e Antonio Gil Muñiz puede decirse que fue el maestro de un buen número de generaciones de maestros malagueños de la segunda mitad del siglo pasado, entre las cuales me incluyo. La vida de Gil Muñiz transcurrió con satisfacción, fruto del equilibrio de su personalidad, en la que se integran una afectividad repleta (su esposa, sus alumnos, sus amigos…), una vivencia intelectual constante y dinámica (sus clases, sus publicaciones…) y una plenitud vocacional, la del hombre que, con su vida, deja una huella de maestro en autenticidad. Quienes le conocieron personalmente le quisieron, quienes leyeron y estudiaron sus obras le recuerdan, y siempre fue un punto de referencia obligada en el Magisterio de su época.
Nacimiento e infancia: Ceuta y Málaga
Antonio Gil Muñiz nace en Ceuta el 31 de marzo de 1892, en el seno de una familia de clase media-alta. Su padre, de profesión interventor de Hacienda, y su madre, ama de casa, se preocuparon seriamente de que sus tres hijos (Antonio, Alfredo y África) tuvieran una buena formación, tanto humana como profesional.
Siendo todavía pequeños los niños, el padre es destinado a Málaga por razón de su trabajo y la familia se traslada a esta ciudad andaluza, aunque él residiría también, por distintas razones, en otras ciudades antes de recalar definitivamente en Málaga.
Juventud: Formación académica
Durante su primera estancia en Málaga, y una vez concluidos los estudios de Bachillerato, Gil Muñiz se matricula en la Escuela Normal de Maestros [1], donde, en 1910, obtiene el Título de Maestro Superior [2], a la edad de 18 años. Motivado por el ambiente familiar que le rodea, se ve impulsado a cursar estudios mercantiles en la Escuela de Comercio, a los que dedica todo el verano de 1910, al final de los cuales obtiene los Títulos de Contador y Profesor Mercantil [3].
Pero su interés personal no iba por las operaciones numéricas, sino por la educación y formación de las personas. En julio de 1913, ya en su nueva residencia de Madrid [4], ingresa en la Escuela de Estudios Superiores del Magisterio de la capital de España. En esta Escuela disfruta del trabajo de un profesorado pluralista, muy preparado, europeísta y con hondo sentido de responsabilidad profesional. En 1915, concluye los estudios en la especialidad de Ciencias [5]. Dotado de gran facilidad para el estudio, Gil Muñiz cursaría también luego los estudios de Derecho en la Universidad de Sevilla, cuya licenciatura obtiene en 1929 [6].
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Facha de la primera ubicación de la Escuela Normal de Maestros de Málaga. Hoy es la sede del Liceo. |
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Primera etapa profesional: Córdoba 1916-1939
En julio de 1916, Gil Muñiz toma posesión de una plaza de profesor numerario de Física, Química, Historia Natural y Agricultura en la Escuela Normal del Magisterio Primario de Córdoba, localidad a la que vivirá vinculado durante 23 años. Durante este tiempo, su actividad, tan intensa como diversificada, abarcará alumnos, maestros y sociedad en general, las tres orientaciones de la educación y la formación humanas. Es en esta ciudad donde comienza a poner en práctica su ideal educativo: formar buenos maestros y enriquecer la cultura luchando contra la ignorancia, dos constantes siempre presentes en su vida profesional.
En 1922, es elegido Académico de Número de la Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba [7]. En 1923, la Junta para la Ampliación de Estudios (J. A. E.) le concede una pensión para realizar estudios de perfeccionamiento de Psicología y Pedagogía fuera de nuestras fronteras, que Gil Muñiz aprovecha para ponerse en contacto con diversos centros formadores de docentes en Francia, Bélgica y Suiza y estudiar aspectos varios de Psicología Experimental, Paidología y Psicología Diferencial.
