CAJA DE PANDORA

Bailan en mi hoguera encendida,

son las chispas que acercan algo de luz

y un retaceado calor al oscuro callejón de esta agonía.

Van envolviendo poco a poco el alma escarchada

y crean un mundo irreal en el que me sumerjo.

Se apagan, se enfrían, su destino es efímero,

pero dejan pequeñas heridas, que allí,

al final de la noche, son la sumatoria de todo el dolor.

Pensar que pueden elevarse al infinito

es tratar de convertirlas en algo más cierto

que los segundos que separan la vida de la muerte.

 

Mi calendario vital está lacrado,

ya no pueden ni la luz ni el calor abrir cerrojos oxidados.

Soy la mujer que amó un imposible,

esa que supo atesorar exiguos momentos

y ensayó tibias sonrisas,

marcando su felicidad en un negativo fotográfico.

 

Él llegaba con una historia inédita,

con caminos recorridos sin la compañía de mis pasos.

Callé las voces sabias de mi edad,

hice con el cuerpo una caja de Pandora,

de donde cada día él podía sacar algo distinto e impredecible.

 

Supe de la magia de besos robados

y saboreé los que recibí como ofrenda.

Fui el arco sin flecha, el arpón sin soga y el corazón sin latidos,

una pianola repitiendo sin cesar los te quiero en Mi sostenido.

No dudé en ser arcilla para ese devenido alfarero.

 

Hoy, ya no está.

A mi lado veo la flecha perdida que completa el arco.

La pianola calló su voz tartamuda.

 

Aferro la soga del arpón en mis manos

y me doy cuenta de que el corazón sin latidos

está escondido y llorando su destino sin remedio.

  

  

  

*     *     *

  

  

  

BALANCEO

El cuerpo flojo, con la laxitud que da el cansancio.

La proclamada levedad del ser de manifiesto.

Brazos atónicos huecos de abrazos.

Los pies en un monótono subir y bajar

usando de redoblante el viejo maderamen del faro.

Ojos con apenas una mirilla abierta.

 

Balanceo

despacio, casi imperceptible.

La boca entreabierta escupe

un tropel de palabras sin letras.

 

Balanceo

el halo de luz da una vuelta cada minuto.

La oscuridad y la claridad se suceden

en un intervalo pequeño.

Ya estoy preparada.

Desde el mirador planeo el salto.

 

Balanceo

el cuerpo tenso, los brazos en un abrazo a la nada,

los pies en salto

y, por fin, mi boca vomita sus últimas palabras:

te quiero…

  

  

  

*     *     *

  

  

  

BÚSQUEDA

Ahí, en el lugar donde se amontonan las almas sin reclamo,

estoy buscando la mía,

pobre alma, descartada por tu amor,

y ahora necesaria para la resurrección.

 

Me acarician las que amaron sin respuesta,

las perdidas en caminos oscuros están encendidas para guiarme;

otras, las que fueron desoídas, gritan mi nombre

y las viajeras al infinito toman mi mano poniéndome en la ruta. 

 

Camino, vago sin rumbo fijo y pregunto por ella.

Mis pies galopan, mis brazos aletean.

Vorágine de amor, en busca del alma ausente.

 

Sola y en total desamparo, al verme, finge una sonrisa.

La tomo suavemente con mis dedos y le hablo al oído.

 

Ya no quiero hacer promesas,

sólo abro una vez más las puertas de mí.

  

  

  

*     *     *

  

  

  

DESPUÉS, MÁS TARDE…

 

 

«No te acongojes más por lo que has hecho;

fango y espina tienen fuente y rosa.»

“Soneto de amor XXXV, WILLIAM SHAKESPEARE

 

 

Quieta y dormitando sobre un ovillo de sueños,

descansa después del último viaje.

 

Permitió que los sentimientos la tapiaran,

saltó charcos de plomo, cruzó rieles de fuego,

avanzó sobre filos de navajas,

respetó opiniones y sepultó certezas.

Como en comunión, creyó hasta caer en el aljibe de la mentira,

olvidó caminos hechos para inaugurar picadas en la selva,

de lábaro libertario se transformó en bandera blanca vencida.

 

No hagas ruido, no la despiertes,

tal vez ese sopor la redima.

 

Después, más tarde,

acércate despacio y pon tu mano en su lomo de gato virtual,

haz que tu sombra se acomode a la suya,

moldea con caricias de luz sus tinieblas.

Enséñale a ser feliz,

cuéntale de tu mundo e invítala a entrar en él.

Suspende para siempre su fuga,

ponle tacos altos y una capelina de estrellas.

Alfombra tu casa con plumas de gaviota,

enciende un sahumerio de sándalo

y usa su boca de pebetero.

 

Me callo, está despertando

y quiero dejarte a ti la tarea de abrirle los ojos a mi alma.

  

  

  

  

               

  

  

  

  

   

   

Alicia Cora Fernández (Buenos Aires, Argentina). Poeta por vocación, estudió Periodismo. Es Socia de Honor del Grup Plomes Poètiques Masia “Can Mia”, de Palol de Revardit (Girona, España) y miembro del grupo “PreTextos” (integrado por mujeres argentinas poetas), con el que ha editado un primer libro titulado Ronda de Pretextos. Estuvo al frente de la organización de los Encuentros Latinoamericanos de Poesía «Reunión de Voces» I , II, III y IV.

Ha sido distinguida con el Primer Premio de Poesía del Rotary Club 2009 de Buenos Aires, Argentina, asociación socio-cultural que, en 2010, le concede la Mención Especial en su VIII Concurso de Poesía, asociación que, en abril de 2012, la distinguió con el Primer Premio en su IX edición.

Sus poemas y cuentos en han sido publicados en diversas webs y antologías colectivas, tanto de Argentina como de otros países, entre las que cabe citar “Mis Poetas Contemporáneos”, “Invitación a la Poesía”, “La Bodega del Diablo”, “Poetas sin Fronteras”, “Picudo Blanco”, “Gibralfaro”, “Quimera”, “Estrellas Poéticas” y “Red Mundial de Escritores en Español”.

Gran parte de su producción poética actual puede leerse en su blog «Alicia Cora».

   

GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Trimestral. Edición no venal. Sección 2. Página 9. Año XXII. II Época. Número 115. Abril-Junio 2023. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2023 Alicia Cora Fernández. Diseño y maquetación: EdiBez. Depósito Legal MA-265-2010. © 2002-2023 Departamento de Didáctica de las Lenguas, las Artes y el Deporte. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga & Ediciones Digitales Bezmiliana. Calle Castillón, 3, Ático G. 29.730. Rincón de la Victoria (Málaga).

   

     

 

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