LAS LEYENDAS
NUNCA
mueren. Los
sueños
pueden
hacerse
realidad
siempre que
el destino
lo permita.
Juan Gómez,
“Juanito”,
logró el
sueño de su
vida: jugar
en el Real
Madrid, el
primer
equipo
nacional,
pero de él
se fue muy a
pesar suyo.
«Volveré
algún día
como
entrenador
de la casa»,
dijo, pero
el destino,
que se cruzó
con él en el
camino de su
vida
mostrándole
su cara más
fatal, no
iba a
permitírselo.
Éste fue el
gran drama
que tuvo que
afrontar
Juanito,
Juanito “el
Viejo”, como
le llamaban
sus
convecinos,
una de las
grandes
figuras del
fútbol
malagueño.
Con todo, el
«fino
extremo»
perdura en
la memoria
de todos los
que aman (de
quienes
amamos) el
deporte rey.
Niñez y
juventud
Malagueño,
natural de
Fuengirola,
e hijo de
una familia
modesta cuyo
cabeza de
familia era
albañil, fue
el mayor de
cinco
hermanos.
Había nacido
el 10 de
noviembre de
1954 y,
desde
pequeño,
Juanito fue
juguetón y
travieso.
Con pocos
años empezó
a jugar al
fútbol en la
calle,
destacando
por su
calidad y
agresividad,
tan polémico
de chico (y,
posteriormente,
de grande)
como
malabarista
con los
pies.
Contaba él
mismo de su
infancia
que, en una
ocasión,
tras
mantener una
enconada
riña,
llegaron a
romperle una
caña en la
espalda y,
en otra, el
contrario le
pegó una
pedrada en
la cabeza y
le hizo una
brecha. No
sería ésta
la última
vez que
derramara
sangre
jugando,
pero el
fútbol era
su pasión y
debía ser su
vida.
Hablamos de
Juan Gómez
González,
mucho más
conocido en
el mundo
futbolístico
como
“Juanito”,
el verdadero
galáctico de
los
galácticos.
Comenzó a
jugar en el
Aspes, su
primer
equipo
oficial, ya
con el «7» a
su espalda,
de donde
pasó, en muy
poco tiempo,
al juvenil
del C. D.
Fuengirola.
El chico
prometía y
la directiva
decidió que
jugase en
Primera
Regional,
pero
presentaba
el
inconveniente
de no tener
la edad
exigida, lo
que motivó
que se
falsificara
su ficha
para que
pudiese
jugar en la
categoría «Sub
18» del club
con tan sólo
14 años de
edad.
Juanito, en
el Atlético
de Madrid
Ángel
Castillo lo
descubre
para el
Atlético de
Madrid
cuando aún
tenía 13
años; sin
embargo, a
pesar de las
ofertas, la
directiva
rojiblanca
no lo acepta
y Juanito
permanece en
el
Fuengirola
una
temporada
más, hasta
que Víctor
Martínez
logra que el
muchacho
pase a
formar parte
de la
cantera del
Atlético,
formalizando
su fichaje
por cinco
temporadas.
Hasta
alcanzar la
edad
reglamentada,
el joven
malagueño
estudiaría
interno en
el colegio
‘Buen
Consejo’,
donde dejó
buena
constancia
de su
habilidad
deportiva.
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Juanito, vestido de rojo y blanco, los colores del Atlético de Madrid. |
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Su paso por
esta entidad
fue
importante
en su
progresión
futbolística.
Del juvenil
pasa al
filial de
Tercera
División con
poco más de
15 años.
Pero el
entrenador
de este
equipo, ‘muy
cabezota’ en
sus
decisiones,
no se dio
cuenta de la
calidad del
jugador y
Juanito no
entra en los
planes del
entrenador,
uno de los
hechos que
impidió que
Juan Gómez
triunfase
tempranamente
en el equipo
del
Manzanares.
