II
aburrida de bailar
me siento en la arena
intensifico la mirada
y van surgiendo de la nada
en forma circular
columnas de piedra natural
lentamente
estoy entrenada, así
aspiro el CO2 más puro
y menos manipulado
por las aletas de mi nariz
el aire del desierto es mío
lo absorbo y lo hago circular
por mi cuerpo anfibio
hasta que me hormiguea la mente
y lo expulso a grandes bocanadas
de energía chispeante y descomunal
el proceso transformatorio es tan lento
que aun con los ojos bien abiertos
parezco estar medio dormida
y mi cuerpo muerto
pero el iris azul eléctrico denota lo contrario
mis ojos son la fuente de la creación
que convierten la arena que tanto quema
en piedra que crece como la hiedra
estirada, dura y mojada hacia el Sol
desafiando su calor
absorto, mudo y pasmado
observa cuajado los dólmenes
ingentes y pesados
con fuerza arraigados
en esas arenas inquietas
yo sigo desde los pies respirando
con los ojos fijos y abiertos
expulsando fuerza azul eléctrica
que irradia como Tesla me enseñó
soy fuerte y tan resistente
que no acuso el esfuerzo
Noam, transparente, sobrenaturalmente potente
le atiza una coz a cada roca
guiado por mi mirada
los orificios astillados
se llenan de agua y surgen
trece manantiales helados
el sol, que tengo hipnotizado
dirige sus rayos todo él encantado
al cauce de cada roca
convirtiendo en líquido el hielo
y el líquido en manantial
los trece confluyen y se reúnen
alrededor de una roca central
esta, sobre la que estoy sentada,
caños de agua que emanan dulces
y encharcan la yerma tierra
Noam, aun transparente,
galopa extasiado en círculo
mojándome a mí e incluso al Sol maravillado
haciéndonos reír a carcajadas
aumentan incesantes los metros cúbicos
primero, reunidos en charco
y ya luego, al atardecer
en una soberbia laguna
Noam empieza recobrando su color
y yo ya me he relajado entre chapuzones delirantes
entre baño y baño me acaramelo
en mi roca tronal
y todos disfrutamos extasiados del atardecer
el Sol, exhausto, se despide
agitando sus rayos como manos y una cómplice sonrisa
pobre, está tan cansado…
aparecen las primeras estrellitas
Noam duerme satisfecho en un recoveco
mientras me pongo a besar
una por una, las motitas
chiquitas, lejanas, celestiales
mi cola acaricia el agua
y mi cuerpo a mi asiento se acopla
la Laguna del Desierto está creada
y ya solo faltan dos cosas:
que Noam recupere su color
y yo, mi voz |