ipógrafo de
profesión y
firmemente
convencido
de la
necesidad de
una defensa
activa y
comprometida
de los
trabajadores
frente a la
explotación,
Ciriaco
Duarte se
inicia en el
movimiento
anarcosindicalista
de Paraguay
a fines de
la década de
los años
veinte del
siglo
pasado,
afiliándose
al Centro
Obrero de
Asunción de
su ciudad
natal. Este
activista
sindical
destaca
también como
intelectual
en el
periodismo y
fue autor de
varios
libros.
Primeros
pasos en el
movimiento
anarcosindicalista
Ciriaco
Duarte nace
en
Encarnación,
Paraguay,
pequeña
ciudad
capital del
departamento
de Itapúa,
el 8 de
agosto de
1908.
Atraído
desde muy
joven por la
precaria
situación de
los
trabajadores,
se afilia al
Centro
Obrero de
Asunción (COA)
de su ciudad
natal,
fundado por
el líder
sindicalista
Cantalicio
Aracuyú,
como sección
territorial
del Centro
Obrero
Regional del
Paraguay (CORP),
movimiento
de clara
inspiración
anarcosindicalista.
En los
locales de
este
movimiento
sindicalista,
Ciriaco
dicta
conferencias
y pronuncia
discursos de
marcado
obrerista.
Como también
ocurría con
otros
líderes
anarquistas
de la época,
compaginaba
su trabajo y
tareas
sindicales
con diversas
iniciativas
de teatro
popular.
Reside
durante un
tiempo en
Posadas, de
donde se
traslada a
Asunción
para
colaborar
con La
Palabra,
portavoz del
movimiento
Nuevo
Ideario
Nacional
(NIN), que
fue editado
desde
octubre de
1930 a enero
de 1931.
La huelga
del 31 y la
‘Toma de
Encarnación’
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El dominio
del río
abriría la
puerta al
océano
Atlántico al
país que
dispusiese
de él, una
ventaja
crucial para
los únicos
dos países
no costeros
de
Suramérica y
una cuestión
nacional
para
Bolivia, que
había
perdido el
acceso al
océano
Pacífico en
la llamada
Guerra del
Pacífico
contra Chile
(1879-1883). |
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A comienzos
de 1931
comienza la
larga huelga
que
organizaron
los
albañiles en
Asunción.
Este
movimiento
activo se
origina bajo
el liderazgo
del
histórico
sindicalista
Cantalicio
Aracuyú,
junto a
otros
destacados
intelectuales
de la época,
como
Obdulio
Barthe
y Óscar
Creydt, y,
como hecho
relevante
durante su
transcurso,
figura lo
que ha
pasado a
los anales
de la
historia
como la
‘Toma de
Encarnación’.
La
revolución
estaba
proyectada
para que
estallase en
todo el
país, pero
problemas de
comunicación
entre los
diversos
líderes
sindicales
de los
diferentes
departamentos,
solo se
concretó en
la capital
de
Itapúa, de
modo que lo
que se
preveía para
un largo
tiempo, duró
escasamente
16 horas. Al
ver la falta
de apoyo en
el resto del
país, los
revolucionarios
abandonaron
la ciudad.
A lo largo
de este
proceso
revolucionario,
Duarte era
miembro del
Comité de
Huelga y del
Consejo
Mixto de
Delegados,
lo que,
unido a su
participación
en la ‘Toma
de
Encarnación’,
es recluido
en la
prisión de
Isla
Margarita,
en el Alto
Paraguay, en
febrero de
ese mismo
año.
Esta
reincidencia
le reporta
como
consecuencia
ser
confinado de
nuevo en
prisión. Y
en un lugar
tan
inhóspito
como una
cárcel, los
deportados
crearon la
primera
Escuela de
Isla
Margarita…
¡los
reclusos
estaban
haciendo
Patria…!
Este mismo
año, y para
evitar más
insurrecciones
obreras, el
presidente
de la
República,
José P.