Con 17 años,
y un tanto
defraudado
en sus
aspiraciones,
decide
regresar a
su pueblo
natal, pero
el nuevo
entrenador
colchonero,
el alemán
Max Merkel,
decide
contar con
el jugador
malagueño
para la
temporada
1972/73, lo
que le
permite
fichar de
nuevo por el
Atlético de
Madrid,
ahora con
unas nuevas
condiciones
tanto
deportivas
como
económicas.
Pero ahí
estaba la
suerte, una
enemiga nata
del jugador,
para jugarle
una mala
pasada en su
debut.
Jugando
contra el
Benfica en
un partido
amistoso a
beneficio de
los
damnificados
de Managua,
en el que
Juanito
logra marcar
dos tantos,
un mal
choque con
Henrique le
produce una
fractura de
tibia y
peroné, que
dejará al
malagueño
ausente del
campo de
juego el
resto de la
temporada.
Tarda casi
un año en
recuperarse,
y, en 1973,
Juan Carlos
Lorenzo, por
entonces
técnico
colchonero,
no cuenta
con él para
formar parte
del equipo
titular del
club. Es la
segunda
ocasión en
la que el
club
rojiblanco
se equivoca
rechazando a
un jugador
de la talla
de este
malagueño;
pero, para
Juanito, sin
duda alguna,
el sueño de
triunfar en
el Atlético
de Madrid
sólo se
queda en
eso, en un
simple
sueño.
Juanito, en
el Burgos C.
F.
No confiando
en una
completa
recuperación
del jugador
malagueño,
la directiva
del Atlético
decide
desprenderse
de Juanito y
lo ofrece al
Sevilla,
pero este
club andaluz
lo rechaza
por
idénticas
razones. Fue
entonces
cuando
aparece la
figura de
José María
Negrillo,
por entonces
técnico del
Burgos C. F.
y antes
entrenador
de Juanito
durante su
estancia en
las filas
del equipo
madrileño,
quien lo
reclama para
el conjunto
burgalés y,
en agosto de
1973, es
cedido
temporalmente
a este
equipo.
Tras un
difícil
primer año,
en el que el
Burgos está
a punto de
descender a
la segunda
categoría,
Juanito deja
definitivamente
la
disciplina
colchonera
para fichar
por el
Burgos, en
que, junto
con Naya y
Muller,
sobresale en
el césped
con su
personal
estilo. Ya
en la
temporada
1975/76, la
cosa no
empieza nada
bien para el
equipo del
malagueño,
pero, tras
el empate en
casa con el
líder, el
Calvo
Sotelo, con
una
destacada
intervención
de Juanito,
el equipo
burgalés
comienza la
remontada y,
en la
jornada 36,
certifica el
ascenso con
honores de
campeón de
la Segunda
División; el
año
siguiente,
durante la
temporada
1976/77,
debuta en
Primera
División.
Siguen muy
buenos
partidos;
entre ellos,
el jugado en
Madrid
contra el
Atlético de
Madrid, el
que había
sido su
equipo, lo
que motiva
que Ladislao
Kubala, a la
sazón
entrenador
de la
selección
española, lo
convoque
para el
mundial de
Montreal,
donde
Juanito da
sobradas
muestras de
su calidad.
Con ello,
estalla la
pugna entre
los grandes
equipos de
nuestra Liga
por
conseguir al
«fino
extremo».
Como jugador
del
combinado
español,
hace su
debut el 10
de octubre
de 1976 en
Sevilla, en
un encuentro
contra
Yugoslavia.
Juanito, en
el Real
Madrid: su
sueño se ha
cumplido
Como todo
niño
pequeño, la
ilusión de
cualquier
jugador es
llegar a
formar parte
de la
plantilla de
un Madrid o
de un
Barcelona,
aunque lleve
en el
corazón
otros
colores (su
equipo
preferido
era el
Zaragoza).
