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SELECCIÓN DE POEMAS
El fin de la historia
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Ya no tiene
sentido la normalidad, ha llegado el momento de los
disturbios espirituales, de cortar la calle con macetas,
plantar magnolios en las autopistas, arruinar el futuro
sembrando esperanzas, poner comas entre sujeto y predicado,
correr de espaldas palpando el presente, subir de dos en dos
las escaleras, abrir de par en par las ventanas de los
viejos aposentos modernos, vaciar las estanterías metálicas
Acudir silbando a la biblioteca, enarbolar banderas
transparentes que no nos amordacen los ojos, sorprendernos
abrazados al paria, al que vino de lejos, a la prostituta,
matar de risa al desamor, ir a la oficina de empleo cantando
a Puccini, pagar la ópera con la cartilla del paro, recitar
poesía desde el patíbulo, construir con firmeza en las nubes
Cada noche, soñarse escondido en el jardín, ignorando
elecciones generales y tarjetas de crédito
Del libro Amando Nubes (Talasa Ediciones, Madrid,
1999.)
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Aventuras de barrio |
Amores imposibles cuando
descubres a la chica que en el tren te mira a los ojos cada
mañana haciendo cola en el banco con su novio. Miradas
furtivas en la misa de once que acaban en una cita en el
discobar. Bares con olor a frito donde se niegan penaltis.
Goles marcados al sábado como si en ello nos fuese la vida.
Aceras por descubrir (ínsulas extrañas do luchar contra los
coches, los nuevos gigantes Sancho). Valiente muerte juvenil
sobre las ruedas del fin de semana, equipo de piernas para
sillas de ruedas. Mujeres con depresión que se asfixian
subiendo al cuarto piso. David ecologista intentando abatir
a Goliath ministerio de obras públicas. Cola del paro, Ley
de extranjería, olmos y plátanos por palmeras y lianas
Sin salir de mi ciudad, el mundo se ha convertido en una
apasionante aventura
Solo en Barcelona
Uno no se siente más yo que cuando está solo en una ciudad
que no conoce, y, además, hay calles desabridas con hileras
de dos faros que no se detienen y oloroso silencio frente a
la Sagrada Familia (ese esqueleto de fantasma cuyas puntas
se pierden en la noche del cielo) y el viento sopla frío y
las farolas están tristes y las palmeras quedan ridículas en
aquel frío, y, por fin, La Rambla, donde paseamos todos los
forasteros y miramos cómo recogen las flores y las putas tan
jóvenes y negras y bajamos los ojos y alguien mira y hace
señas y la ciudad es hostil de repente y coges el metro en
Drassanes hasta el frío hostal donde te alojas y en la
habitación piensas que estás solo pero es que esta vez
querías estar solo
Por eso, es mejor que ella no haya venido y hubiese mar y
olor silencioso, fantasma de Sagrada Familia y ciudad que no
conoces, farolas tristes y La Rambla, forasteros y putas y
metro y la habitación del hostal donde estás solo porque
esta vez quieres estar solo
Del libro Ángeles sin Cielo (Ediciones Vitruvio,
Madrid, 2003.)
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Cansancio ajeno |
Hay cada mañana
una mujer María que se sienta al borde del abismo de su
cama, mira hacia abajo antes de saltar, duda sin remedio de
si irá al trabajo
Hay cada tarde un hombre Manuel que se sienta cansado en un
banco del gimnasio, mira su contorno que no cede, piensa en
sacar mañana todo su dinero e irse
Hay también cada mañana un joven Raúl que coge sus libros
para ir al instituto, mira con ojos dormidos el desorden de
su mesa, encuentra el cedé que le gustaría quedarse a
escuchar
Hay cada atardecer una abuela Cipriana que abandona con paso
cansado el cementerio, mira con envidia la tumba del marido,
siente que pronto se liberará de su pesado cuerpo
Del libro Ángeles sin Cielo (Ediciones Vitruvio,
Madrid, 2003.)
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Niños y niñas |
Estás y ya
no estás: dicen que hay muchos niños que mueren de hambre
cada día (estás y ya no estás) y otros niños nacen cada
mañana, como las nubes que no sabes donde qué tierras
mojarán. Hay nubes que están en el cielo mucho tiempo y un
día ya no están (como los niños que a veces ya no están).
Pero el agua que dejaron las nubes pueblan cada tierra de
raíces
(como los niños muertos)
Del libro Asamblea de Palabras (Ediciones Vitruvio,
Madrid, 2007.)
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XIII
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Enseñas
la foto de tus hijos
cuando te piden
el carnet de identidad.
De la serie ‘Ríos de gente’
Del libro Casa de Aire (Ediciones Amargord, Madrid, 2009.)
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8,47 a. m.
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El niño tira la piedra,
muere el pájaro contra el tronco del árbol.
La piedra cae al suelo partida en su frialdad.
El niño mira el pájaro un segundo,
la sangre saliendo por el pico.
Se vuelve, se va sonriendo.
