LLEGAN LAS LEGIONES
No agitaros, ciudadanos, saludaron,
—llegaron bajo un ondulado mar azul—
traemos una lengua y la palabra,
también héroes y la leyenda de los dioses.
Venimos desde Roma atraídos
por este paisaje de luz y brisa azul y verde,
las viñas, los olivos, un río que endulza.
Placer para el descanso del guerrero.
Tras la calma, las legiones oraron,
se desprendieron de sus armas y escudos,
fijaron sus tiendas en el nuevo suelo,
ondearon los estandartes al viento.
¡Qué belleza, parece Roma!
¡Queremos ser cautivos de este cielo!
Su grito se hizo eco y verso acompasado:
no existe ciudad sin nombre y mitos,
¡se llamará Itálica! ¡La tolerante!
Los héroes y los dioses llegaron más tarde.
Cuentan que, sorprendidos, se arrodillaron.
EL NACIMIENTO
Así nació Roma,
entre verso y verso,
cuando una loba feroz
quedó amansada
por el mito inocente
de dos gemelos.
Así nació Itálica,
de sus tetas mamando
Rómulo y Remo.
ATARDECER EN EL ANFITEATRO
José M. Rodríguez Hidalgo
Es con el sol de la tarde, ya inclinado,
cuando la vestidura gris del Coliseo
asume la pátina de la historia.
Ondulaciones y arrugas en sus piedras
por el tiempo carcomidas.
Y un silencio descendiendo llega,
baja, por las gradas hasta el foso.
Y el soñador se ensueña en sus ruinas
hasta que cae redonda la luna
sobre la oblicua arena.
Es la luna de las grandes fiestas,
no exenta de belleza,
que el soñador ensueña.
LA BALANZA DE LOS HÉROES
Alivia el peso de los días
corregir las haches de los héroes,
sus pagados panegíricos.
Tantas coronas sobre dudosas frentes:
Pedestal de mármol hipotecado
las cloacas, infierno de contestatarios:
Ovidio, desterrado por su verso hiriente,
Cicerón, en el filo de la navaja
y Séneca, víctima de un mal poeta.
¡Tantos! Sin ellos, la copla no cantaría.
Todo, por esta parodia del poder;
de manera que vaya usted a saber,
dónde están los unos y los otros
y el verdor del laurel de sus coronas.
(*Del libro Itálica y otros Poemas, 5.ª
edición, Nuño Editorial, 2010.)
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REFLEXIÓN
No alteres tus formas, el estilo, las
ideas,
esas palabras que son como estallidos.
Poco importan los vientres sentados,
con sus discursos, mentiras y bostezos.
Nada es, frente a los espíritus inquietos.
SOLEDAD
Nada es tan lúcido como la soledad serena,
esa meditación que bucea en lo profundo,
tanto en el amor como en el delirio.
Al principio parece que todo se desploma,
mas pronto, altiva, se eleva sobre uno
y exclama: ¡Todo es digno menos la derrota!
EL POETA Y LA BELLA DAMA
Este viejo poeta, de triste rima,
pide que se le cante algo a la luna,
que parece flotar en solitario
haciendo la carrera de la noche
sin lucero alguno que le diga:
¿Cómo van las horas bellas dama?
Una luna sin poetas es noche oscura,
donde los amantes soñar no pueden
ni reflejar sus cuerpos en el agua
mientras surgen besos y caricias.
EL SÍ Y EL NO DE POBRES Y RICOS
Para calmar la conciencia de ambos estatus.
Si los ricos optaran por ser pobres de
dinero
y los pobres aceptaran el papel de ser ricos,
tan pajolero mundo podría alborotarse
al ser más los pobres ricos que los ricos
pobres.
Tal vez por eso, los ricos se oponen a ser
pobres
y los pobres se apañan con suspiros
y el rosario de plegarias gratuitas.
Por eso, siempre habrá ricos y pobres,
bancos de piedra y bancos de mármol.
Un pobre, a todas horas en cada esquina,
y un rico que vigila las monedas que recauda.
De manera que cada uno aguanta como puede
y a rezar todos, que seguro algo se consigue.
Los ricos calmarán su oscura conciencia,
los pobres esperarán la llegada divina,
mientras, los obispos sudan sus verdades,
emanando extraño olor y escasa gloria.
(Del libro Poesía unida.)
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PAZ EN LA GUERRA
Cuando la angustia ahoga en la soledad del
alba
y el mudo campanario contempla al ciprés que se
mece
dueño de esa mansedumbre de siglos que lo
elevan,
suelo meditar silencioso, mano a mano con mi
sombra.
Y apoyado en la hermandad que nos une, le
pregunto:
¿Quién talló en rico mármol la palabra Paz?
¿Quién por envidia grabó debajo la de
Guerra?
Paz en la Guerra. Guerra en la paz.
Epigrafía del luto
y desgarro inmisericorde de todos los pueblos
Meditando por ese caminar de interiores,
sospecho,
que han podido ser idénticas manos, la misma
gente
sin escrúpulos, propagadores de lutos y
miserias.
Pues si se observa, unos y otros juegan con
dados marcados,
se visten y desvisten como en cuentos de hadas
para sordos.
A veces, cuando la sangre, por su gran
caudal, al correr los salpican,
meditan, calculan, y deciden sacar de la
chistera una paloma.
Luego, hablan de Picasso, como si el llanto
y el luto no existieran
(Del libro inédito Poemas de la memoria.)
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RÍO GRANDE DEL SUR
Aquí el Betis, navegar de mi niñez,
cuánta añoranza al verlo ahora correr.
¿Adónde irá el río que mi aventura fue?
¿A bañarse en mares donde naufragué?
Alma navegante llena de ensueños
hoy ya viejo empapado de orillas
detenido caudal, húmeda añoranza.
PUENTE DE HIERRO
Colgado sobre su olvido,
mi edad lo contempla,
tan huesudo y desolado
mi viejo puente de hierro.
Agua nueva, puente añejo,
aguas que no volverán,
sólo la torre se acerca
cuando la tarde declina
y su sombra lentamente
en su cauce se desnuda.
Siento murmullos de ayer,
los veo en el agua flotar,
recuerdos y olvido serán
cuando lleguen a la mar.
(Del libro inédito Aura de luz y de agua.) |