a palabra
belleza va
más allá
cuando reúne
en sí misma
unos
vestigios de
distinción
que
complementan
un círculo
de divinidad
casi irreal.
La vida
quiso darle
a Amparo
Muñoz una
belleza
espectacular,
llevarla al
éxito
profesional,
dotarla de
un corazón
inmenso...
Esta
malagueña no
tuvo que
convencer al
Universo de
su
hermosura;
fue el
propio
Universo el
que quedó
prendado y
cautivado
por tanta
perfección
intelectual
y humana,
humana e
intelectual,
ambas unidas
y desveladas
en una sola
criatura. Le
ofreció todo
lo bueno,
pero también
todo lo
malo. La
vida de esta
perfección
humana desde
su inicio al
final de su
paseo por el
estrellato
no fue
precisamente
un camino de
rosas, como
cabría
suponer.
Cierto es
que tocó el
cielo de la
fama, pero
no menos
cierto es
también que
cayó al
infierno de
las drogas y
el
infortunio.
La vida de
Amparo Muñoz
tampoco fue
fácil en su
trayectoria
sentimental:
no sólo los
problemas
con las
drogas y con
la Justicia
lastraron la
felicidad de
esta mujer
casi divina,
sino también
sus
fracasados
amoríos.
Varios
hombres tuvo
a su lado;
sin embargo,
ninguna
relación
terminó
bien. El
espíritu
luchador de
que estuvo
dotada le
hizo
levantarse,
reconstruirse
en muchas
ocasiones;
al final, la
fatalidad
pudo con
ella. Quien
lo tuvo todo
careció,
desgraciadamente,
de buena
gente a su
lado; las
malas
compañías le
hicieron
mucho daño
sin que ella
se diese
cuenta. A lo
largo de su
paseo por el
mundo del
glamur y la
fama, un
mundo que
tanto empeño
puso en
promesas, la
actriz y
única Miss
Universo
española de
la historia
tuvo una
trayectoria
jalonada de
contrastes
vitales, una
vida de
triunfos y
fracasos, de
alegrías y
amarguras,
de amores y
desengaños…
que la
condujeron,
primero, a
la ruina
personal y,
por fin, a
una muerte
irremediable.
Las líneas
que siguen
son un
sencillo
pero muy
sincero
homenaje de
nuestra
parte a
quien tuvo
de todo,
menos
suerte.
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Amparo Muñoz, Miss Costa del Sol
(1973) |
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Infancia y
juventud
Amparo Muñoz
Quesada nace
en
Vélez-Málaga,
municipio
medular de
la comarca
la Axarquía,
el 21 de
junio de
1954, en el
seno de una
familia
humilde. La
mayor de
seis
hermanos,
Amparito
estaba
dotada de
una
inteligencia
que se hizo
evidente
desde sus
primeros
años; sin
embargo, los
precarios
medios
económicos
familiares
no le
permitieron
estudiar más
que lo que
entonces se
llamaba
Bachillerato
Elemental.
Los recursos
se hacían
escasos para
una prole
tan
numerosa,
así que
Amparo se
crió con sus
padrinos,
que no
tenían
hijos.
Acabados los
estudios, y
siendo aún
muy joven,
entra a
trabajar
como
dependienta
en los hoy
desaparecidos
Almacenes
Mérida, de
donde pasa a
una
boutique,
que le
brinda la
oportunidad
de pasar
modelos en
diversos
centros
comerciales
de
Andalucía.
Por esta
época,
Amparito era
una chica
muy
extrovertida,
cordial y
generosa con
sus amigos y
conocidos,
amante de
los
animales, de
un gran
sentido del
humor y con
la mirada
fija en un
horizonte
más amplio.
Llevada de
su afán de
superación,
realiza unos
cursos de
taquigrafía
y
mecanografía
y, por
recomendación
del padre
que era
socio, es
empleada
como
secretaria
en una
empresa de
publicidad,
labor a la
que parecía
destinada,
hasta que,
de una forma
inesperada,
da el salto
a los
certámenes
de belleza.