Esta experiencia europeísta, que repetirá posteriormente, siempre buscando el enriquecimiento personal que solo Europa podía facilitarle [8], le permite entrevistarse e intercambiar impresiones con profesores, educadores y alumnos de esos países, conocer otros planes de estudio, evaluar la vinculación teoría-práctica y examinar la adaptación de los centros a las características de su núcleo social.
Ese mismo año de 1923, nace en Guadalajara una revista que, desde su origen, aspira a convertirse en el órgano de expresión de las inquietudes y anhelos de los maestros en España, la Revista de Escuelas Normales [9], vinculada al Boletín de Escuelas Normales, con una finalidad bien definida: profundizar en la naturaleza pedagógica de la labor docente.
Gil Muñiz intensifica su actividad a partir de 1929. En diciembre de ese año, la Asociación de Profesores de Normales celebra una asamblea en Cuenca y acuerda nombrarle director de la revista; se acuerda también que esta publicación se edite igualmente en Córdoba, la ciudad en que reside su recién elegido director. Entre sus logros merece recordarse la nueva organización del Grupo Escolar ‘Colón’, que queda convertido en la Escuela Aneja a la Normal de Córdoba.
La Segunda República. La Guerra Civil
El 14 de abril de 1931 se proclama en España la Segunda República, en sustitución del régimen monárquico que representaba Alfonso XIII. Al igual que muchos otros intelectuales de la época, Gil Muñiz se siente atraído por la ideología republicana y se adhiere al Partido Republicano Radical (PRR) creado por Alejandro Lerroux. La experiencia republicana española terminará el 18 de julio de 1939, fecha del final de la Guerra Civil, que dio paso a la dictadura del general Francisco Franco Bahamonde [10].
En diciembre de 1931, es nombrado director de la Escuela Normal del Magisterio Primario de Córdoba, una de cuyas primeras medidas, muy avanzada para su tiempo, va a ser la fusión de las Escuelas Normales (masculina y femenina), antes segregadas, en un único centro. Es durante este periodo cuando propone un Plan de Reforma de las Escuelas Normales, en el que Gil Muñiz va a recoger su ideario educativo.
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Edificio de la Escuela Normal de Maestros (masculina y femenina), posiblemente en los días de su inauguración el 28 de abril de 1961.
(Imagen: Archivo Municipal de Málaga). |
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Por estos años, desempeña interinamente la Cátedra de Lengua Italiana del Instituto Nacional Contencioso de Córdoba, hasta que, en abril de 1935, es nombrado, por decreto, director general de Primera Enseñanza. No le ha tocado precisamente un buen momento para llevar a la práctica su ideal de una educación en paz y armonía: España está pasando por una etapa de gran agitación política. Convencido de que aquel clima social tan enrarecido no iba a permitirle llevar a cabo todo lo que él deseaba para el Magisterio, abandona el cargo ese mismo año y se reincorpora a su puesto en Córdoba.
Su etapa cordobesa toca a su fin coincidiendo con el término de la Guerra Civil en julio de 1939. En diciembre de ese año, como consecuencia de los expedientes de depuración del profesorado de los centros educativos que había comenzado a incoar la Comisión de la Cultura y la Enseñanza contra quienes habían tenido algún tipo de vínculo con la República [11], Gil Muñiz es separado del servicio docente y sufre encarcelamiento en el penal del Puerto de Santa María, Cádiz [12]. De ahí es deportado luego a Ansó, un pueblecito del Pirineo aragonés situado en el valle del mismo nombre. Los motivos que indujeron al tribunal a imponerle la pena parecen ser su militancia en el Partido Republicano Radical, su significación profesional durante la época de la República y su confesada admiración por algunos pensadores afrancesados y masones [13].