En el caso
de Juanito,
su sueño fue
siempre
vestir la
camiseta
merengue. Su
sueño se
cumplió el
19 de
noviembre de
1976, fecha
en la que
ficha por el
Real Madrid.
Pero la
marcha de
Juanito a la
entidad
blanca
provoca un
auténtico
malestar en
el Burgos,
ya que
Martínez
Laredo,
presidente
del equipo
burgalés, lo
había
vendido por
una cifra de
27 millones
de pesetas,
cuando el
jugador
estaba
valorado en
el doble y
tenía
mejores
ofertas de
otros
clubes, como
el
Barcelona,
que había
ofertado 50
millones por
él y el
portero
burgalés
Manzanedo.
La pérdida
del valuarte
Juanito y,
obviamente,
sucesos de
otra índole,
motivaron
que el
Burgos C. F.
desapareciera
como entidad
futbolística.
Juanito se
incorpora a
la
disciplina
del Madrid
en la
temporada
1977/78. Su
debut con la
camiseta
blanca tiene
lugar en
México, ante
el
Guadalajara.
Esa misma
temporada,
junto a
Jensen y
Santillana,
Juanito
tiene su
momento más
dulce en el
encuentro
contra el
Barcelona en
el Camp Nou,
en el que el
Real Madrid
vence por 2
a 3, tras
siete años
sin ganar en
la sede
barcelonista
y con un
imborrable
partido de
Juanito, que
colabora
decisivamente
en 2 de las
3 dianas del
equipo
madridista.
Palmarés
«Llegar a
esta casa
era como
tocar el
cielo, pues
prefería
ante todo al
Real Madrid
como equipo
y a Madrid
como
ciudad»,
había dicho
en 1977, con
motivo de la
firma del
fichaje que
iba a
tenerlo
entre los
mejores
futbolistas
de Europa,
entre los
que cabe
evocar ahora
a
Santillana,
Benito,
Stielike,
Del Bosque y
Camacho.
Durante los
diez años
que juega en
el Madrid,
consigue
cinco Ligas
(1978, 1979,
1980, 1986 y
1987), dos
Copas de la
UEFA (1985 y
1986), dos
Copas del
Rey (1980 y
1982) y una
Copa de la
Liga (1985).
Además, fue
subcampeón
de la Copa
de Europa
(1981) y
subcampeón
de la Recopa
(1983). A
título
individual,
durante la
temporada
1983-84 se
proclamó
“Pichichi”
de la Liga,
junto con Da
Silva (del
Real
Valladolid),
con 17
goles, y
resultó
galardonado
con el
premio Mejor
Jugador
Español de
la temporada
1976/77
otorgado por
Don Balón.
Juanito
estuvo
presente en
las grandes
remontadas
conseguidas
por el Real
Madrid en el
Bernabéu,
aquellas
remontadas
históricas
todavía
recordadas
por los
amantes del
‘deporte
rey’. En
1980, contra
el Celtic de
Glasgow,
Juanito
certifica el
3-2 tras ir
perdiendo
por 0-2, que
supuso el
pase a la
semifinal de
la Copa de
Europa. Más
adelante,
hizo también
de las suyas
en las otras
inmemorables
hazañas
conseguidas
contra el
Inter,
Borussia y
Anderlecht.
¡Grandes
gestas las
de aquel
Madrid, con
Juanito a la
cabeza!
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El 11 del Real Madrid en los minutos previos a un encuentro de 1983. De pie: Metgold, Salguero, Miguel Ángel, Bonet, San José y Camacho. De rodillas: Stielike, "Juanito", De los Santos, Santillana y Ricardo Gallego. (Foto: IFFHS) |
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En el ámbito
internacional,
jugó un
total de 34
partidos en
la plantilla
de la
selección
nacional
española, en
los que
marcó 8
goles;
participó en
el Mundial
de Argentina
(1978), en
la Eurocopa
de Italia
(1980) y en
el Mundial
de España de
1982,
anotando,
durante todo
ese tiempo,
un total de
8 goles.