En honor a
la verdad,
cabe decir
que la joven
Amparo
llamaba la
atención por
su atractivo
físico, su
jovialidad y
su alegría
hasta el
punto de que
sus amigas
no cesaban
de animarla
insistentemente
a que se
presentara a
concursos de
belleza, que
por entonces
se
organizaban
con bastante
más
frecuencia
que en la
actualidad;
sin embargo,
ella se
negaba
siempre a
participar
en esos
eventos,
alegando que
había muchas
chicas con
las que
competir y
que no
estaba
dispuesta a
presentarse
entre tantas
bellezas.
Evidentemente,
su juventud
y su belleza
iban
paralelas a
su humildad
y falta de
arrogancia.
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Amparo Muñoz, Miss Universo
(1974) |
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1973: De
‘Mis Costa
del Sol’ a
‘Miss
España’
Sabedor de
las
posibilidades
de la joven
Amparo, el
director del
diario SUR,
periódico al
que ella iba
casi a
diario a
poner los
anuncios de
su empresa,
la animó a
presentarse
al certamen
Miss Costa
del Sol,
aprovechando
la doble
circunstancia
de que se
celebraba en
Vélez-Málaga
y de
tratarse de
un evento
que el
rotativo
figuraba
como
patrocinador.
Por este
años van a
coincidir en
el tiempo
dos hechos
importantes
en su vida:
el
fallecimiento
de su
abuela, a la
que Amparo
se sentía
muy unida,
y, varios
días
después, la
selección de
la joven
para
presentarse
al certamen
en que se
elegía a
Miss Costa
del Sol. En
un
principio,
muy afectada
por el
reciente
fallecimiento
de uno de
sus seres
más
queridos,
decide no
acudir, pero
su padre la
anima a
presentarse
evocándole
el deseo
complaciente
de su
querida
abuela.
Y la joven
malagueña
resulta
elegida Miss
Costa del
Sol 1973.
Una vez
ganado este
certamen, es
alentada por
familiares y
amigos para
que se
presentara a
Miss España,
concurso que
se celebra
en
Lanzarote,
en agosto
del mismo
año, y que
consigue
ganar.
Cuenta 19
años y ya se
ha alzado
con dos
triunfos.
Ese mismo
año, llevada
de una
animosidad e
ilusión
extremas,
decide
concursar en
el certamen
de Miss
Europa,
pero, en
esta
ocasión, se
alza con el
título la
holandesa
Anke Maria
Groot y
Amparo
resulta
elegida
Primera Dama
de Honor. No
obstante, la
fama que ha
ido
adquiriendo
durante
estos pocos
meses de
reconocimientos
le permite
entrar por
derecho en
el mundo de
la moda.
También, ese
mismo año de
1973, y sin
ninguna
experiencia
interpretativa,
Amparo se
pone, por
primera vez,
ante las
cámaras en
El diablo
en persona,
una película
mexicana
dirigida por
Edgardo
Gazcón
(estrenada
en México en
1982).
Durante
estos
primeros
años de
gloria y
glamur,
Amparo
conoce a
Antonio
Flores en
1973, entre
quienes
brota nace
un recíproco
atractivo,
una especial
atracción
física y una
intensa
amistad. Por
esta época
conoce a
Máximo
Valverde, de
quien se
siente
atraída por
su atractivo
físico y
sensual,
pero cuya
relación no
va a pasar
de la simple
amistad.
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Amparo Muñoz, la joven malagueña «Reina de la Belleza y de la Elegancia», deslumbra al mundo entero por su sonrisa y su juventud, su desparpajo y su gracejo andaluz, su alegría y sus ganas de vivir. |
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1974: ‘Miss
Universo’,
el reinado
de la
polémica
El triunfo
máximo le
llegaría a
la joven
malagueña un
año después,
cuando
resulta
elegida y
coronada
Miss
Universo en
el certamen
celebrado en
Manila
(Filipinas)
el 22 de
julio de
1974,
convirtiéndose
así en la
primera y
única
española en
obtener el
máximo
galardón en
este tipo de
eventos.
Pero su
reinado fue
tan
controvertido
como
efímero. Los
pocos meses
que ostenta
el título
estuvieron
marcados por
la polémica,
ya que
Amparo se
niega a
prestarse a
las
habituales
manipulaciones
de la
organización.
