N.º 60

MARZO-ABRIL 2009

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A QUEMARROPA

Por Roxana Heise Venthur

   

   

P

adre nuestro que estás en el cielo, desde el infierno en que habito te imploro piedad, mientras descubro la luz que trasciende las tinieblas y digo: santificado sea tu nombre. Juro no fue mi intención actuar de semejante modo. Estoy agobiada y sólo deseo un poco de descanso para que, un día cualquiera, venga a nosotros tu reino.

 

 

    

 

 

Tu reino de perdón y misericordia, ajeno al silencio abismal que ahora me inunda. Ni una hoja se movería si no lo permitieras y cuanto sucedió aquel día siempre estuvo en tus planes. Hágase tu voluntad aquí en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Abrí la alacena; saqué el vino añejo que guardaba por años, preparé la receta de comida árabe que tanto le gustaba. Estaba todo dispuesto para nuestro compromiso, pero faltó ese día y todos los malditos días de mi irónica vida. Faltó mientras caminaba por las calles de nadie buscando alguna respuesta, faltó mientras dormías con el rostro caído y la mirada perdida crucificado en un muro, incluso cuando escuchaste: perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Fue una pésima ocurrencia haber llevado la cinta a su apartamento esa noche y pedirle a la mucama una prueba del romance. Los celos me enloquecieron al mirar la grabación. ¡Cómo pudo engañarme con mi mejor amiga! ¿Y amarla de esa manera? Dios, seguro que no concurriste al sitio del suceso; seguías en aquella iglesia crucificado en el muro, ante el fervor de los feligreses clamando: no nos dejes caer en tentación. Me presenté de improviso, estaba solo esa tarde. Saqué el arma que llevaba en mi cartera como amuleto fatal y disparé a quemarropa directo a su corazón. Un hilo de sangre tibia manchó mi falda de lino. Aún lo escucho gemir: jamás me lastimarías, eres mi chica, recuerda, mi chica. Su cuerpo trasfigurado se desplomó a mis pies. Los dedos de su mano derecha intentaron asirse a mis tobillos antes de replegarse. Me miró con pavor. Temblé de frío y miedo, también de culpa. No era mi intención, lo juro por Cristo, por el amor que profeso a su memoria, por el amor que viviré por los siglos de los siglos, cuando vuelva a repetir: líbranos del mal. Amén.

  

  

    
   

Roxana Heise Venthur (Victoria, Chile, 1964) ha publicado sus textos en diversas revistas, entre las que pueden citarse: Escribir y Publicar, Repertorio Latinoamericano, Nitecuento, Gibralfaro, El Escribidor, ADES, Divague, Almiar, Los Noveles, Mis Escritos, Expresiones, Aledaños, Culturízate, Bestiario, etcétera. Su obra ha sido merecedora de diversos reconocimientos: en 2001, obtiene mención de honor en el concurso de cuentos breves “Alfred Hitchcock” por su relato El Nene y, en 2004, resulta finalista en el concurso “Civilia, todos somos diferentes” por Destino, otro relato. Ha colaborado en las antologías Los Magos del Cuento (Eds. El Salvaje Refinado, 2001) y Libertad bajo palabras. Es autora de la novela Frenético Sosiego, seleccionada en concurso del Fondo Nacional de Fomento del Libro y la Lectura (Chile, Junio de 2006) y publicada en formato tradicional.

    

    

GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Año VIII. Número 60. Marzo-Abril 2009. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2009 Roxana Heise Venthur. © 2002-2009 Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga.

    

    

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