istoriador
inquieto
y
comerciante
erudito,
Pedro José Davó fue un
incansable
investigador
de la ciudad
de Málaga.
Llevado de
una
inusitada
curiosidad
por saber de
Málaga, fue
una
constante en
su vida
conocer el
pasado y el
presente de
su ciudad
natal,
degustar el
encanto de
sus
estrechas
callejuelas,
la belleza
de sus
desconocidos
cimientos y
las causas
de su
actualidad.
No vaciló en
convertirse
en un ratón
de
biblioteca,
removiéndose
a sus anchas
entre los
escondidos
legajos y
los
dispersos
cartapacios
de los
archivos
históricos
que llegó a
conocer.
Solo un
tesón así y
un
entusiasmo
personal
como el suyo
pueden
justificar
que su
legado sobre
el acueducto
de San Telmo
sea todavía
hoy
considerado
un referente
de obligada
consulta.
Primeros
años
Pedro José
Davó Díaz
nace en
Málaga el 27
de agosto de
1957. Su
casa natal
se sitúa en
la plaza de
San
Francisco,
un rincón
recoleto y
romántico
donde jugó
desde su más
tierna
infancia con
sus cinco
hermanos, y
donde él
fijaría
luego su
residencia
al contraer
matrimonio.
Son sus
padres el
matrimonio
formado por
Manuel Davó
Marteache e
Inés Díaz
Reina. En un
contexto
familiar
como el
descrito,
especial
atención
merece la
influencia
del padre,
un
comerciante
vocacional
que luchó
toda su vida
por realzar
la calle
Carretería,
donde la
familia
tenía un
establecimiento
de muebles,
y, por
entonces, la
vía más
significativa
del tejido
comercial de
la ciudad.
Pedro José
crece como
un chico
feliz y
contento
junto a sus
hermanos,
Manuel,
María
Dolores,
José,
Enrique e
Inés. En un
ambiente
familiar
propio de
los años 60,
el
entretenimiento
consistía en
juegos
infantiles
que hoy en
día ya solo
perviven en
el recuerdo
de aquellos
niños y
jóvenes de
entonces.
Impregnado
del ambiente
empresarial
que la
figura
paterna
encarnaba, y
como indicio
precoz del
empresario
que sería
después, al
pequeño
Pedro José
le gustaba
organizar
sesiones de
cine con sus
hermanos y
amigos:
proyectaba
pequeñas
películas
con un
proyector de
juguete
Cinexin, que
tantas
nostalgias
despierta en
quienes
hubimos de
coincidir en
el tiempo
con el ahora
biografiado.
Así comenzó
el germen de
ser el
futuro
comerciante
que se
plasmó ya
adulto.
En 1962,
ingresa como
alumno en el
colegio de
los Padres
Agustinos de
Málaga.
Quienes
llegaron a
conocerle en
esta época,
le recuerdan
como un buen
estudiante,
y dicen de
él que una
de sus
mayores
aficiones
era la
lectura. Ya,
desde
pequeño,
comenzó a
formar su
biblioteca,
algo que
toda su vida
ha tenido un
significado
muy
importante
para él,
incluso se
confeccionó
él mismo un
fichero en
el que tenía
recogidos
los títulos
de los
libros que
iban
poblando
paulatinamente
los
anaqueles de
su
estantería.
Simultáneamente
a su faceta
de buen
estudiante y
empedernido
lector, al
joven Pedro
José le
agradaba
también
pasar largos
ratos junto
a su padre
en el
negocio
familiar,
observándole
y ayudándole
en muchos
momentos.
Etapa
universitaria
Concluidos
los estudios
de
Bachillerato
en 1975, su
interés se
orienta
entonces
hacia la por
entonces muy
joven
universidad
malacitana,
en donde
inicia los
cursos de
Filosofía y
Letras en la
rama de
Geografía e
Historia. En
1980 egresa
de la
Universidad
como
licenciado,
con un
importante
caudal de
material
bibliográfico,
que empieza
a
incrementar
con la
recopilación
de libros de
toda índole,
con
predominio
notable los
relacionados
con la
historia y
el arte,
fondo que
hoy día ha
llegado a
manos de sus
hijos y que
es de un
valor
inestimable.
