«Cielito, cielo que sí.

Guárdense su chocolate.

Aquí somos puros indios.

Y sólo tomamos mate.»

BARTOLOMÉ HIDALGO

 

 

A BARTOLOMÉ JOSÉ Hidalgo se le considera, en ambas márgenes del Plata, el padre de la poesía gauchesca. Es, sin duda, un autor esencial para poder comprender las gestas patrias, y en la República Oriental del Uruguay es considerado el primer poeta que canta a la Patria por medio de la denominada Marcha Nacional Oriental.

Esa Marcha Nacional se compuso con motivo de la conmemoración y festejo del Armisticio firmado entre Buenos Aires y el virrey de Montevideo en 1811, Francisco Javier de Elío, el cual permite la retirada del ejército sitiador de la hoy capital uruguaya.

  

 

 
 

Bartolomé José Hidalgo (Montevideo, 1788 - Morón, 1822), poeta uruguayo y pionero de la poesía gauchesca de Provincias unidas Río de la Plata, es el autor de la Marcha Nacional Oriental, que compuso para conmemorar y festejar la firma del Armisticio entre la Junta de Buenos Aires y el Virrey de Río de la Plata. La obra de Hidalgo ha sido clasificada, según sus géneros, en Cielitos y Diálogos patrióticos.

 

  

  

Pasan los años y viaja a Buenos Aires, tierra de origen de sus padres, donde Bartolomé pasará una vida marcada por las carencias, y sobrevivirá vendiendo sus cuartetas y otras composiciones. En este periodo compondrá sus obras más destacadas, los Cielitos (Cielito, Cielito oriental, Cielito de la Independencia, Cielito patriótico, Cielito patriótico…) y los Diálogos (Diálogo patriótico interesante, Nuevo diálogo patriótico…).

Según el antropólogo uruguayo Daniel Vidart, el género gauchesco encontró continuadores cuando el gaucho ya vivía su extinción. Lo considera el mensaje poético de hombres con formación y mentalidad urbanas que imitan la sintaxis, los tropos y el habla de los poetas rurales, en general analfabetos e indoctos.

Estos relatos tienen como paisaje central el campo, y obvio es decir que los personajes de los mismos son sus pobladores. Tal es el caso de Bartolomé Hidalgo, que, sin ser de origen gaucho, da muestras, sin embargo, de una extraordinaria precisión en su descripción del hombre de campo. Las canciones sirvieron, además, como elemento propagandístico en la Guerra de Independencia y su obra en general contribuyó a elevar la reputación de ese habitante del campo rioplatense.

  

 

 
 

Hilario Ascasubi (Fraile Muerto, 1807 - Buenos Aires, 1875), considerado el continuador de la literatura gauchesca iniciada por el uruguayo Bartolomé Hidalgo, a la que dio características argentinas, es recordado como autor de las Trobas de Paulino Lucero (recopilación) y, sobre todo, del extenso y ambicioso poema gauchesco Los mellizos de La Flor, luego más conocido como Santos Vega (1872), su obra maestra.

 

  

  

El primer retrato del gaucho aparece en la obra de Hilario Ascasubí, titulada Santos Vega, extenso y ambicioso poema gauchesco luego conocido como Los mellizos de La Flor (1872), su obra maestra:

 

«El gaucho es el habitante de los campos argentinos, es sumamente experto en el manejo del caballo y en todos los ejercicios del pastoreo. Por lo regular es pobre pero libre e independiente a causa de su misma pobreza y de sus pocas necesidades, es hospitalario en su rancho, lleno de inteligencia y de astucia, ágil de cuerpo, corto de palabras, enérgico y prudente en sus reacciones, muy cauto para comunicarse con los extraños, de un tinte poético y supersticioso en sus creencias y lenguaje, y extraordinariamente diestro para viajar solo por los inmensos desiertos del país, procurándose alimentos, caballos, y demás con sólo su lazo y las bolas».

  

Según el investigador uruguayo Ángel Rama en su obra Los gauchospolíticos rioplatenses, es posible la distinción de tres fases en el desarrollo de la poesía gauchesca: Bartolomé Hidalgo (1788- 1822), una segunda etapa representada por Hilario Ascasubí (1807- 1875) y otra tercera fase denominada “de agotamiento”, representada por el Fausto (1866), de Estanislao del Campo.

  

 

 
 

José Rafael Hernández (Chacras de Perdriel, 1834 - Buenos Aires, 1886),  militar, periodista, poeta y político argentino, especialmente conocido como el autor de Martín Fierro, obra máxima de la literatura gauchesca, extenso poema publicado por entregas por el diario "La República" a partir del 28 de noviembre de 1872, que se completó al poco tiempo, y La vuelta de Martín Fierro (1879).

