«La nube los destroza
y la mosca gobierna
el ritmo que se goza
en una sola pierna.»
Lezama
argarita
García
Alonso,
artista
multifacética
que ha
realizado
interesantes
y a veces
controvertidas
obras de la
plástica
contemporánea
cubana que
se edita
fuera de la
Isla, no
sólo es
dueña de un
estilo
indiscutiblemente
dinámico y
de aspectos
muy
destacables
dentro de
dicha labor,
sino de una
pluma
ciertamente
atrevida y a
veces
insolente
como nos
demuestra en
su novela
La pasión de
la reina era
más grande
que el
cuadro (Éditions
Hoy No He
Visto El
Paraíso,
2012). Tal
vez el
atrevimiento
no sea otra
cosa que esa
manera audaz
y ya madura
que tienen
los artistas
de
enfrentarse
a la
crítica,
siempre
imprevisible,
la mayoría
de las veces
áspera. En
tal
atrevimiento
está
implícito el
riesgo, el
riesgo que
es además un
reto, y no
hay artista
que no
saboree de
antemano el
reto y al
que no le
invada la
temeridad
del riesgo.
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Margarita
García
Alonso.
Autora
de
la
novela.
Nacida
en
Matanzas
(1959),
Cuba,
desde
1992
reside
en
Francia.
Periodista,
poeta
y
artista
visual. |
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Nuestra
autora toma
el camino
del riesgo,
del reto que
ella misma
se impone
con esta
novela,
narrada en
primera
persona, “la
reina”,
quien nos
deja caer
por el
barranco de
una
faramalla
monofásica y
personal en
que una sola
idea fija
fundamenta
toda la
trama y para
la cual,
Margarita
García
Alonso, la
mujer
siempre
detrás del
personaje, o
detrás del
color, ha
tenido que
fabricar el
protagonismo.
La reina es
simplemente
un peón del
verdadero y
único
protagonista.
Nuestra
autora se ha
valido de su
pericia al
aderezar la
sustancialidad,
poniendo a
«su reina»,
al servicio
del
verdadero y
único
protagonista
de su
novela, la
fijeza.
Con
gradaciones
blanquinegras
sobre un
tapiz
monocromo y,
ayudada por
toda una
serie de
ingredientes
psicosomáticos
que se
compendian
en lo que la
propia
autora llama
“neurastenia”,
dispone una
descarga
que, yendo
un poco más
allá de lo
individual,
coloca al
interlocutor
imaginario
en el
estribo de
su propia
realidad
dentro de
otra de
percepciones
contrapuestas.
La reina
crea
universos de
maquinaciones
y la intriga
es capaz de
alcanzarnos
en nuestra
butaca a
punto
intentar
tasar los
diferentes
universos
creados por
ésta que, a
pesar de su
realidad,
concebida
desde
enfoques
paralelos de
la misma,
hace de
todos ellos
una amalgama
que por
momentos
pareciera
querer a
toda costa
agotar la
paciencia de
su consabido
e imaginario
interlocutor.
Y es que
Platón dijo
alguna vez
«Donde reina
el amor
sobran las
leyes». Es
precisamente
en esos
momentos en
que la
autora, al
decir de
Lezama:
«La nube los
destroza
y la mosca
gobierna
el ritmo que
se goza
en una sola
pierna.
representa
también
desde su
estrato de
invisibilidad,
un personaje
maldito
detrás de su
reina, y va
saboreando
el riesgo,
sacando
entramados
de debajo de
la manga,
siempre
girando
sobre la
fijeza, la
misma fijeza
que se
renueva una
y otra vez
para
regresar al
punto de
partida.
La obsesión
infraprismática
de la reina
creada por
Margarita
García
Alonso, es
un cúmulo de
estados de
fatiga
amorosa, una
red de
sentimientos
que a su vez
encarna la
parálisis a
nivel
evolutivo de
esos
sentimientos
en una
especie de
encierro de
quien ha
sobrevivido
el cañoneo y
lucha a su
manera,
aunque esa
lucha vaya
en contra de
sí mismo,
pero que
convierte en
una especie
de juego,
obsequioso,
de la
suspensión
de los
mundos
paralelos
para poder
recrearlos a
su antojo y
navegando en
contra de su
propia
corriente de
eufemismos,
se abandona
a una
psiquis de
propensiones
abstrusas.
La Pasión de
la reina era
más grande
que el
cuadro, es
un reto que
la autora
pone a
disposición
de la
crítica,
pero sobre
todo, que ha
sido
destinada a
lectores que
habiendo
vivido lo
suficiente
como para
que la
ensambladura
de un mundo
creado no
sea un
tropiezo,
vean en sus
páginas de
obstinadas y
discursivas
aleaciones,
la puerta
que un ser,
a pesar de
toda
contradicción,
auténtico,
ha dejado
entreabierta
para
explorar y
conceptualizar
un campo
minado de
fijezas.
Acerca de la
autora de la
obra
comentada
Margarita
García
Alonso.
Nacida en Matanzas
(1959),
Cuba, desde
1992 reside
en Francia.
Periodista,
poeta y
artista
visual.
Autora de
diez
poemarios,
cuatro
novelas y de
cuadernos de
arte.
Licenciada
en
periodismo
de la
Universidad
de la
Habana. En
Francia
obtuvo el Máster en
Industrias
gráficas.
Posee
numerosos
premios de
pintura,
artes
visuales y
literatura.
Aparece en
más de cinco
antologías y
variadas
revistas.
Premio de la
Taberna de
poetas
francesas en
el 2006.
Premio de la
Fundación
cultural
Miguel
Hernández
por su
creación
gráfica
Pájaros
azules para
el poeta,
2014. Su
trabajo en
el arte
contemporáneo
es
considerado
Patrimonio
de la
Normandía.
Ha sido
facturada en
la Colección
“Spotlight
on France”,
de la
galería
Saatchi-on
line, de
Londres.
Dirige la
poco
rentable,
desconocida
pero
histórica
Éditions Hoy
No He Visto
El Paraíso.
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