Ese mismo
año,
proyecta la
redacción de
su memoria
de
licenciatura,
cuyo interés
centra en el
Acueducto de
San Telmo.
Al par que
empieza a
recabar
datos para
su trabajo
universitario,
Pedro José
se ofrece a
participar
en la
realización
del
Inventario
del Archivo
Histórico de
la Catedral
de Málaga y
del
Obispado. En
1981,
participa
como
profesor
colaborador
en las
actividades
de la
Asociación
Europea de
Profesores
de Español,
ejerce
también como
profesor
colaborador
en el
Departamento
de Arte de
la
Universidad
de Málaga y
coopera con
el colectivo
“Incorporación
de Málaga a
la Corona de
Castilla”.
Asimismo,
entra a
formar parte
de la
iniciativa
que solicita
la concesión
de la
Medalla de
la Orden de
Alfonso X el
Sabio al
canónigo
catedralicio
Jesús
Corchón
Martínez por
su
inestimable
labor en la
dirección de
las escuelas
del Ave
María.
Mencionaremos
igualmente
su trabajo
en la
elaboración
del
Censo-Guía
de archivos
de la
provincia de
Málaga,
realizada a
lo largo de
los años
1982 y 1983.
En 1983,
colabora y
participa en
diversas
actividades
organizadas
por el
Instituto de
Ciencias de
la Educación
de Málaga. A
lo largo de
este año,
colabora
también como
restaurador
del Museo
Diocesano de
Arte Sacro
de Málaga
(hoy
desaparecido)
y de la
capilla del
Sagrario de
la Parroquia
de San Pedro
de los
Percheles de
Málaga.
Finalizadas
ambas
tareas,
acomete el
embellecimiento
del camarín
de la
Iglesia de
los
Mártires:
San Ciriaco
y Santa
Paula, labor
esta
extremadamente
minuciosa y
detallista.
El 29 de
junio del
1985, Pedro
José contrae
matrimonio
con Carmen
Varo
Fernández,
y, en 1990,
nace su
primer hijo,
Pedro José
Davó Varo.
Comienza su
etapa
literaria
A medida que
transcurren
los años, su
afán por la
investigación
va creciendo
al mismo
ritmo. Como
ya hemos
adelantado,
el tema que
más le
apasiona es,
desde luego,
la historia
de Málaga,
su ciudad
natal. Su
biblioteca
contaba ya
con
numerosos
volúmenes de
Historia y
de Arte,
pero los
relacionados
con Málaga y
su
provincia,
de manera
preferente
aquellos que
atañen a su
historia, su
arte, las
costumbres
de sus
gentes,
personajes
ilustres,
las familias
representativas
de esta
ciudad
llenaban sus
estanterías
de manera
espectacular.
Era
sorprendente
la pasión
con que se
entregaba a
la búsqueda
de cualquier
detalle, de
cualquier
cosa
relacionada
con la
historia de
Málaga. Y
así, con esa
tenaz calma
de que solo
está dotado
el
investigador
nato, logró
hacer acopio
de tal
cantidad de
material que
sorprende
por su
cantidad y
su valor
histórico.
|
|
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|
“Arroyo Quintana”, uno de los tres tramos del acueducto de San Telmo.
(Foto: AmigosMuseoMalaga.es) |
|
El acueducto
de San Telmo
Si hubo algo
que cautivó
sobremanera
el interés
de Pedro
José, solo
puede ser el
acueducto de
San Telmo.
Rememorando
una vez más
su afán por
la historia
de Málaga,
mencionaremos
la gran
labor
investigadora
que desplegó
sobre una
obra de
ingeniería
comenzada en
las
postrimerías
del siglo
XVIII, en
torno a los
años
1782-1783, a
instancias
del obispo
José Molina
Larios, y
que acometió
el
arquitecto
José Martín
de
Aldehuela:
al acueducto
de San
Telmo. El
fin del
obispo era
abastecer de
agua a la
ciudad de
Málaga, y
redactar
unas
ordenanzas
en orden a
la
conservación,
mantenimiento
y limpieza
del canal.