Influencias en esta primera etapa: Francisco Giner de los Ríos
En esta etapa profesional, Gil Muñiz recibe influencias, tanto a nivel personal como profesional, de figuras tan destacadas como Luis Vives, de quien admira la visión que tiene de la Psicología en el campo de la enseñanza; Jovellanos, del que valora la defensa que hace de la Pedagogía popular y de la enseñanza de las Ciencias Naturales en el aula; Narganes de Posada, del que estima la búsqueda de la mejora del medio, la educación y, a través de ella, la ciudadanía española; el padre Manjón, sobre todo lo que su obra tiene de continuación de las tesis de Pestalozzi y Fröbel, y, sobre todo, Francisco Giner de los Ríos [14], sin lugar a dudas el más admirado de todos, de quien Gil Muñiz destaca la tolerancia, la armonía, la vivencia religiosa profunda, la lección como norma de vida, el concepto formativo de la educación, el logro de un carácter, la espiritualidad fina y el sentido de la vida.
Segunda etapa profesional: Málaga 1942-1962
En 1942, ya en libertad después de unos meses de destierro en Ansó, Gil Muñiz regresa a Málaga y el matrimonio Gil-Soriano fija su residencia en un piso de la calle San Juan de Letrán [15]. El ambiente de posguerra que se vivía en Málaga y su condición de expedientado todavía en vigencia no le facilitan la vida, así que, para ganarse la vida, abre una academia a la da el nombre de “Doctor Angélico” y en la que imparte clases, entre otras materias, de Física, Química, Matemáticas, Lengua y Pedagogía.
El 26 de octubre de 1945 se deroga el expediente disciplinario que pesaba sobre él y que lo mantenía alejado de su actividad como docente, y, en enero de 1946, toma posesión de una plaza de profesor Numerario de Pedagogía y Organización Escolar en la Escuela Normal de Magisterio (sección masculina) ‘Salvador Rueda’ [16].
En 1957 es elegido director del centro, cargo que le va a facilitar llevar a cabo una fecunda labor en torno a la figura del Maestro. Realiza una enorme tarea divulgadora a través de conferencias para maestros, jóvenes y sociedad malagueña en general, con un interés especial para la difusión de la obra de los intelectuales y literarios malagueños. Es una etapa durante la que colabora asiduamente con el periódico La Unión Mercantil. Por esta época, aprovechando la disposición colaboradora y el talante abierto del cardenal Herrera Oria [17], a la sazón obispo de Málaga, Gil Muñiz compagina su labor pedagógica con clases de catequesis en el Seminario Diocesano.
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Francisco Giner de los Ríos (Ronda, Málaga, 1839 - Madrid, 1915), pedagogo, filósofo y ensayista, fue el fundador y primer director de la Institución Libre de Enseñanza (ILE). |
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Influencias en esta segunda etapa: acentuación religiosa
Durante este periodo de su vida, la cuestión religiosa adquiere una forma más beligerante en la persona de Gil Muñiz. Su convicción religiosa católica le lleva a un planteamiento antropológico de su compromiso cristiano, lo que hace que su vivencia religiosa se traduzca en una fuerza que aspira a influir sobre los demás, a modo de explicitación cristiana de su compromiso de vida. Es notoria la admiración que profesa a autores como Ruiz Amado, Rosmini, padre Manjón, Herrera Oria, Zaragueta y García Hoz, entre otros.
Publicaciones: libros de textos y Artículos en Revistas
Las obras de Gil Muñiz tuvieron en su época una especial significación y relevancia. Su ideario pedagógico, que procuró hermanar las tendencia novedosas de la Europa de entonces con una vivencia cristiana personalmente sentida, hizo de casi todas sus obras libros imprescindibles en la formación de los futuros maestros.