Guggiari, de
tendencia
liberal,
ordena
mediante el
decreto
39.436 la
ilegalización
de las
organizaciones
sindicales
en
territorio
paraguayo.
Retorno a
Asunción y
nuevo
confinamiento
Puesto en
libertad,
Duarte
retorna de
forma
clandestina
a Asunción y
continúa,
aun más
intensamente
si cabe, con
sus
compromisos
sindicales,
empeñado en
despertar la
conciencia
de los
trabajadores
contra de la
explotación
del obrero y
en el logro
de una vida
digna, a la
que, como
personas,
tienen
derecho.
Así, asume
la función
de
secretario
del Consejo
Obrero de
Reorganización
Sindical.
En la
represión
que sucedió
al
movimiento
estudiantil
del 23 de
octubre de
1931 frente
al Congreso
Nacional,
Duarte
resulta
herido por
fuerzas
policiales.
Conducido a
un hospital
para que se
le
practicasen
los primeros
auxilios,
logra burlar
la
vigilancia
policial y,
con la ayuda
de su esposa
Guillermina
Torres,
escapa del
recinto
hospitalario.
Por esas
fechas, se
traslada con
su familia a
la ciudad de
Caacupé,
donde fue
nuevamente
detenido y
confinado a
Clorinda.
La Guerra de
El Chaco
Ciriaco
Duarte
participó en
la ‘Guerra
de El
Chaco’, si
bien no
estuvo en el
frente, pues
había sido
destinado a
la
prestación
de trabajos
varios en
retaguardia.
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|
Este
conflicto
bélico entre
Bolivia y
Paraguay (de
los
poquísimos
se han dado
entre países
en
Suramérica)
tuvo su
origen en la
indefinición
de los
límites
territoriales,
desde
tiempos de
la
descolonización,
de un
extenso
territorio,
inhóspito y
casi
deshabitado
por aquella
época,
situado ente
Argentina,
Bolivia y
Paraguay,
llamado El
Chaco y la
necesidad de
Bolivia de
una salida
natural al
océano
Atlántico.
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|
Este
conflicto
bélico (de
los
poquísimos
que
se han dado
entre países
en
Suramérica)
tuvo su
origen en la
indefinición
de los
límites
territoriales, casi existente
a lo largo
de todo el
s. XIX y
primer
tercio del
XX, entre las
nuevas
naciones que
surgieron
con el
proceso de
descolonización
de América. Esta deficiente concreción limítrofe trajo
como
consecuencia
la disputa
entre
Bolivia y
Paraguay por
un extenso
territorio,
inhóspito y
casi
deshabitado
por aquella
época,
regado por
el río Paraguay, llamado
El Chaco, geo-gráficamente situado entre
Argentina,
Bolivia y
Paraguay.
El dominio
del río no solo aseguraba las puertas al océano
Atlántico al
país que
dispusiese
de él, sino que
suponía también una
ventaja
crucial de uno sobre otro entre los
dos únicos países no
costeros de
Suramérica y
una cuestión
nacional
para
Bolivia, que,
con anterioridad, había
perdido el
acceso al
océano
Pacífico en
la Guerra del
Pacífico
contra Chile
(1879-1883).
El
enfrentamiento
se inicia en
1932, cuando
Bolivia
penetra con
soldados en
El Chaco
Boreal y
concluye en
1935, con un
reparto del
territorio
en
desigualdad
de
proporciones,
dándose la
paradoja de
que Bolivia,
vencedora de
la
contienda,
tan solo
percibe una
zona a
orillas del
río
Paraguay, en
tanto que
Paraguay, la
derrotada,
se queda con
las tres
cuartas
partes del
terreno en
litigio.
Entre el
sindicalismo
y la letras
A su retorno
de la
guerra,
Duarte
retoma su
oficio de
tipógrafo y
trabaja en
las
imprentas de
diversos
diarios,
como La
Opinión,
Colorado,
Patria, La
tarde, La
Tribuna
y El
Liberal,
entre otros,
al par que
continúa su
actividad
sindical.
