A menudo intentamos razonar
A menudo intentamos razonar
Demasiado tiempo
Con excesivo empeño pretendemos
A veces
Lo que no puede pretenderse
El fruto
Casi siempre
Dos palmas vacías
y una pregunta sin respuesta
¿De qué se trata en realidad?
¡Ya no hay vaso que colmar!
¡Ya no quedan lágrimas que lo llenen!
¿Se perdieron o secaron?
No lo sé
Tal vez en soledad
O a orillas de aquel mar
Que de tan profundo
Se creía
Y por no tocar fondo
Se perdió
NO LLORES MÁS POR MÍ.
Hace sólo un par de momentos
Y todo,
Absolutamente todo
Ha cambiado
Ahora, antes y después...
¡Qué horror!
Mi llanto
La fuente del mundo.
AMOR
«Aber nun, da so vieles anders wird, ist es
nicht an uns, uns zu verändern? Könnten
wir nicht versuchen, uns ein wenig zu ent-
wickeln, und unser Anteil Arbeit in der
Liebe langsam auf uns nehmen nach und nach?
Wie, wenn wir ganz von vorne begännen,
die Arbeit der Liebe zu lernen die immer
für uns getan worden ist? Wie wenn wir
hingingen und Anfänger würden, nun, da
sich vieles verändert?»
(RAINER MARIA RILKE: Aufzeichnung des Malte Laurids Brigge.)
Ya lo decía Rilke...
Arrecifes de colgar
Penden
del coral cielo
Atravesando
el atardecer.
Escribo para ti,
Para
llenarte de aire el pecho,
Para que seas grande
Y
te sepa dulce.
Para que florezcas
Y
explotes en arco iris
Galopante,
rocío húmedo
Cálidamente
fresco.
Rilke lo decía,
¿Por qué no cambiar ahora
Que todo cambia?
¿Por qué no aprender a amar,
Por primera vez,
Ahora,
Que
todo es diferente?
Empezar desde el mismísimo principio,
Desarrollarse
y volver a ser
¡Qué bello!
Aprendices,
de nuevo.
MI AMOR AZUL
Hasta el cuello hendida me encuentro
En
aguas azules, perdida, templadas
Tras
tres horas sin rumbo en el centro
Vuelvo
a mi encuentro y olvidé la cabeza
Agua
tranquila y mansa, quieta
Profundamente
apagada, quieta a la espera
Quieta, tranquila y mansa, vacía
No riegan los ríos más que piedras
Y
los rayos del sol no calientan ya la tierra
¿Cuántas veces he rogado al cielo y al mar
Que
agiten con fuerza? ¡No me importa el mal!
BESOS SALADOS
Azul es el de tus ojos, tan azul
Como el azul de una lata de nívea
Negro el de tus pestañas, tan negro
Como el negro de las mías
Carmín, tan carmín el de nuestros besos
Esponjas mojadas, carnosas
Se absorben, se atraen, se conjugan
Se paladean en un solo beso
En una mirada
Destrozándose al desgarrarse
Preciosos labios gemelos
Conchas finas surgidas de la sal
Del salitre de aguas evaporadas
Bebidas y saboreadas
Cocinadas sobre una misma llama
Azul es el de mi amor, tan azul
Como el azul de una lata de nívea
Negro es el de mi niña, tan negro
Como el negro de la tuya
Y fue el carmín, tan carmín
Que del carmín no queda nada
Mas que una ola
Rosa
Espumosa, que arde
Y pica en mis ojos mojados
SÍ. NO. SÍ. NO...
Te quiero.
Del revés te quiero
Te quiero del derecho
Te quiero.
Asustada te quiero
Asustada, muerta de miedo
Te quiero si ...
Si tú me quieres ...
Me parece, que te quiero sin querer.
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