HUMEDAD
Al cerrar la puerta quedaron solos.
Desde la pared,
la pequeña mancha
era testigo del amparo.
Almorzaron sus miserias
bajo el mármol,
durmieron ese sueño de pájaro
olvidando al viento.
Ya no había ventanas posibles
y, alrededor, la mancha crecía.
Ni otoños, ni lunas
vencieron el hechizo.
Espaldas encorvadas,
mesa rutinaria
para el sol olvidado.
Ahora la pared es gris.
Sus corazones, sólo humedad.
ELLOS PARIERON A SUS MADRES
Ellos parieron a sus madres
y éstas llevan sus fotos mostrando al mundo
que no hay naufragios.
Ellos, los ausentes,
denuncian con sus gritos
la poca memoria
de los que, salvándose,
se quedaron en la barca.
Sus madres también gritan
y descubren que en el fondo del mar
florecen jardines.
LOS HE VISTO COMER LOS CRÁNEOS
Los he visto comer los cráneos,
morder las pupilas,
deglutir el corazón.
Sé de sus fiestas, donde se ofrendaba
la alegría de los otros,
las utopías y los destellos.
Supe que embargaban todos los cielos,
que arrancaban las fotos,
que ocultaban los huesos.
Ahora, en la calle caminan,
hombres vacíos.
ESCRACHE
El gusano se preocupa por su casa,
los tomates en la puerta,
huevos en las paredes.
Lee en su ventana la palabra asesino
y le indigna le ensucien el cristal.
El tiene un balcón a la calle,
nietos corriendo en su living,
mira televisión,
lee la Biblia, se acuesta temprano.
El gusano ríe,
mientras niños sin nombres
lloran ausencias.
SIETE AÑOS TARDAMOS
Siete años tardamos
en escuchar los gritos.
Fosos,
masacrados úteros,
sueños robados.
Siete años tardamos.
Hoy aturde el silencio
y nuestra vergüenza.