Consciente
de la escasa
documentación
que hasta el
momento se
conocía
relacionada
con esta
grandiosa
obra de
ingeniería,
hecho que
contrastaba
notablemente
con lo que
había
significado
para Málaga
y el
bienestar de
sus
moradores,
Pedro José
decide
dedicarse de
modo
preferente a
un profundo
estudio del
canal,
resultando
un trabajo
historiográfico
hasta
entonces sin
precedentes.
En su
trabajo
quedaba bien
justificado
lo que había
supuesto
este
acueducto
para la
población de
Málaga, pues
el
abastecimiento
de agua
había sido,
desde
antiguo, el
problema más
acuciantes
que la
ciudad había
tenido
planteado.
Por otra
parte, el
acueducto de
San Telmo
conformaba,
junto a
otras
modificaciones
urbanísticas
que se
estaban
llevando a
cabo, la
génesis de
una ciudad
que había
iniciado su
modernización
a partir de
la segunda
mitad del
siglo XVIII.
Todavía hoy
día existe
una
asociación
malagueña
formada por
profesores,
investigadores,
arquitectos
e ingenieros
denominada
“Amigos del
Acueducto”,
a la que
Pedro José
perteneció.
Material
documental
Toda la
información
relacionada
de alguna
manera con
este
acueducto se
hallaba
almacenada
en unas
dependencias
de las
escuelas del
Ave María de
Málaga, sin
ningún tipo
de
ordenación,
referencia o
catalogación
que
permitiera
identificar
su temática,
amontonados
unos sobre
otros,
desordenados
por
completo. Su
estado era
lamentable.
Los muchos
años de
olvido y
dejación
habían
inmerso todo
aquel caudal
de
documentos
en un
tremendo
desorden y
cubierto de
una buena
capa de
polvo.
Pero,
gracias al
tesón de una
persona,
gracias al
interés de
Pedro José,
las
generaciones
venideras
iban a tener
a su
disposición
un archivo
correctamente
ordenado por
fechas y
materias,
con una
pronta
visibilidad
de aquello
que se
quiera
localizar en
un momento
dado sobre
el acueducto
de San
Telmo.
Además de
los trabajos
de limpieza
y
clasificación
ya
mencionados,
ahora se
hacían
necesarios
la lectura y
el estudio
de los
setenta y un
legajos que
había
almacenados,
todos
dispersos
por uno y
otro lado.
Este
problema se
veía
agravado por
el hecho de
que los
diferentes
legajos
contenían
temas de la
más diversa
índole, lo
cual,
indiscutiblemente,
hacía mucho
más gravoso
el trabajo
de
investigación,
pues su
valoración
exigía
previamente
la difícil
tarea de
seleccionar
y ordenar
minuciosamente
lo que
correspondía
al
acueducto,
procurando
separar con
sumo cuidado
dicha
documentación
de aquellos
otros
escritos y
referencias
varias que
atañían a
otros
asuntos o
eventos.
En lo
referente a
los libros,
su consulta
resultó más
liviana ya
que estaban
ordenados
cronológicamente.
Pero, una
vez
realizada la
catalogación
del material
bibliográfico
existente,
el valor
historiográfico
de la
documentación
planteó el
problema de
su
conservación
y custodia
en un lugar
más adecuado
que el sitio
en donde
hasta ahora
se había
guardado. En
la misma
memoria de
licenciatura,
el autor
apunta la
posibilidad
y
conveniencia
de que este
archivo
fuera
conservado
por un
organismo
público
dependiente
de la
Dirección
General de
Archivos,
Bibliotecas
y Museos. De
no ser este
el lugar
donde
pudiera
residir,
propone como
alternativa
algún
archivo
eclesiástico,
apuntando la
sugirencia
de que el
catedralicio
o el
episcopal
parecían
enclaves
idóneos para
su custodia.
Hoy día,
todo este
acervo
documental
se halla
ubicado en
el archivo
histórico de
la Catedral.
|
|
|
|
“Arroyo Hondo”, otro tramo del acueducto.
(Foto: DiarioSur.es) |
|
Memoria de
Licenciatura
Su memoria
de
licenciatura
se concretó
en una gran
obra de
investigación,
El
acueducto de
San Telmo a
través de
sus fondos
documentales,
leída en
1984. Esta
memoria de
licenciatura
fue dirigida
por la
profesora
Rosario
Camacho
Martínez,
del
Departamento
de Geografía
e Historia
de la
Universidad
de Málaga.