El barrendero recoge
pájaro y piedra
en su carro de basura.
De la serie “Ríos de Gente”.
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Acto primero
Un actor sale al silencio del escenario.
En una esquina, en penumbra,
el reflejo de un cuerpo apenas perceptible.
—He de ir—, dice el actor a la sombra.
En la fila tres del teatro, en la oscuridad,
una mujer aprieta la mano de su hombre.
Acto segundo
La actriz espera desnuda la llegada del hombre.
La espectadora de la fila ocho
mira anhelante los pasos que se acercan.
La actriz sale al encuentro.
La mujer mira a su lado el asiento vacío.
Acto tercero
Oscuridad. Se buscan las manos sudorosas de los actores.
Se hace la luz. Todos aplauden.
El hombre de la fila tres se levanta.
—¡Bravo!—, grita. Ulises no ha regresado.
Acto cuarto
Sola en la inmensidad del pequeño teatro.
La luz ha roto ya la frontera que separaba a los actores.
El héroe, vestido de calle, sale sin ver a la mujer que
aguarda.
Ella presiente la soledad de su cama deshecha.
Acto quinto
Se han marchado todos.
Un cuchillo falso reposa en un estante
recogiendo la tenue luz que entra en el camerino.
Dos maniquíes conversan en silencio sobre
el final del último acto.
Lo permanente se instala en lo vacío de la escena,
posibilidad de ser siempre la última función.
De la serie “Última Función”.
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Espejo |
Un espejo cae a gran velocidad. Apenas tenemos tiempo de
apartarnos. Desde una ventana, alguien ha visto reflejado su
rostro, no se reconoce. Los mirlos, deslumbrados por algún
rayo de sol atrapado por el cristal, huyen de sus ramas. Ha
caído junto a un perro, disimula su miedo con un pequeño
salto, se lame la cola. Miles de pequeños espejos estallan
en la calle, nos persiguen, nos recuerdan nuestras caras
asustadas, nuestro miedo, nuestro asombro. Terminan de
asentarse en el suelo
Silencio. Shock. El llanto de un niño
Hay miradas que comprueban los daños. Otras comprueban que
estamos bien. Alguien ve salir de su pierna una breve gota
de sangre. Los coches reanudan la marcha, convierten en
polvo de estrellas los mil hijos que ha sembrado el espejo.
Una mujer se santigua toma un trozo de cristal, lo
envuelve en un pañuelo, lo echa al bolso. Otra se abraza a
un hombre, llora. Desde las ventanas, los comentarios
acechan una respuesta. Más allá, sobre las azoteas, los
mirlos se reponen. Uno ha vuelto tímidamente a su nido
Echamos a andar. En ese momento la vimos caer a ella. Ya
estaba rota antes de saltar. Alguien creyó verse reflejado
en sus ojos mientras caía
Del poemario Nada Somos, Serie “Yo” (Editorial Luces
de Gálibo, Málaga, 2011.)
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ASOMADA AL BORDE de la máscara está mi rostro, (es así, otro
toca mi cuerpo). El precio que pagan es recibir vida de otra
vida, dejarse impregnar de los aromas que han moldeado mi
sustancia.
Siempre salgo victoriosa de esta cama deshecha, son niños
los hombres en el momento del orgasmo, (o cuando se están
vistiendo y miran de reojo cómo te colocas el sujetador, sé
que en ese momento querrían darme un beso, sobrepasar el
precio que han pagado,
una
caricia,
incluso, por qué no, decir te quiero al oído, muy suave, o
volver a desnudarse, reír, hacer fotografías, recordarlas,
recordar al menos que algún día, desnudos junto a otro
cuerpo, fueron un poco felices)
Asomada al borde de la máscara está mi rostro
no soy yo quien la lleva puesta
(Poema inédito.) |
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FRANCISCO CENAMOR
(1965, Leganés, España). Es autor de los libros Amando nubes (Talasa
Ediciones, 1999), Ángeles sin cielo (Ediciones Vitruvio, 2003),
Asamblea de palabras (Ediciones Vitruvio, 2007), Casa de aire
(Ediciones Amargord, 2009) y Nada somos (Editorial Luces de Gálibo,
2011). Incluido en antologías y revistas impresas y digitales, ha organizado
numerosas actividades poéticas; así mismo, ha coordinado el Club de lectura de
la Universidad Carlos III. Edita el blog literario «Asamblea de palabras».
Profesionalmente se dedica a impartir clases de interpretación en centros
públicos y privados, y ha interpretado pequeños papeles en películas y conocidas
series de televisión. | | |
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GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Trimestral de Cultura. Sección 2. Página 6. Año XIII. II Época. Número 86.
Octubre-Diciembre 2014. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2014
Francisco Cenamor. © Las imágenes, extraídas a través del buscador Google de diferentes sitios o digitalizadas expresamente por el autor, se usan exclusivamente como ilustraciones, y los derechos pertenecen a su(s) creador(es). Depósito Legal MA-265-2010. © 2002-2014 Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga.
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