Así, además de los incontables artículos con que colaboró en la Revista de las Escuelas Normales, su primera obra, titulada Pedagogía Moderna. Tratado de la educación, escrita en colaboración con Vicente Pertusa, aparece en 1919 como el tomo I de otra más extensa, editada por la Escuela Salesiana de Málaga. Su aceptación fue tal que se convirtió en el libro de texto de la mayoría de las Escuelas Normales de España. En 1924, Gil Muñiz publica un libro de su autoría, titulado Un pedagogo español: Narganes de Posada, que edita la Imprenta La Comercial de Córdoba. Una segunda colaboración de ambos autores da origen, en 1925, a su Apéndice de la Didáctica Pedagógica. Tomo I, libro que se edita en Málaga por la Imprenta Alcalá. Fruto de una nueva colaboración, Pedagogía moderna. Historia de la educación y de la Pedagogía. Tomo III, que aparece en 1933, también publicado por la Imprenta Alcalá. Pedagogía moderna. Tratado de la enseñanza. Tomo II, es el título que ambos autores publican en 1934, en la Imprenta Alcalá. En 1935, con el título genérico de Estudios Pedagógicos Modernos, sacan a la luz dos nuevas obras, Psicología. Tomo I. Málaga-Córdoba y Organización Escolar. Tomo V. Málaga-Córdoba. Estas obras trataban de completar las anteriores, ofreciendo una perspectiva más personal y más amplia de la problemática pedagógica.
Siendo ya profesor en la Escuela Normal de Maestros de Málaga, Gil Muñiz se plantea la revisión de los libros coeditados con su colega y amigo Vicente Pertusa, obras que corrige y retoca, y que él publica con su nombre. Así, en 1952 aparece su Bibliografía pedagógica selecta, que edita la Librería Denis de Málaga. Un año después, en 1953, se publican sus Estudios pedagógicos elementales. Elementos de historia de la Pedagogía y nociones de historia de la cultura. Tomo III, editados también por Denis. En 1955, Librería Denis publica su obra Estudios Pedagógicos Modernos, compuesta de 3 tomos con los siguientes títulos: Tomo I: Teoría de la Educación; Tomo II: Didáctica, Metodología y Organización Escolar, y Tomo III: Historia de la Pedagogía y nociones de historia de la cultura.
Escribe con asiduidad artículos en la Revista Escuelas Normales, de cuya línea editorial es responsable durante el periodo del 1929 al 1931. También colabora con la Revista Española de Pedagogía, en la que publica artículos así como recensiones de obras de varios autores.
Jubilación, fallecimiento y legado bibliográfico
Antonio Gil Muñiz se jubila de su etapa de docencia al cumplir los 70 años. La muerte le acaece el 13 de marzo de 1965 en la ciudad de Málaga. Su biblioteca privada, unos cuatro mil libros, fue donada a la biblioteca de la Universidad de Málaga, y hoy forma parte de los fondos de su Biblioteca General.
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Portadas originales de sus de sus obras. Ambas las conservo todavía de mi época de estudiante de Magisterio. |
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NOTAS:
1 La Escuela Normal de Maestros de Málaga se fundó en Málaga por Decreto de 1846. En 1860 se crearon las Normales Superiores de Maestros y Maestras, que fueron ubicadas en el edificio de San Telmo, en la plaza de la Constitución. Aquí estuvieron emplazadas hasta su posterior traslado, en 1960, a un edificio propio del Campus El Ejido. Los locales que ocupaban la primera planta de la Escuela Normal Femenina fueron cedidos para albergar los distintos grados de la Escuela Aneja femenina y en los que ocupaba la Masculina se creó la Escuela Graduada de Niños N.º 25, que luego se amplió y constituiría el Colegio Nacional José Antonio. En 1974, este colegio fue trasladado a otros locales y, tras unas obras de consolidación, el edificio en su totalidad quedó dedicado al Colegio de Prácticas N.º 1, salvo la parte que viene ocupando la Facultad de Bellas Artes. Así pues, la Escuela Normal, junto con la Escuela de Peritos Industriales (antigua denominación de la actual Escuela de Ingenieros Técnicos Industriales), la Facultad de Económicas —dependiente en ese momento de la Universidad de Granada— y el Seminario, donde se impartía Filosofía y Teología, constituyen el núcleo germinal de la Universidad de Málaga, cuya fundación se llevaría a efecto por Decreto de 18 de agosto de 1972.
2 El Título de Maestro Normal le fue expedido en Málaga el 23 de julio de 1910, con la calificación de Sobresaliente.
3 La acreditación de ambos grados le fue tramitada en Málaga el 26 de septiembre de 1910 y en ella se hace constar la calificación de Sobresaliente.