El anhelo de
Pedro José
era que toda
su labor
investigadora
sobre una
construcción
tan
significativa
para Málaga
llegara a
los
malagueños
de forma
asequible,
pero esta
encomiable
aspiración
chocaba
frontalmente
con la
extensión
documental
de la
redacción.
Pero no ceja
en su
empeño. Por
fin, en
1986, dos
años después
de su
lectura,
culmina una
síntesis de
todos los
datos
recogidos en
su memoria y
publica un
libro, El
acueducto de
San Telmo,
editado por
el Servicio
de
Publicaciones
de la
Diputación
de Málaga (CEDMA),
en el número
19 de su
colección
Biblioteca
Popular
Malagueña,
libro que
alcanzó
notable
éxito,
particularmente
entre los
curiosos por
conocer las
señas de
identidad de
la ciudad.
Los frutos
de un
estudio bien
hecho
Esta
meritoria
labor de
búsqueda,
recopilación
de datos y
posterior
publicación
le abrió las
puertas en
los
diferentes
círculos de
la sociedad
malagueña. A
partir del
conocimiento
de los
resultados
de sus
pesquisas,
diferentes
organismos
le requieren
para
entrevistas,
conferencias
y la
publicación
de artículos
relacionados
con el
acueducto,
el tema
central de
sus
investigaciones.
Como
conferenciante,
siempre
destacaba en
su
presentación
el recorrido
incesante en
el
enriquecimiento
del estudio
de todo
aquello que
concerniera
a Málaga. En
el capítulo
de
publicaciones,
su labor en
la redacción
de su
memoria de
licenciatura
fue
reconocida
con la
concesión de
una Mención
Especial de
los Premios
Málaga de
Investigación
en su XVI
edición.
Además del
libro ya
citado,
Pedro José
colabora con
numerosos
artículos,
entre 1986 y
1987, en
diversas
publicaciones
y revistas,
como
Boletín de
Arte de la
Universidad
de Málaga,
Jábega
e Isla de
Arriarán,
principalmente.
Asimismo,
colabora en
los medios
de
comunicación
(diario
SUR y la
cadena
radiofónica
SER),
lee
ponencias y
dicta
conferencias
en diversas
entidades,
como las
llevadas a
cabo en el
Colegio
Oficial de
Ingenieros
de Caminos,
Canales y
Puertos, y
en el
Doctores y
Licenciados
en Filosofía
y Letras.
A lo largo
de toda la
primera
década del
nuevo siglo,
fue invitado
por varios
institutos
de educación
secundaria
(Sierra
Bermeja,
Martín de
Aldehuela y
Vicente
Espinel,
entre otros)
para
colaborar en
un ciclo de
conferencias
encaminadas
a arrojar
luz sobre la
historia de
Málaga y su
legado
documental,
a lo largo
de las
cuales dio a
conocer toda
la
documentación
que obraba
en su poder
referida al
acueducto de
San Telmo y
que conocía
a la
perfección
gracias al
profundo
estudio.
Aspecto
comercial
A lo largo
de todos
esos años,
Pedro José
procuró
hacer
compatible
su labor
investigadora
con la tarea
comercial en
el negocio
familiar
“Muebles
Manuel Davó”,
en calle
Carretería,
de gran
tradición en
nuestra
ciudad, saga
que él
decide
continuar
con la firma
de Muebles
Hijos de
Manuel Davó
S. L, dando
origen a la
cuarta
generación
dedicada al
comercio del
mueble en
Málaga. Era
conocida por
los
comerciantes
de
Carretería
su amable
entrega al
cliente y su
caballerosidad
manifiesta
ante la
presencia de
quien se
pudiera
interesar
por sus
artículos
puestos a la
venta.
Su muerte
Tras un
repentino
ataque de un
virus,
inexplicablemente
desconocido,
y una escasa
aunque
penosa
semana de
lucha entre
la vida y la
muerte,
Pedro José
Davó
finalmente
fallece el
10 de
febrero de
2014. |