Así, la
propuesta de
realizar un
viaje a
Japón la
pone en la
difícil
tesitura de
optar entre
ceder en su
postura o
renunciar al
título. Y
Amparo,
firme en sus
convicciones,
renuncia al
título. Por
vez primera
en la
historia de
estos
concursos,
el título
que deja
vacante la
española no
le fue
otorgado a
ninguna otra
de las
aspirantes.
Este gesto
suyo, que
evidenció su
natural
carácter, la
convirtió en
la mujer más
comentada de
los medios
de
comunicación.
Lógicamente,
un rostro
como en suyo
no pasó
desapercibido
para el
mundo de la
belleza y la
noticia.
Se instala
en Madrid,
y, enseguida,
fue
solicitada
por las
revistas más
importantes
del momento,
siendo
portada en
múltiples
ocasiones;
igualmente,
le
ofrecieron
papeles
cinematográficos
para debutar
como actriz
de reparto.
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En 1976, en el rodaje de película
La
otra alcoba,
de Eloy de
la Iglesia, comparte
cartel con
el actor y
cantautor Patxi Andión, del que se enamora y con el que se casa unos meses después. |
|
Amparo
Muñoz: cine
y amoríos
En efecto.
Amparo Muñoz
inicia su
largo
periplo en
el cine,
participando
como
protagonista
en Tocata
y fuga de
Lolita
(1974), de
Antonio
Drove, a la
que sigue
Vida
conyugal
(1974),
dirigida por
Roberto
Bodegas;
Clara es el
precio
(1975), de
Vicente
Aranda, la
muy
taquillera
Sensualidad,
de Germán
Lorente; y,
en 1976,
interviene
en La
otra alcoba,
de Eloy de
la Iglesia.
En esa
película
comparte
cartel con
el actor y
cantautor
Patxi Andión,
del que se
enamora y
con el que
se casa unos
meses
después. Sin
embargo,
este
matrimonio
empieza
pronto a
presentar
síntomas de
que no tener
muchas visas
de futuro.
La
incompatibilidad
de
caracteres
se hace
evidente de
manera casi
inmediata en
la pareja y
la ruptura
es
inevitable.
Pero su mala
suerte a la
hora de
escoger a
los hombres
queda de
manifiesto
en sus
relaciones
posteriores.
Su carrera
filmográfica
se continúa
con Las
aventuras
del Hada
Rebeca
(para
televisión,
1976),
Mauricio,
mon amour
(1976),
Voltereta
(1976),
Acto de
posesión
(1977),
Del amor y
de la muerte
(1977), de
Giménez
Rico;
Experiencia
extramatrimonial
de una
esposa
(1978),
El tahúr
(1979),
Mamá cumple
cien años
(1979), de
Carlos
Saura;
Dedicatoria
(1980), de
Jaime
Chávarri, y
Mírame
con ojos
pornográficos
(1980).
Durante
estos años,
una vez
divorciada
de Patxi
Andión,
Amparo vive
unida
sentimentalmente
al productor
de cine
Elías
Querejeta,
relación que
acaba en
nada.
En 1980,
Amparo Muñoz
se traslada
a México,
donde conoce
al
anticuario
chileno
Flavio
Labarca,
individuo de
dudosa
reputación
cuyo nombre
estaba
vinculado al
tráfico de
estupefacientes.
Es a partir
de este
momento
cuando, como
veremos más
adelante,
todo empieza
a irle de
mal a peor a
la actriz
malagueña:
tendrá
problemas
con la
Justicia, se
verá
implicada en
redadas
antidroga,
la prensa
especulará
sobre su
salud,
tendrá líos
con exnovios,
pasará por
dos
matrimonios
y a menudo
se verá
inmiscuida
en peleas
con
«camellos».
No obstante,
en un primer
momento, su
intervención
en el cine,
normalmente
de corte
erótico, se
concreta en
cuatro
películas
más en 1981:
Como México
no hay dos,
Las siete
cucas,
La mujer
del ministro,
de Eloy de
la Iglesia;
y
Trágala,
perro,
algunas de
ellas
rodadas en
México. A
1982
corresponden
El gran
mogollón
y una de sus
películas de
mayor éxito,
Hablamos
esta noche,
que rueda
bajo la
dirección de
Pilar Miró;
corresponden
también de
ese año la
película
Si las
mujeres
mandaran (o
mandase)
y su
intervención
en dos de
los
capítulos de
la serie de
TVE
Sonatas de
estío,
dirigida por
Fernando
Méndez-Leite
para
televisión,
en la que
interpreta
el papel de
‘Niña Chole’.
