EL INVENTO

  

Es tu flor el invento que al hombre le falta,

la espuma que nunca saldrá de su boca,

la daga que lo sujeta, la verdad que lo espanta.

  

Eres el ejemplo del ser sufriente que ama,

pero de tus pechos hermosos no sale dulce la leche.

  

  

  

*

  

  

  

NO CREÍA EN TI

  

No creía en ti,

pero ya no te ofrezco resistencia.

  

Los pájaros esperan hambrientos

la llegada del hijo del hombre.

  

  

  

*

  

  

  

Sin que parezca que te necesito

  

Creo en tu obra,

admiro la manera de ocultarte en ella,

también en mí sé que te guardas.

  

No te gustará este modo de llevarte conmigo

a fuerza de circunstancia,

pero así nada más sé andar mi camino.

  

Me gustaría creerte a semejanza

de aquellos hombres que te han querido,

mas no les alcanzo en esfuerzo ni en suspiro.

  

Sabes que duermo tranquilo

y no habrás de entregarme temprana muerte,

porque vea y entienda lo suficiente.

  

Estoy buscando el modo de llamarte

sin que parezca que te necesito.

  

  

  

*

  

  

  

Estoy sirviendo

  

Con mi tristeza estoy sirviendo al sentimiento de belleza

que inspira en ti mi nacimiento.

  

Puedo parar en seco a beber el agua de mi propia fuente

y seguir sediento,

y seguir sin verte.

  

  

  

*

  

  

  

La savia de lo muerto

 

A qué de los ríos y de los mares,

a qué de los humedales,

a qué del nacimiento de los niños,

del amor y las pleamares,

a qué del dolor con su suspiro,

si no fuera para subir a tus hombros

como a la copa de los pinos.

 

Acaso no ves que la cruz

 

ha de pasar la noche conmigo

para volver de nuevo a tu cuerpo

y despertar su sonido,

pues canta con ella, no seas mal nacido;

 

desayuna al amor de los días concedidos

y no digas más que tienes prisa por morir

cuando a tu hijo llevas de la mano,

no le arrastres al final del camino

sin que pueda su corazón

descubrirlo por sí mismo.

 

No seas ignorante, no te seas dañino,

recuerda, que lo que tú hayas pensado

lo supe yo antes y con todo te cosí

al abrigo de aquestos vendavales,

al cierzo como si fuera tu destino.

  

¿Acaso puedo hacer otra cosa

de lo que la bondad manda?

 

Tanto como tú

ignoro lo más importante,

eso me empuja sin poder decirte nada.

 

No puedo entregarte,

sino lo que es mío.

 

¿De dónde saqué los ingredientes,

de dónde el alimento,

y aun si fueras tú el motivo

de tal padecimiento,

y aun si fueras tú

verdadero dueño de todo esto?

 

¿de qué nos valdría entonces

este mundo perecedero,

de qué me serviría a mí saberlo?

 

¿no serás tú el vivo y yo el muerto,

no iremos ambos de la mano

en este baile incruento?

 

¿Qué es el después o el antes que fue,

si nada puedes imaginar fuera de mí?

 

La nada es el descanso al que atenernos.

 

No tengas prisa por saber

lo que todavía no está hecho,

trabaja desde tus adentros

y sácame de aquí con las flores de tu pecho.

 

Levanta torres y orna puertas,

vierte almas que se agiten en los lienzos,

conmueve con tus dulces dolores

la expresión de los nuevos vientos,

que tus sinsabores sean las mansiones

de los vivos y de los muertos,

hazte libre de tan sujeto movimiento

y que todas vuestras almas se prodiguen al unísono,

que tu cuerpo balancee sin dudar,

que la silla cruja su parto macilento,

 

¡y porta, por Dios, el testigo con valentía,

álzalo descubierto e ilumina con él

acantilados y cerros,

sé el verdadero responsable

de lo que todos llevan dentro

y no mires más arriba...

 

No olvides dar de comer al resto

con el diezmo de tu cuerpo.

No olvides mojar sus labios

con la savia de lo muerto.

  

  

  

                   

  

  

  

  

   

   

José Luis García Ameijenda (Madrid, 1980), de padre segoviano y madre gallega, reside en Alcorcón (Madrid). Está en posesión de los títulos de licenciado en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad Complutense de Madrid, y de graduado en Geografía e Historia, en la especialidad de Historia del Arte, por la UNED. En un principio, simultanea los estudios empresariales con la venta de amplificadores y otros dispositivos de sonido en una tienda especializada, cuyas dependencias van a brindarle la oportunidad de conocer a Bach y otros clásicos, confirmándole su amor por la música. De aquí se traslada a Carabanchel (Madrid) para dedicarse a actividades laborales relacionadas con el comercio, tarea que poco gratificante para un espíritu como el suyo. Abandona Madrid y recala en un sitio de la Costa del Sol, donde se dedica a la docencia, impartiendo clases en un colegio de Primarias. En la actualidad, es profesor de Geografía e Historia en un instituto público de Educación Secundaria.

En el ámbito de la creación literaria cabe decir que colaborado con poemas en diversas revistas y ha participado en dos obras antológicas. Es, además, autor de dos poemarios, Poesía nueva, el primero, que fue publicado en 2010, en cuyos versos explora aspectos de la condición humana y su naturaleza, y El fin que me es extraño, que aparece en 2015, que le ha merecido el aplauso de la crítica por una poesía evocadora y profundamente emocional.

Su devoción por la música le ha llevado a colaborar en revistas de música clásica, con artículos sobre J. S. Bach, Tomás Luis de Victoria, Cristóbal de Morales y Glenn Gould.

   

GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Trimestral. Edición no venal. Sección 2. Página 6. Año XXIII. II Época. Número 121. Octubre-Diciembre 2024. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2024 José Luis García Ameijenda. Diseño y maquetación: EdiBez. Depósito Legal MA-265-2010. © 2002-2024 Departamento de Didáctica de las Lenguas, las Artes y el Deporte. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga & Ediciones Digitales Bezmiliana. Calle Castillón, 3. 29.730. Rincón de la Victoria (Málaga).

   

     

 

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