Ha
transcurrido otro eón
Ha transcurrido otro eón.
Ni un fulgor quedó como huella en la nieve
ni la risa de un niño,
huérfana de preocupación,
llegó al oído del radioescucha.
Estancada la propia tinta roja y reseca,
agonizante el pálpito del tuétano.
Los párpados, amantes,
a punto están de ocluir dos estrellas, antaño albas,
fugaces fuegos en su deslizar por la negrura
de otra oportunidad perdida.
Ha transcurrido otro eón.
¿Y dónde vivió la belleza?
Si la sístole aún aprieta el músculo
con la fuerza inusitada de espejismos mundanos.
Si el aliento aún dibuja
tres puntos suspensivos en los lienzos del anhelo.
Ha transcurrido otro eón… sí.
Fue negligente la conciencia con el instante travestido
[de trajín estéril.
Si volverán a llover gotas de brisa solo Él lo sabe,
pero el mineral efímero conoce bien la máxima arcaica:
Resta ya un paso menos
Para fundirse. O nada. ¡Oh, nada! Tiempo de angostura
Finalidad desvanecida. Un día más
Cronos languidece
hasta el final. |