Corresponden
a 1983 sus
interpretaciones
de Se me
sale cuando
me río,
Sexo vs.
sexo y
Nada
menos todo
un hombre.
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|
En 1980,
Amparo Muñoz se traslada a México, donde conoce al anticuario chileno
Flavio Labarca, individuo de dudosa reputación cuyo nombre estaba vinculado al tráfico de estupefacientes,
al que se
une
sentimentalmente
en 1983, en
una exótica
ceremonia
según el
rito hindú dharma, sin
valor legal
en
Occidente,
que
fue celebrada en
la isla de
Bali
(Indonesia). |
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Filipinas:
Enfrentamiento
con Natalia
Palanca
En febrero
de 1983, es
invitada por
la esposa
del entonces
presidente
de
Filipinas,
Ferdinand
Marco, y
viaja a
Manila para
asistir a un
Festival
Cinematográfico.
Inesperadamente,
la actriz
anuncia que
fija su
residencia
en Filipinas
junto con su
entonces
compañero,
Flavio
Labarca, con
el que
afirma va a
casarse. La
unión entre
ambos se
celebra en junio de
ese año, en
una exótica
ceremonia
celebrada en
la isla de
Bali
(Indonesia)
según el
rito
hindú dharma,
matrimonio
sin valor
legal en la
mayor parte
de los
países
occidentales
y, al
parecer, sin
más
fundamento
que de
cobrar una
exclusiva.
Es su
segunda
vinculación
sentimental
y, desde un
comienzo, no
tiene visas
de que vaya
a durarle
mucho. La
separación
de ambos,
que había
ido
gestándose
poco a poco
y entre
problema y
problema de
la actriz,
se consumará
unos años
después.
Durante su
estancia en
Filipinas,
interviene
en la
película
Demasiado
hermosa
(1983), en
cuyo rodaje
Amparo es
denunciada
por la
productora,
Natalia
Palanca, por
abofetearla
y tirarle de
los pelos.
Fuese o no
cierto el
motivo de la
acusación,
la vida en
el
archipiélago
filipino se
le va
complicando
cada día más
a la actriz
española
hasta que,
en 1984,
decide
trasladarse
a España. No
obstante,
ese
desagradable
incidente
continuó su
cauce legal
y daría
lugar a que,
en 1985,
fuese
juzgada en
ausencia y
condenada a
cuatro años
de prisión,
condena que,
lógicamente,
no cumplió.
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En 1991, la
actriz
contrae
matrimonio
por tercera
vez con
Víctor
Santiago
Rubio
Guijarro,
enlace que
la marca con
un nuevo
fracaso
sentimental,
al terminar
la relación,
en 1994, con
un nuevo
divorcio. |
|
Regreso a
España: Más
cine
Ya en
España,
finaliza el
rodaje de
El balcón
abierto,
en el papel
de ‘La
Mujer’, del
director
Jaime
Camino,
película con
la que en
septiembre
de 1988 se
inaugura el
Festival de
Cine y
Música de
Tamara,
celebrado en
Rabat
(Marruecos).
Un año
después, en
1985,
coprotagoniza
con Antonio
Resines
La reina del
mate,
que supuso
el debut
como
director
cinematográfico
de Fermín
Cabal, y, en
1986,
interviene
en En
penumbra,
en la que
interpreta a
‘Helena’, y
Lulú de
noche,
en el papel
de ‘Nina’,
de Emilio
Martínez
Lázaro; y
Delirios de
amor,
dirigida por
Antonio
González
Vigil.
|
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Cartel de la película
Lulú de
noche (1986), en el papel de ‘Nina’, dirigida por Emilio Martínez-Lázaro, y coprotago-nizada con Imanol Arias y Antonio Re-sines. |
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Amparo
Muñoz: En
las garras
de la
heroína
En abril de
1987, cuando
no ha hecho
más que
finalizar el
rodaje de
algunos
episodios de
Vidas
privadas,
la actriz es
detenida
junto con
Natalia
Vélez en
Barcelona
cuando, en
una redada
policial,
son
sorprendidas
comprando
seis
papelinas de
heroína. Las
dos mujeres
fueron
conducidas a
las
dependencias
policiales,
donde la
actriz
declaró que
no compraba
la droga
para su
propio
consumo,
sino que lo
hacía para
otra
persona,
adicta,
según
parece, a la
heroína.