4 Ese mismo año, el padre había sido destinado de Málaga a Madrid, adonde se traslada la familia.
5 En el certificado en que se acreditan estos estudios se hace constar que finaliza el 21 de junio de 1916 y que resulta el segundo de su promoción.
6 El Título de Licenciado en Derecho le fue expedido en Sevilla el 17 de julio de 1929.
7 Su ingreso en la Academia tiene lugar el 17 de febrero de 1922 y su discurso lleva por título «La Pedagogía española de la Edad Moderna tiene un valor europeo». La contestación corrió a cargo de Rafael Castejón y Martínez de Arizala, miembro de la academia y doctor en Ciencias Veterinaria, historiador y arabista, y hombre de cultura clásica y de ideas liberales.
8 En efecto, trece años después, en 1936, Gil Muñiz volverá a repetir estos contactos, siempre buscando la amplitud de miras de la mentalidad de ese mundo europeo que tanto admira y desea traer a España.
9 La Revista de Escuela Normales fue continuadora del Boletín de Escuelas Normales (1922) y, como este, será órgano de la Asociación Nacional del Profesorado Numerario. De 1923 a 1936 editó un total de 120 números, con periodicidad mensual, excepto de julio a septiembre. Además de hacerlo en Guadalajara, también se editó en Cuenca, Córdoba y Madrid. Su primer director fue Modesto Bargalló Ardévol, antes director del boletín y luego de la revista hasta 1927, cuando es sustituido por el pedagogo, sindicalista y político Rodolfo Llopis Ferrándiz. Sucesivamente, la dirigirán también Antonio Gil Muñiz (1930-1932), otra vez Bargalló (1932-1932) y, por último, Pablo Cortés (1933-1936). Durante todos estos años, la revista fue la única publicación específica de la formación del profesorado primario que ha habido en España, reflejo de las corrientes pedagógicas y científicas y de la labor de renovación de la formación de los maestros españoles en las décadas de los veinte y treinta del siglo XX. Tras su desaparición en 1936, año en el que publica sólo cinco números, en 1970 fue editado en Madrid, por la Subdirección General de Servicios de Enseñanza Primaria, un “número experimental” con ese mismo título y con casi dos centenares de páginas, también como órgano del profesorado de las escuelas normales, y con motivo de la aprobación de la Ley General de Educación y Financiación de la Reforma Educativa. A partir de 1987, será continuada por la Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, de la que, hasta la fecha, se han publicado 17 volúmenes.
10 La dictadura del general Franco se prolongaría hasta el fallecimiento del dictador, el 20 de noviembre de 1975, fecha en que se inicia un periodo de transición a los valores democráticos y cuya culminación se verifica el 29 de diciembre de 1978. Existe ya consenso en situar el inicio de la Transición en la muerte de Franco, tras la cual el denominado Consejo de Regencia asumió, de forma transitoria, las funciones de la Jefatura del Estado hasta el 22 de noviembre, fecha en la que fue proclamado Rey, ante las Cortes y el Consejo del Reino, Juan Carlos I de Borbón. A lo largo de este periodo transicional, las Cortes, declaradas Constituyentes, se encargaron de redactar una Constitución válida para todos los españoles y todos los territorios. Esa Constitución, fruto del consenso de todas las sensibilidades políticas, fue aprobada por las Cortes el 31 de octubre de 1978; sometida a referéndum popular el 6 de diciembre de 1978, sancionada por el Rey Juan Carlos I el 27 de diciembre de 1978 y, por fin, publicada en el BOE el 29 de diciembre de 1978.
11 En el caso republicano, el proceso de depuración estuvo a cargo de la Comisión Depuradora de Instrucción Pública del Comité Permanente de Enlace, instituido por el gobierno de la República pocos días después de la sublevación del Ejército del Norte de África, con la finalidad de expedientar y sancionar a los simpatizantes o partidarios de golpe protagonizado por Franco.
