
intentando recordar
su extraño espíritu solitario.
Corazones desgarrados,
mentiras sin ansiedad.
Viajero embriagado por su destino.
Sinuosos los rincones del corazón.
Y vasta como la noche
era su ingenua y dulce alma.
SOLITARIO
Caminaba absorto en sus pensamientos,
un cigarro en la comisura de los labios,
mientras la niebla cubría la ciudad.
La mirada perdida, triste y fría,
y una bucólica figura dibujaba su alma.
Largos ecos confundidos en la noche,
sonidos acunados por el viento.
Baños de pereza en el corazón,
insondable tristeza…
Hechizos de misterio inundan su mente.
Y una mágica oleada de viento fresco
acariciaba su alma.
A lo lejos, cielo claro.
Llegaba el alba. |