Poco después
de haber
prestado
declaración,
ambas son
puestas en
libertad sin
cargos, ya
que la
cantidad de
droga que
les fue
incautada en
el momento
de la
detención no
sobrepasaba
los límites
fijados para
el consumo
personal.
Otra vez
había
logrado no
ser
encarcelada,
pero Amparo
Muñoz era
reclusa de
otra cárcel
aun peor:
estaba
enganchada
al grillete
de la droga,
el gran
talón de
Aquiles de
su
trayectoria
personal y
profesional.
Con todo,
ese año
interviene
en las
películas
Al acecho,
un western
coprotagonizado
con el actor
italiano
Giuliano
Gemma y
dirigido por
Gerardo
Herrero;
Las dos
orillas
y Los
invitados,
en la que
interpreta
en papel de
‘La
Catalana’.
En 1989,
participa,
como actriz
invitada, en
un capítulo
de la serie
Brigada
Central,
pero la
actriz es
cazada de
nuevo cuando
compraba
heroína en
el centro de
Barcelona.
Detenida, es
puesta en
libertad sin
cargos, con
la promesa
de no
reincidir.
Durante el
verano, tras
recuperarse
momentáneamente
de su
adicción a
la heroína
en el hogar
paterno,
protagoniza
La Luna
Negra,
episodio de
la serie
televisiva
Sabbath,
de Imanol
Uribe,
coproducida
por TVE.
|
|
|
|
Cartel publicitario de la
Tocata
y fuga de
Lolita
(1974), producida por José Luis Dibildos y dirigida por Antonio Drove, en el que trabaja junto al entonces galán español Arturo Fernández. |
|
Amparo
Muñoz:
Víctima del
sida
Su evidente
deterioro
físico
propicia la
publicación,
en algunos
medios de
comunicación,
de unos
rumores que
circulaban
en torno al
hecho de que
la actriz
era
seropositiva.
Así, por
ejemplo, en
enero de
1990, el
diario YA
publicaba en
portada un
artículo
firmado por
Rosa
Villacastín
en el que se
aseguraba
que «el sida
pone a
Amparo Muñoz
al borde de
la muerte»
y, dos días
más tarde,
otro
periódico
daba como
cierto que
se
encontraba
en «fase
terminal»,
lo que la
actriz
desmiente
con análisis
médicos en
La
Máquina de
la Verdad,
programa de
televisión
presentado
por Julián
Lago.
Pero, poco
después,
vuelve a
comparecer
ante la
Justicia, al
ser
denunciada,
en dos
ocasiones
consecutivas,
por el
impago de
las facturas
derivadas de
su estancia
en el hotel
Málaga
Palacio y en
el Parador
Nacional de
Oropesa
(Toledo).
|
|
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|
Su evidente deterioro físico propicia la publicación, en algunos medios de comunicación, de unos rumores que circulaban en torno al hecho de que la actriz era seropositiva. |
|
Tercer
matrimonio y
más cine
En febrero
de 1991, la
actriz
contrae
matrimonio
por tercera
vez con
Víctor
Santiago
Rubio
Guijarro,
enlace que
la marca con
un nuevo
fracaso
sentimental,
al terminar
la relación,
en 1994, con
un nuevo
divorcio.
Participa en
la película
La
intrusa
(1993),
inspirada en
un cuento
del escritor
argentino
Jorge Luis
Borges y
dirigida por
Jaime
Chávarri,
película que
sirvió de
primer
capítulo de
la serie
homónima de
TVE, en la
que encarna
el papel de
‘Gracia’.
En 1996,
tras estar
varios años
alejada del
cine, el
director y
actor Paul
Naschy la
llama para
protagonizar
su filme
Licántropo,
en el que
interpreta
el papel de
la ‘doctora
Mina
Westenra’.
Casi de
inmediato,
trabaja en
otras dos
películas,
Fotos,
del canario
Elio
Quiroga, y
Familia,
de Fernando
León. Un año
después, en
1997,
intervine en
la película
Elles,
con el papel
de ‘María’.