12 Gil Muñiz estaba casado con Rosario Soriano, aunque el matrimonio no tuvo hijos. Todo un ejemplo de amante esposa y solidaria compañera, cuando Gil Muñiz es internado en el Penal del Puerto de Santa María, Rosario se trasladará a vivir en esta ciudad andaluza para estar más cerca de su marido.
13 Además de Antonio Gil Muñiz, los otros profesores que sufrieron separación definitiva de sus puestos de profesores de enseñanza pública y baja en el escalafón fueron Vicente Pertusa Peris, Antonio Martínez Virel y Antonio Quintana Serrano.
14 Francisco Giner de los Ríos (Ronda, Málaga, 1839 - Madrid, 1915) fue un pedagogo, filósofo y ensayista español. Discípulo de Julián Sanz del Río, fundó y dirigió la Institución Libre de Enseñanza (ILE) e impulsó proyectos complementarios como el Museo Pedagógico Nacional, la Junta para Ampliación de Estudios, la Residencia de Estudiantes, las Misiones Pedagógicas y las Colonias Escolares. En su planteamiento de la universidad ideal, Giner de los Ríos propuso que, como tal institución, fuera «no sólo una corporación de estudiantes y sabios, sino una potencia ética de la vida». Tras la Guerra Civil, la obra de Giner en general, y la ILE en particular, fueron condenadas por el régimen de Franco dentro del proceso de depuración del magisterio español, una de cuyas víctimas sería Gil Muñiz.
15 La residencia en Málaga del matrimonio Gil-Soriano estuvo emplazada en el número 3, 1.ª planta, de la calle San Juan de Letrán. Toda la vivienda estaba ocupada por libros y revistas: el salón, los pasillos, incluso el dormitorio. Raro era el día en que no llegaba a aquella casa un libro o revista.
16 La sección dedicada a la formación de mujeres tenía el nombre de ‘Teresa Azpiazu’ y estaba segregada de la de hombres hasta el punto de contar incluso con su propia dirección.
17 Ángel Herrera Oria (Santander, 1886) fue un periodista, jurista, político y sacerdote español, que llegó a ser cardenal de la Iglesia católica. Licenciado en Derecho por la Universidad de Salamanca, en 1907 aprueba las oposiciones al cuerpo de Abogados del Estado y es destinado a Burgos, donde residirá poco tiempo, pues a los siete meses pide la excedencia y se traslada a Madrid, donde, en 1908, cursa el doctorado en Derecho. El 1910, junto con el sacerdote Ángel Ayala, funda la Asociación Católica Nacional de Propagandistas (ACNP). En 1911 funda la Editorial Católica, editora del diario El Debate en su segunda época, al frente de cuya dirección se mantendría durante veintidós años, y de otros diarios regionales. En 1936, antes del comienzo de la Guerra Civil, se traslada a la ciudad suiza de Friburgo, donde comienza la carrera eclesiástica en el seminario de San Carlos, en donde es ordenado sacerdote el 28 de julio de 1940. Religioso y notable intelectual, el 12 de octubre de 1947 es nombrado obispo de Málaga. En esta diócesis, su pensamiento social, muy influido por la doctrina del papa León XIII, queda reflejado en sus homilías dominicales. De él se gurda una grata memoria el Málaga gracias a las más de doscientas escuelas-capilla rurales que creó para la formación de jóvenes analfabetos de las zonas apartadas del campo. En 1958 le es concedido por la Escuela de Periodismo de la Iglesia el título de Periodista de Honor. Herrera Oria asiste al Concilio Vaticano II, destacando en algunos debates. Al cumplir los setenta y cinco años, dimite de la sede episcopal malagueña a petición del papa Pablo VI, quien lo elevado al cardenalato el 25 de enero de 1965. El fallecimiento le sobreviene en 1968 en su residencia de Madrid. Por voluntad personal fue enterrado en la catedral de Málaga. |