La cara y la
cruz de
Juanito
Su
trayectoria
en el Real
Madrid está
llena de
tardes de
gloria, pero
también de
no pocos
momentos
tristes. En
efecto; con
su llegada
al Madrid,
nace el
polémico
Juan Gómez.
Suele
decirse que
toda moneda
tiene su
cara y su
cruz;
Juanito
también. La
cara es su
destreza,
imaginación,
habilidad,
intuición,
magia...
(pueden
utilizarse
todos los
adjetivos
sinónimos
disponibles)
con el
balón. La
cruz son sus
pérdidas de
nervios, su
carácter, su
temperamento
visceral.
Jugando con
España en
Belgrado, en
un partido
decisivo
para la
clasificación
del Mundial
de 1978,
Juanito,
al ser
sustituido
por Dani,
tuvo la
desafortunada
ocurrencia
de hacer un
gesto
despectivo a
la afición
local, que
le respondió
con un
terrible
botellazo en
la cabeza;
en noviembre
de ese mismo
año, en un
partido de
la Copa de
Europa
frente al
Grasshoppers,
zarandeó al
árbitro
germanooriental
Adolf Prokov
por una
decisión y
fue
sancionado
con dos años
de
suspensión
en
encuentros
europeos; en
1985,
escupió en
la cara a un
jugador del
Neuchâtel,
su
excompañero
Stielike,
durante un
encuentro de
la Copa de
la UEFA; y
en abril de
1988, frente
al Bayern de
Munich,
también en
la Copa de
Europa, pisó
la cara al
alemán
Lothar
Mattäus, que
le vale la
expulsión
del terreno
de juego y
una sanción
de cinco
años de
ausencia en
el plano
internacional,
lo que
significó su
adiós a
Europa y a
la entidad
merengue.
Tras este
Mundial, el
seleccionador
Miguel Muñoz
ya no
volverá a
contar más
con él, a
pesar de
encontrarse
en
excelentes
condiciones
para el
juego.
Por otra
parte, la
directiva
del club
madridista
lo multó en
una ocasión
con 300.000
pesetas por
haber
toreado
vaquillas en
una corrida
benéfica; en
otra, lo
multó con
140.000 por
haber dicho
con sarcasmo
que Amancio
(por
entonces
entrenador
del equipo)
llevaba a
Lozano a
Bruselas de
intérprete;
y en otra
más, fue
sancionado
con 400.000
pesetas y
apartado
temporalmente
del equipo
por Amancio
por haberse
ido de
juerga una
noche de
concentración.
Además,
durante la
final de la
Recopa de
1983, en la
que el
Aberdeen
venció al
Madrid,
Juanito
tildó de
mercenario a
Stielike, lo
que supuso
una eterna
enemistad
entre ambos.
Juanito, en
el Málaga C.
F.
Tras lo
sucedido en
Munich, se
ve obligado
a abandonar
el Madrid no
como a él le
hubiese
gustado y
ficha por el
Málaga C.
F., inmerso
en una de
sus
habituales
malas rachas
(se hallaba
en Segunda
División).
Cabe
recordar que
su último
gol con el
Madrid lo
marcó en un
encuentro
contra el
Nastic.
Cuando llegó
a su ciudad
natal, es
acogido como
un héroe
nacional y
lidera al
club
malacitano
hacia
Primera
División.
Aquí
permanecerá
dos
temporadas,
de 1987 a
1989. Todos
se hacen
eco, entre
otras muchas
cosas, del
gol de
vaselina que
le encajó,
desde 25
metros, al
Real Madrid,
un gol de
bella
factura, un
gol
soberbio.
Como
anécdota de
su buen
humor, cabe
rememorar
que, tras la
finalización
de ese
partido,
Juanito
entró al
vestuario
madridista a
“reírse” (de
forma
deportiva)
de Paco
Buyo. Este
gol fue su
penúltimo
tanto, el
último lo
consiguió
frente al
Zaragoza el
27 de junio
de 1989.