Tras unos
años de
sequía
laboral,
reaparece
fugazmente
en Tierra
de cañones
(1999),
en la que
interpreta
el papel de
‘La Cantero’
y Un
paraíso bajo
las estrella
(2000), como
‘Olivia’.
|
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En 2005,
Amparo Muñoz presenta su
libro de
memorias
La vida es
el precio, libro autobiográfico, redactado con la ayuda del periodista y escritor Miguel Fernández, con el que volvería a los platós, esta vez para alimentar el morbo de los programas de corazón. |
|
Amparo
Muñoz: “La
vida es el
precio”
Pasan los
años y
Amparo
Muñoz, la
que una vez
fue Miss
Costa del
Sol, Mis
España y
Miss
Universo
decae física
y
anímicamente
a su
inexorable
paso. Ya no
es ni una
sombra de
aquella
joven que
había
deslumbrado
al mundo con
su belleza,
locuacidad y
gracejo
andaluz.
En 2003,
Amparo
sufre dos
aneurismas
cerebrales,
que le
paralizan la
mitad del
cuerpo.
Amparo se
prepara para
lo peor. Se
le
diagnostica
como factor
causante un
tumor en el
cerebro, del
que es
intervenida
quirúrgicamente
en Valencia.
La
enfermedad
parece
remitir,
aunque las
secuelas de
la
intervención
le impiden
ver bien,
tiene
dificultad
en el habla
y necesita
ayuda para
algo tan
simple como
desplazarse
de un sitio
a otro. La
que un día
sostuvo
sobre su
cabeza la
corona de la
mujer más
bella ahora
no puede
sostener su
propio
cuerpo.
Y la que
salió de
Málaga en
1973 a
Málaga
vuelve
definitivamente
30 años
después,
enferma,
frágil y
desorientada…
y
calladamente
frustrada.
En 2005,
presenta su
libro de
memorias
La vida es
el precio,
con el que
volvería a
los platós,
esta vez
para
alimentar el
morbo de los
programas de
corazón. En
este libro
autobiográfico,
redactado
con la ayuda
del
periodista y
escritor
Miguel
Fernández,
la modelo y
actriz
repasa sin
tapujos,
directamente,
sin
eufemismos,
una vida
sentimental
marcada por
sus fracasos
matrimoniales,
su adicción
a las drogas
y su lucha
contra la
muerte.
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|
Tras la operación a que es sometida, la
enfermedad
parece
remitir,
aunque las
secuelas de
la
intervención
le impiden
ver bien,
tiene
dificultad
en el habla
y necesita
ayuda para
algo tan
simple como
desplazarse
de un sitio
a otro. La
que un día
sostuvo
sobre su
cabeza la
corona de la
mujer más
bella ahora
no puede
sostener su
propio
cuerpo. |
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Los últimos
días de
Amparo Muñoz
Amparo vive
estos años
de
convalecencia
entre la
casa de su
novio en el
barrio de La
Palmilla y
una casa
familiar de
dos plantas,
ubicada en
la malagueña
calle de
Alcalde
Ronquillo,
con su madre
enferma.
Pero el
sábado 27 de
febrero de
2011, cuando
el reloj
marcaba las
23.30 horas,
la modelo y
actriz, Miss
Costa del
Sol, Miss
España y
Miss
Universo
Amparo Muñoz
entregaba su
alma al
Creador en
su casa de
Málaga.
Tenía 56
años. Cuando
tuvo lugar
el óbito, se
hallaba
rodeada de
su familia.
Por
veleidades
de la
casualidad,
en ese
momento se
estaba
celebrando
la gala de
entrega de
los premios
Oscar.
Su
premonición
había
cobrado
realidad:
jamás había
logrado
vencer a su
terrible
enemigo, el
cáncer
pervivía
silenciosamente
agazapado en
su cerebro.
En las
últimas
semanas,
había
sufrido una
recaída y su
salud estaba
muy
deteriorada.
Su final era
tan
inminente
como
irremediable.
Ahora, por
fin, la que
deslumbró al
mundo entero
por su
sonrisa y su
juventud, su
belleza y su
elegancia,
su alegría y
sus ganas de
vivir… la
que fue
Reina de la
Belleza, la
única
española en
coronarse
como Miss
Universo,
descansa ya
en paz. |