ociología de la literatura infantil y juvenil
es una interesante obra que destaca por realizar importantes aportaciones al
conocimiento crítico de la literatura infantil y juvenil. Dividida en cuatro
apartados, nos muestra las temáticas que tienen mayor repercusión en la
sociedad actual, el proceso creador específico de la literatura infantil y
la importancia de su didáctica según las características del joven lector.
Así, en la primera parte del libro se aborda el tema de los diferentes
procesos creadores del fenómeno literario infantil y juvenil, enfatizando
qué es lo que se entiende por lector infantil, qué percepciones se tiene
sobre este tipo de literatura y cuáles son sus orígenes. «Nunca hubo niños
para la literatura, aunque fueran protagonistas literarios…», «no es cosa de
ayer, sino de hoy», afirman sus autores.
En esta parte se destacan sus características generales y sus funciones,
centrándose en las temáticas y en la estructura y forma de la obra literaria
para niños y jóvenes, y abordando el controvertido tema de si esta tipología
de literatura es una literatura inferior, «escrita por narradores
contemporáneos de segunda o tercera fila». Para finalizar esta parte se
muestra una breve panorámica de la historia de la literatura infantil antes
del siglo diecinueve, en el siglo diecinueve y en el siglo veinte, logrando
tener una perspectiva mucho más completa de su formación.
La segunda parte del libro estudia los diferentes géneros literarios y las
distintas formas como se muestra la literatura infantil y juvenil, y, sobre
la base de presupuestos teóricos alejados del convencionalismo crítico, pone
de manifiesto que la típica clasificación en géneros (épico, trágico y
lírico) no es «modo de incardinar ésta en el ámbito infantil, ya que
funciona con otros parámetros». Para los autores, es excesivo intentar
subsumir al niño en cierta unanimidad, ya que este puede perfectamente
asumir la organización de en géneros.
En su tercera parte, el libro destaca el valor didáctico de esta
manifestación literaria, destacando la evolución psicológica y la formación
literaria del joven lector y estableciendo criterios que pudieran servir
para seleccionar obras según el texto (tipos de lenguaje, recursos
literarios y vocabulario) y el receptor.
Por fin, en su cuarta y última parte, los autores han querido dejar
constancia de la importante aportación de la poesía infantil y juvenil de
Juan Ramón Jiménez, «poemas dirigidos a cualquier lector y no precisamente a
un lector adolescente».
La obra concluye con una reflexión en torno al papel que desempeñan la
familia, la escuela y el profesorado como formadores del joven lector,
tejiendo en él, a lo largo de su experiencia educativa, aquellos textos que
le servirán para valorar en su justa medida la importancia del lenguaje y la
literatura en sus vidas.