Curiosa
coincidencia:
sus dos
últimos
goles los
marca a sus
dos equipos
preferidos.
Veleidades
del destino.
En su paso
por la
entidad
malaguista,
disputó 71
encuentros y
marcó 15
goles.
Fin de su
carrera
futbolística
Finalmente,
Juanito
decide poner
fin a su
carrera como
jugador,
cosa que
lleva a
efecto el 27
de junio de
1989, cuando
el diestro
Curro Romero
le corta la
coleta al
‘torero del
balón’ en el
estadio
malagueño de
La Rosaleda
como
escenario,
como él
quiso
siempre, ya
que estuvo
muy
vinculado al
mundo
taurino.
El
presidente
de la
entidad
malaguista,
García
Anaya, lo
nombra
director
técnico del
Málaga,
cargo en el
que dura muy
poco tiempo.
Además,
Rechaza
ofertas para
entrenar al
Valladolid y
al Burgos.
El alma le
arde por
dentro:
Juanito ya
no se siente
a gusto con
nada.
Abandonada
su carrera
futbolística,
empieza un
curso de
entrenador,
que se vio
obligado a
suspender
por su
vuelta al
terreno de
juego, esta
vez en el C.
D. Los
Boliches, de
Fuengirola
(Málaga), en
Segunda
División B.
Su velocidad
característica
había
quedado muy
atrás, pero
aún
conservaba
el brío de
los
jugadores
natos.
Tras poner
definitivamente
punto y
aparte al
fútbol,
inicia el
curso de
entrenador
y, una vez
finalizado,
ya con
título en
las manos,
acepta la
oferta del
C. D.
Mérida, que
jugaba en
Segunda
División. En
el Mérida se
metió a la
afición en
el bolsillo
y llevó al
equipo al
sexto lugar
de la tabla
clasificatoria.
El trágico
final
Su sueño
volvía ser
el Real
Madrid,
quería
entrenar al
Madrid de su
vida.
«Volveré
algún día
como
entrenador
de la casa»,
había dicho
en 1987,
pero se
equivocaba,
nunca
volvería. El
destino se
iba a
encargar de
que no lo
hiciera. El
2 de abril
de 1992,
Juanito y
unos amigos
viajan a
Madrid para
ver un
encuentro de
su Real
Madrid
contra el
Torino,
correspondiente
a la Copa de
la UEFA. A
la vuelta,
en la
carretera de
Extremadura,
sobre las 3
de la
madrugada,
Juanito,
dormido en
el asiento
del
copiloto,
fallece al
sufrir su
coche un
aparatoso
accidente.
España
entera quedó
consternada
ante aquella
tremenda
noticia.
Todos
coinciden en
la frase
«hubiese
sido mejor
entrenador
que
jugador».
Quizás pudo
ser el
entrenador
que hoy le
falta al
Madrid y que
no
encuentra.
Se fue su
cuerpo, pero
permanece su
alma entre
los amantes
del
balompié.
Nadie olvida
a Juanito.
En el
estadio de
La Rosaleda,
en casi
todos los
partidos,
sacan una
fotografía
del ídolo
malagueño.
En el
Bernabéu, en
todos los
partidos,
dando el
minuto 7,
cantan:
“¡Illa, illa,
illa!
¡Juanito
maravilla!”.
Juanito
estaba
casado con
Mari Carmen
Mira, con
quien tuvo
tres hijos:
Juan David,
Joaquín y
Jennifer.
Divorciada
de ésta,
contrajo
matrimonio
en segundas
nupcias con
Fernanda
Encinas “Feiny”,
de quien
tuvo a
Borja, su
cuarto hijo.
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Estadio de La Rosaleda. En Málaga, el cariño a Juanito es palpable y evidente. |
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