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«SIN LA MIRADA». Antología
Por Juan de Dios Villanueva Roa |
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¿Y SI NO ME QUISIERAS?
¿Y si no me quisieras? No te digo que no exista, solo te
pregunto por una ausencia, por un no fue en tu alma. ¿Cómo
serían tus días sin ese amor? Habría un hueco en tu corazón, o
tal vez no. Quizás otra esencia estaría ahí, navegando por sus
latidos continuos, y mi presencia estaría muerta, o
sencillamente no estaría. ¿Y si no me quisieras? Tendrías tiempo
para ti sin mí, que ocupo una parte de tu vida sin permiso de
nadie, en contra de voluntades férreas. Si no me quisieras, yo
sería otro, como ese pájaro que acude a su nido, y no hay nido;
como esa agua que cae sobre la tierra de una planta, y no hay
planta; como ese aire que vuela en el interior de una habitación
sin puertas ni ventanas, sin nada. Pero, ¿y si de verdad no me
amaras? Tal vez entonces, entonces tal vez pensarías en otra
persona, quizás, solo quizás, tu vida sería más feliz, porque te
abrazaría, besaría tus pies, acariciaría tu rostro con sus
labios, que no son los míos, te hablaría de otra forma. Pero tú
no lo sabrías, porque yo no existiría en tu corazón. Tú no me
querrías. Y yo, desde mi inexistencia, solo pensaría en lo bello
que sería vivir para poder ser amado por ti. |
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MIS OJOS
Te doy mis ojos, sin condiciones. Te doy mis manos y mi sonrisa;
te doy mi voz y mi garganta. Te ofrezco mi alma, esta alma mía
que mueve los dedos y la mirada sin apenas rozarlos. No te
pediré nada a cambio, te los doy aunque sé que no los necesitas,
aunque quizás no los mires, aunque tú ya tienes unos ojos, unas
manos y una sonrisa. Pero tu alma, ese trocito intangible que
sueña tus sueños, esa parte inquieta e insaciable que se
alimenta de versos y de besos, tu alma es la fuente que llena el
cántaro de mi vida, sin darte tú cuenta, con cada una de las
gotas que vas perdiendo en tu camino indeciso. En ti mi alma,
mis ojos, mis manos, llenan irremediablemente de sonrisas la voz
y desgarran con avidez el silencio que nos ata a un mañana
desesperado.
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MIEDO
Mi alma zozobra al acercarse a tu borde. Cada día precisa de
susurros nuevos que alienten su vida, y tú, sin querer, esquiva,
vuelas por cielos verdes y azules, huyendo a veces, viviendo tus
aires que no son los míos. Tengo miedo, miedo a morirme sin ti,
sin tu boca regalándome una palabra que me ayude a abandonarlo
todo, sin tus oídos que escuchen mi último deseo, sin tus manos
arropando mi rostro mientras mis ojos quedan fijos en los tuyos.
Miedo a que no estés mientras vivo las risas, mientras me duele
la vida, mientras duermo. Miedo a no ser capaz de darte la
felicidad que mereces, a no merecer el rubor de tus mejillas y a
decepcionarte como la vida te ha decepcionado. Tengo miedo a no
estar a tu altura, a que me compares y pierda, a que dejes de
sentir el deseo de abrigarme con tus brazos, a haber sido tan
solo aire de paso. Siento miedo de que no me arropes en las
frías madrugadas, a que te alejes y rechaces mi memoria. Siento
miedo a que el pasado oscurezca el futuro y a que el futuro sea
un sueño sin más. Sí, siento miedo porque preciso oírte decir
que me amas a cada instante. Miedo de la soledad en una vida sin
tu espalda en mis manos, sin mi alma en tu regazo.
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LOS SUSURROS
Los susurros recorren, como espumas de la tarde, como olas rotas
al pie de las arenas, la piel más alejada de la tierra. Los
susurros a veces callan, no son comprendidos, el silencio no se
escucha entre sus voces, calladas y melodiosas, que apenas temen
romper la unión de labios sellados. Los susurros acuden veloces
cada cuatro años a llenar de risas y llantos los ojos más
tristes de los avernos, y los hacen reír y llorar, y mirar y ver
cada punto de la piel cálida y tersa que aguarda, que cada
mañana aguarda que los labios sellados rompan de forma
silenciosa, susurrante, y estallan en melodías durante las horas
precisas de tiempo no medido. Ahora ya ríen, no hay nada más que
decir donde el silencio reina, regente en alboradas de miel,
entre jadeos y sudor dulce, apenas nacidos ya.
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TRAS LOS CRISTALES
Tras los cristales, la lluvia rompe el silencio. Calles húmedas,
ozono al viento que penetra por las ventanas rotas. Solo
respirar agitado tras los visillos. Dos cuerpos se buscan desde
un alma sola. Se empapan de lluvia las pieles en llamas. Entre
los dedos de la noche se cuelan las risas. Los susurros
cómplices y las miradas en penumbra vencen la distancia que les
arañaba la vida. Las voces se acarician, los cuerpos se
atemperan, colmados de ozono y de dicha, mientras ajena a su
sueño, la lluvia amaina. Llega el día descubriendo el polvo de
los cristales. La luz que todo lo rompe, los sueños y las
estrellas y la lluvia. Y el arco iris que coloca los principios
y los finales muertos. Tras el cristal de la mañana, ladran los
perros hambrientos, los cuerpos se deshacen, la calma llega,
solo queda el viento.
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JUAN DE DIOS VILLANUEVA ROA
(Huelma, Jaén, 1960) viene
publicando artículos de opinión
en el diario Ideal desde
1997. Antes publicó en el decano
de la prensa granadina, el
motrileño El Faro, y en
la revista Costa Tropical.
Han visto la luz sus libros de
relatos Atardecer y
Julia, el otro lado de la puerta;
la novela El otoño de Lucía
y el poemario Candela,
entre otros, además de una
decena de libros sobre enseñanza
de la lengua y la literatura.
Actualmente trabaja como
profesor en la Universidad de
Granada, tras una larga carrera
profesional en todos los ámbitos
educativos, desde la Educación
Primaria. Ha impartido clases en
alrededor de diez países, y ha
sido colaborador en Onda Cero
en Motril y Granada, de
Cadena Ser en Granada, así
como de Canal Sur TV.
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GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Trimestral de Cultura. Sección 2. Página 5. Año XVII. II Época. Número 99. Enero-Marzo 2018.
ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2018 Juan de Dios Villanueva Roa.
© Las imégenes que ilustran la selección poética forman parte de la colección de fotos de cuadros que gentilmente nos ha cedido el pintor mallorquín Mateo Felipe Serrano, a quien pertenecen todos derechos que pudiesen concurrir sobre las mismas. Depósito Legal MA-265-2010. © 2002-2018 Departamento de Didáctica de las Lenguas, las Artes y el Deporte, adscrito a la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Málaga & Ediciones Digitales Bezmiliana, Castillón, 3, Rincón de la Victoria (Málaga).
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