N.º 55

MAYO-JUNIO 2008

4

   

  

  

  

ANTOLOGÍA POÉTICA

Por Rocío Soria 

   

  

   

LLEVO HORAS TRATANDO DE REGRESAR

Llevo horas tratando de regresar las piezas a su sitio

atando el fardo

                        volviendo el contenido a la manga.

  

            La gelatina cuaja en las cerraduras.

      Gira un coleóptero rojo.

  

Una hoja fresca cae desde la turgencia de su labio inferior.

  

 Es el momento en que el azul oscuro trinca los espacios de la alcoba.

      Tiende los brazos como la sombra de un cristo

   

      orina

              respira

                          cojea

     tose.

   

Los dibujos sobre la cama se arrancan uno a otro

                               separan las canicas de sus ganglios

              por tamaños, colores y consistencias.

     

Rosas purpúreas saltan de sus bocas.

  

  

  

LA MIRADA RUEDA COMO UN CARRO

La mirada rueda como un cacharro

      se vuelve cajetilla vacía.

       

      Abraza las rodillas al estómago

      con todas las muecas indóciles de la enfermedad,

                                                           boquea espeso,

                                                                                  jadea,

                        guarda los brazos bajo la bata.

  

  

  

SUMERGE SUS DEDOS

Sumerge sus dedos para comprobar la tibieza del cultivo

no hay nada de especial en el frasco salvo un vapor dulzón,

tiembla por ese recuerdo de su colección de bolas y botones

  

aspira hasta llenarse

aprieta los labios para darse el valor y permanecer al filo del lienzo

      cierra los ojos con la fe del último esfuerzo

      se contiene

      se columpia

        

tiembla por las veces en las que sin causa aparente

  

      tiembla por las manos volteando los ojos en las escaleras.

  

¿Escuchas?

son las voces que vienen del túnel

y que se le adherían a medida que iba creciendo, canciones parcas.

  

El dolor, en este punto, no es más que un cosquilleo raquídeo

      o levedad suspendida en vasijas comunicantes.

   

Ya no hay recuerdos

        sólo ese susurro interminable de los olvidos como en un velorio…

   

   

   

LAS ANTIGUAS DE MÍ MISMA

Las antiguas de mí misma

deben haber muerto

en fibras blancuzcas,

en aserrines

      tropezándose en sus mismos pies,

      ahorcándose en sus propios brazos.    

  

Las otras de mí

deben haberse contenido el peso de las pupilas

      en los pañuelos de sangre,

      deben haberse colgado en los muros

      a desgajarse el pellejo a piedras.

       

Encuentro que estoy hecha de fríos

      como las otras

      lo sé porque el dolor de vivir

      se me ajusta a la espalda

      y me circula como un hematoma negro.

   

Voy oscura, descalza

      como si ya me hubiera unido a las sombras para siempre

      como si ya hubiera vivido siempre

      trago cuchillos,

me deleito sorbiendo agua sal por las ternillas

      hasta llenarme el estómago,

      hasta volverme cianótica.

        

El dolor es una especie de éxtasis:

      lloro detrás de la cortina

      y me gusta cómo mis lágrimas se van espesando.

      Es como haber ingerido solvente.

  

¿Hasta cuándo podré reír?

      no puede existir un placer tan gratificante

      como el dolor que me abunda.

¿Hasta cuánto fuego podré tolerar?

  

Estoy hecha de eritemas

como quien guarda alacranes en el cajón

      y se los traga

      y deja que lo piquen hasta hacerse inmune.

  

No hay poción, ni raticida para el dolor

      solo me queda apretarlo hasta que de tanto apretarlo

      me vuelva insaciable.

      Sin embargo

      hoy no estás y eso si es insalvable

      es una nueva mutación del dolor.

      Las otras de mí deben haberse colgado en los muros

      y despellejado a piedras.

   

   

              

              

   

   

  

ROCÍO SORIA R. (Quito, Ecuador, 1979) ha cursado estudios universitarios en la Facultad de Comunicación Social de la Universidad Central del Ecuador. Su labor creativa cuenta, entre otras obras, con el poemario Huella Conceptual, que le mereció el Segundo Premio en el Concurso de Poesía 2003 organizado por el Departamento de Cultura de la Universidad Central del Ecuador, y, en 2008, El Cuerpo del Hijo (Rueca Eds., 2008) otro libro de poemas. Entre otros reconocimientos a sus méritos literarios, pueden citarse el Primer Premio en el ‘Concurso Interuniversitario de Relato Corto’ organizado por la Universidad San Francisco de Quito (2005); el Premio Nacional de Poesía ‘Fanny León Cordero’ organizado por la Asociación Ecuatoriana de Escritoras Contemporáneas (2005); la Medalla de Bronce en el género cuento en el ‘Concurso de Poesía, Cuento y Ensayo’ organizado por la Facultad de Filosofía, Escuela de Lenguaje y Literatura de la Universidad Central del Ecuador (2006), y el Primer Premio ‘Concurso del Libro y de la Rosa’ patrocinado por la UNESCO y la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (2006).

    

  

    

GIBRALFARO. Revista Digital de Creación Literaria y Humanidades. Año VII. Número 55. Mayo-Junio 2008. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2008 Rocío Soria. © 2002-2008 Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga.

    

    

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