 

  

  

Aunque otros investigadores, como Josefina Ludmer, consideran que la última fase culmina con La vuelta de Martín Fierro (1879) de José Hernández, porque, literariamente y sociológicamente hablando, Hernández, en el prólogo de 1872, testimonia la futura extinción del gaucho: «al paso que avanzan las conquistas de la civilización, (el gaucho) va perdiéndose casi por completo».

De ahí que su obra cierre de forma definitiva el género de la lírica gauchesca. Las siguientes novelas que producirá el género representarán a un tipo idealizado que solo vive en la imaginación y en el pasado de los autores, o se trata de un tipo degenerado, que no se adapta a los nuevos tiempos, a los nuevos modos de vida, como lo muestra en su obra Gaucha (1899) el escritor uruguayo Javier de Viana.

Ya en la época contemporánea, en la década de los 70 del siglo pasado, el autor argentino Juan Filloy escribe, en el cuento final de la saga de Los Ochoa, un texto en el que maneja la dualidad civilización-barbarie que en su momento manejara Domingo Faustino Sarmiento, y le da “el tiro de gracia” al gaucho protagonista de la literatura gauchesca y a esta:

  

«En materia de doma de potros, los salvajes somos nosotros, no los mapuches chilenos que ocuparon hasta 1879 la mitad de la Argentina. Los indios (…) no domaban al bagual, lo amansaban, (…). Ya no hay indios en nuestra tierra ni gauchos errantes en ella».

  

 

 
 

Javier de Viana (1868-1926), político, periodista y escritor uruguayo perteneciente a la Generación del Novecientos, puede considerarse como el introductor del realismo en Uruguay. Es autor de novelas, cuentos y obras teatrales que describen el ambiente del campo y de los grandes suburbios. Es, además, conocido como uno de los primeros cuentistas profesionales de Uruguay. La Gaucha (1899) es una de sus novelas.

 

  

  

Porque ni bien el gaucho se apeó y se sentó ante una mesa y comió con cuchara y tenedor, se hizo peón. Es decir, obrero rural. Es decir, “ciudadano argentino”.  Y como estamos refiriéndonos a la lírica gauchesca el Río de la Plata, le agregamos “oriental” o “ciudadano uruguayo”.

  

  

SELECCIÓN POÉTICA

  

CIELITOS

  

(Que con acompañamiento de guitarra cantaban los patriotas al frente de las murallas de Montevideo.)

 

  

Los chanchos de Vigodet

ha encerrado en su chiquero,

marchan al son de una gaita

echando al hombro un fungeiro.

  

Cielito de los gallegos,

¡ay!, cielito del dios Baco,

que salgan al campo limpio

y verán lo que es tabaco.

  

Vigodet en su corral

se encerró con sus gallegos,

y temiendo que le pialen

se anda haciendo el chancho rengo.

  

Cielo de los mancarrones,

¡ay!, cielo de los potrillos,

ya brincarán cuando sientan

las espuelas y el lomillo.

  

  

 

 
 

Escenas gauchas.

Gaucho del Perú (Fotografía tomada por Eugenio Courret de un gaucho en Lima, Perú, en 1868).

Colonia rancho gaucho, óleo de Juan León Pallière (1858).

 

  

  

CIELITO DE LA INDEPENDENCIA

 

Si todo lo criado

es el cielo lo mejor,

el cielo ha de ser el baile

de los Pueblos de la Unión.

  

Cielo, cielito y más cielo,

cielito siempre cantad

que la alegría es del cielo,

del cielo es la libertad.

  

Hoy una nueva Nación

en el mundo se presenta,

pues las Provincias Unidas

proclaman su Independencia.

  

Cielito, cielo festivo,

cielo de la libertad,

jurando la Independencia

no somos esclavos ya.

  

Los del Río de la Plata

cantan con aclamación,

su libertad recobrada

a esfuerzos de su valor.

  

Cielo, cielito cantemos,

cielo de la amada Patria,

que con sus hijos celebra

su libertad suspirada.

  

Los constantes argentinos

juran hoy con heroísmo

eterna guerra al tirano

guerra eterna al despotismo.

  

Cielo, cielito cantemos,

se acabarán nuestras penas,

porque ya hemos arrojado

los grillos y las cadenas.

  

Jurando la independencia

tenemos obligación

de ser buenos ciudadanos

y consolidar la Unión.

  

Cielito, cielo cantemos,

cielito de la unidad,

unidos seremos libres,

sin unión no hay libertad.

  

Todo fiel Americano

hace a la Patria traición

si fomenta la discordia

y no propende a la Unión.

  

Cielito, cielo cantemos,

que en el cielo está la paz

y el que la busque en discordia

jamás la podrá encontrar.

  

Oprobio eterno al que tenga

la depravada intención

de que la Patria se vea

esclava de otra Nación.

  

Cielito, cielo festivo,

queremos antes morir

cielito del entusiasmo,

que volver a ser esclavos.

  

¡Viva la Patria, patriotas¡

¡Viva la Patria y la Unión,

viva nuestra Independencia,

viva la nueva Nación!

