José Antonio Cedrón (Bueno aires, 1945) comenzó a publicar en la década de los años 70, etapa en que forma parte de la mesa directiva de la Agrupación Gremial de Escritores Argentinos. Ha vivido varias décadas, la primera de ellas en calidad de exiliado, en varios países latinoamericanos. En Venezuela ha impartido clases de educación básica y ha colaborado en la revista “Los Libros”. En los años 90, durante su estancia en Ciudad de México, fue coordinador de ediciones del diario digital “unomasuno.com.mx”, asumió la iniciativa de editar, por entonces impresa, la revista “Este País”
y formó parte del consejo editor de la revista “Plural”. Por esa época, fue coordinador de Bibliotecas de Investigación en el Archivo Histórico de Puebla;
durante
cinco
años impartió clases en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), colaboró como docente en los cursos de Diplomado de Creación Literaria de la Sociedad General de Escritores de México (SOGEM) y estuvo al frente de la Cátedra Lengua y Comunicación para maestros que preparaban el curso de Docencia en Artes en el Centro Morelense de las Artes (CMA) de la Ciudad de Cuernavaca, Morelos, México. A estas fechas, apartado ya de estas responsabilidades docentes y
culturales, mi muy apreciado amigo reside actualmente en Buenos Aires,
Argentina, su país natal.
Es autor de los poemarios La tierra sin segundos (1974), De este lado y del otro (1984),
Actas (1986),
Vidario (2001),
Circuito interior (2016) y
Antología personal. Pequeña cosa (2020). Es autor, asimismo, del reportaje novelado
El Negocio de la Fe (1995) y del
libro
Poética y Libros. Apuntes sobre la producción actual (2018). En esta
obra, en realidad un ensayo crítico, el autor centra su interés en la tan necesaria reflexión sobre el estado actual del trinomio “creación poética”, “producción literaria” y “subjetividad del lector de hoy”, abordando
con
todo
rigor la problemática que
tiene planteada
en
el
momento
actual la
creación
literaria
a
causa
de la
casi
inexistente
actitud
crítica
del
público
lector,
subyugado
por
la
pedantería
de
un “librismo culturoso” y
una
acaramelada mediocridad estética,
circunstancias
estas
que
han
forzado
al arte
de
calidad
a
buscar
refugio
en pequeños foros. Algunas de estas obras han sido traducidas al francés, inglés, portugués, italiano y catalán.
Su labor literaria ha sido reconocida con diversos galardones como el II Premio Concurso Cincuentenario de “El Periódico Alberdi” (Buenos Aires), Primera Mención Honorífica Premio Latinoamericano de Poesía “Rubén Darío” (Nicaragua), Mención Premio “Carlos Pellicer” (México) y el Premio Nacional de Poesía de la Universidad de Sinaloa (México), entre otros.
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