Así, durante
décadas es
miembro de
la
Federación
Gráfica, en
cuyo seno se
ocupa de la
Secretaría
de Cultura.
A
consecuencia
del
enfrentamiento
bélico con
Bolivia, la
actividad
sindical en
el Paraguay
había
desaparecido
prácticamente.
A la vista
de tan
lamentable
situación,
Duarte entra
en contacto
con otros
líderes
sindicalistas
de su misma
ideología e
intenta una
reorganización
del
movimiento
sindicalista
de
inspiración
anarquista.
Como fruto
de sus
esfuerzos,
surge el
Consejo
Regional de
Coordinación
Obrera
(CROCO), de
marcado
cariz
anarcosindicalista.
Con respecto
a su
actividad en
el ámbito de
la prensa,
cabe decir
que, en
1940,
comienza a
dirigir
El Obrero
Gráfico,
clausurado y
reabierto
por orden
gubernamental
en varias
ocasiones.
Entre 1941 y
1946,
escribe en
Emancipación,
que le
sirvió de
tribuna para
oponerse a
las
políticas de
la
Confederación
de
Trabajadores
del Paraguay
(CPT),
creada poco
antes de
imponerse el
totalitarismo
dictatorial
del general
Morínigo, y
combatir el
control que
quería
imponer la
ideología
comunista
sobre el
movimiento
sindical a
través del
Consejo
Obrero del
Paraguay
(COP). A
partir de
1945,
escribe
también en
Cultura
Socialista.
La
dictadura del
general
Higinio
Morínigo
A la muerte
del general
Estigarribia
en 1940,
asume
interinamente
la
presidencia
de la
República
paraguaya
otro
militar, en
esta ocasión
el general
Higinio
Morínigo,
que había
participado
en la Guerra
de El Chaco,
en la que
había
logrado el
ascenso a
coronel, y
que, a la
sazón, tras
un año al
frente del
Ministerio
del
Interior,
había sido
ascendido a
general de
brigada y
nombrado
ministro de
Guerra y
Marina.
En las
elecciones
de 1943, el
recién
ascendido a
general
resulta
elegido
presidente
de pleno
derecho.
Llevado de
la tendencia
totalitarista
que imperaba
en su
contexto
político
internacional,
su primera
medida
consistió en
aglutinar en
su persona
todo el
poder
político,
militar y
social,
imponiendo
una férrea y
sangrienta
dictadura,
una de cuyas
primeras
leyes
implantaba
en el país
la pena
capital,
bastando
para la
ejecución de
la misma la
intima
convicción
de los
jueces.
Esta
y otras
medidas
fueron
motivo de
numerosas
revueltas y
de una
emigración
masiva de
paraguayos a
otros
países.
Entre 1946 y
1947,
gobernó con
un gabinete
de
coalición,
hasta que
fue depuesto
en un golpe
de Estado el
3 de junio
de 1948.
Primero se
exilió en
Argentina y
después en
Brasil. Tras
una
intentona de
regreso al
país en
1956, se ve
obligado a
huir de
nuevo y a
refugiarse
en
Argentina,
en donde
moriría en
1983.
Duarte y la
dictadura de
Morínigo
Durante el
gobierno de
Morínigo,
Ciriaco
Duarte es
nombrado, a
comienzos de
1941,
representante
obrero ante
el
Departamento
Nacional de
Trabajo
(DNT), en
donde se vio
obligado a
mantener
fuertes
enfrentamientos
dialécticos
con los
líderes
comunistas,
quienes, en
represalia,
le
convirtieron
en el blanco
de su
recurrente
inquina,
acusándole
falsamente
en varias
ocasiones.