  

Cielito, cielo dichoso,

cielo del Americano,

que el cielo hermoso del Sud

es cielo más estrellado.

  

El cielito de la Patria

hemos de cantar, paisanos,

porque cantando el cielito

se inflama nuestro entusiasmo.

  

Cielito, cielo y más cielo,

cielo del corazón,

que el cielo nos da la paz

y el cielo nos da la Unión.

  

  

 

 
 

Escena gaucha.

 

  

  

DIALOGO PATRIÓTICO INTERESANTE

  

(Entre jacinto Chano, capataz de una estancia en las islas del Tordillo, y el gaucho de la Guardia del Monte.)1

  

  

CONTRERAS

  

Con que, amigo, ¿diáonde diablos

sale? Meta el redomón,

desensille, votoalante…

¡Ah pingo que da calor!

  

  

CHANO

  

De las islas del Tordillo

salí en este mancarrón:

¡pero si es trabuco, Cristo!

¿Cómo está señó Ramón?

  

  

CONTRERAS

  

Lindamente a su servicio...

¿Y se vino del tirón?

  

  

CHANO

  

Sí, amigo, estaba de balde,

y le dije a Salvador:

andá traeme el azulejo,

apretamelé el cinchón

porque voy a platicar

con el paisano Ramón,

y ya también salí al tranco,

y cuando se puso el sol

caí al camino y me vine;

cuando en esto se asustó

el animal, porque el poncho

las verijas le tocó...

¡Qué sosegarse este diablo!

A bellaquiar se agachó

y conmigo a unos zanjones

caliente se enderezó.

Viendomé medio atrasao

puse el corazón en Dios

y en la viuda, y me tendí;

y tan lindo atropelló

este bruto, que las zanjas

como quiera las salvó.

¡Eh p..., el pingo ligero!

¡Bien haiga quien lo parió!

Por fin, después de este lance

del todo se sosegó,

y hoy lo sobé de mañana

antes de salir el sol,

de suerte que está el caballo

parejo que da temor.

   

[…]

    

NOTA

1 Se supone recién llegado a la Guardia del Monte el capataz Chano y el diálogo en casa del paisano Ramón Contreras (que es el gaucho de la Guardia).

  

  

 

 
 

Escena gaucha.

 

  

  

  

  

  

  

     

Washington Daniel Gorosito Pérez (Montevideo, Uruguay, 1961). Periodista, poeta, ensayista y conferenciante. Catedrático de Universidad y columnista de análisis internacional y asuntos de defensa en periódicos de México, Uruguay, Argentina y Ecuador. Su labor literaria ha sido reconocida con diversos galardones provinciales, nacionales e internacionales.

Ente los últimos concedidos destacan el Premio Concurso de Cuentos “Líbano” y el Premio Concurso de Poesía “Profesor Nassime Hanna Nasser”, ambos otorgados en 2010 por la Sociedad Libanesa del Uruguay. Recientemenete, ha logrado un tercer lugar en el V Concurso Literario de Poesía y Narrativa “Espacio Mixtura 2016”.

En su repertorio como escritor hay que destacar los ensayos históricos Fray Bartolomé de las Casas: Un Quijote en América (1993) y José María Luis Mora, con su pensamiento cambió la Historia (1994), y los ensayos literarios Sor Juana Inés de la Cruz: Sin Tiempo en los Tiempos (1998) y Análisis de la obra Poética del Escritor José Gorosito Tanco (2001). Es autor también de diversas obras de creación, entre cuyos últimos títulos publicados cabe citar Palabras Perdidas (2002) y Letras Dispersas (2003).

Ha participado como colaborador en antologías varias, como Así Cantan los Poetas (Tomo 1, 2006) y Antología de Microcuentos (Universidad Iberoamericana León e Instituto Cultural de León, México, 2009), entre otros títulos.

Es miembro de la Unión Católica Internacional de la Prensa (UCIP), Poetas del Mundo y Red Mundial de Escritores en Español (REMES).

    

    

GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Trimestral. Edición no venal. Sección 3. Página 11. Año XVIII. II Época. Número 105. Octubre-Diciembre 2019. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2019 Washington Daniel Gorosito Pérez. © Las imágenes han sido extraídas, a través del buscador Google, de diferentes sitios de Internet relacionados con la cultura gaucha, todos de ellos de Argentina, y se usan exclusivamente como ilustraciones. Cualquier derecho que pudiese concurrir sobre ellas pertenece a su(s) creador(es). Diseño y maquetación: EdiBez. Depósito Legal MA-265-2010. © 2002-2019 Departamento de Didáctica de las Lenguas, las Artes y el Deporte. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga & Ediciones Digitales Bezmiliana. Calle Castillón, 3, Ático G. 29.730. Rincón de la Victoria (Málaga).

    

    

     

 

Servicio de tr�fico web