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Llevado de la tendencia totalitarista que imperaba en su contexto político internacional, primera medida de Higinio Morínigo consistió en aglutinar en su persona todo el poder político, militar y social, imponiendo una férrea y sangrienta dictadura, una de cuyas primeras leyes implantaba en el país la pena capital, bastando para la ejecución de la misma la
intima
convicción
de los jueces. |
|
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Meses
después, el
Comité
Coordinativo
Obrero
(CCO), que
agrupaba a
empleados
marítimos,
gráficos,
tranviarios,
panaderos y
de otros
gremios,
envió una
nota al
Presidente
Morínigo en
la que
denunciaban,
entre otras
cosas, la
violación
del derecho
a reunión,
agremiación
y huelga,
derechos
conculcados
por parte de
algunas
resoluciones
de la DNT y
puestos de
manifiesto
en la
represión
policial
sobre
algunos
dirigentes
marítimos.
La nota
concluía con
la tajante
advertencia
de que, de
no
restituirse
los derechos
y libertades
reconocidos,
se
procedería a
retirar al
delegado
obrero de la
DNT. En
vista de que
el Gobierno
daba el
silencio por
respuesta,
Ciriaco
Duarte
renunció,
con carácter
irrevocable,
a su cargo
en octubre
de 1941.
En diciembre
de este
mismo año,
escapó de
una
represión de
parte del
Gobierno y
se exilió en
Formosa,
provincia
situada en
El Chaco
argentino,
de donde se
le autorizó
a regresar y
retomar el
cargo en
julio de
1942.
La lucha
sindical
continuó sin
tregua, y,
en la
consiguiente
represión
que siguió a
la huelga
general de
febrero de
1944, fue
nuevamente
detenido por
la policía y
liberado
pocos días
después.
Duarte y las
letras
A partir de
1947, el
acaparamiento
del
movimiento
obrero por
parte de la
Organización
Republicana
Obrera (ORO)
hizo que
Ciriaco
Duarte se
alejara de
la
militancia
sindical
activa y se
dedicándose
a publicar
artículos en
periódicos
sindicales
extranjeros
y a fomentar
trabajos de
investigación
sobre la
historia
sindical
paraguaya.
En 1948,
empieza a
escribir en
El Sol,
además de
continuar
haciéndolos
en otros
periódicos
en los que
ya
colaboraba
habitualmente.
Publicación
de Carta
a la Cultura.
De nuevo en
prisión
Hacia los
años 50 se
exilia en la
provincia de
Formosa (El
Chaco,
Argentina).
A su
regreso,
publica
hojas
sueltas en
Cultura
Socialista,
El Sol y
La Mañana,
hasta 1961,
y vuelve a
escribir
para
Emancipación.
En 1966 es
detenido
nuevamente y
encarcelado
durante tres
meses por
introducir
clandestinamente
en Paraguay
una
publicación
de su obra
Carta a
la
Democracia
(o Carta
a la
cultura),
que había
sido editado
en Buenos
Aires.
Sin
posibilidades
de publicar
en su país
natal, en la
década del
70 comienza
a publicar
sus
artículos en
la revista
Reconstruir,
de Buenos
Aires, hasta
que fue
clausurada
en 1976 por
la dictadura
militar
argentina.
En 1985
publicó un
opúsculo con
el título de
Hombres y
Obras del
Sindicalismo
Libre en el
Paraguay,
que sería el
germen de su
libro El
Sindicalismo
Libre en el
Paraguay,
Aportes
Doctrinarios
e
Históricos,
con un
valioso
contenido
autobiográfico,
publicado en
1982, que
luego sería
reeditado en
Asunción, en
versión
ampliada, en
1987, por R.
Peroni.
Siendo ya
muy anciano,
continuaba
trabajando todavía como
corrector
del diario
Hoy,
de Asunción.
Fallecimiento
de un
anarcosindicalista
convencido
Entre tanto
acontecía
todo lo
relacionado,
Ciriaco
Duarte
mantuvo
siempre
asidua correspondencia
con
entidades y
organismos
anarquistas
suramericanos
y europeos.
El que hoy
es
considerado
la última
gran figura
del
anarcosindicalismo
paraguayo,
fallece en
Asunción el
27 de
septiembre de
1996. Atrás
quedaban
años de
penurias,
persecuciones
y exilios,
pero también
un tiempo
glorioso del
movimiento
obrero
suramericano. |