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UN MÉTODO DE acercamiento a una
obra para conocerla críticamente
[1] consiste en tomar un
fragmento de la misma y
estudiarlo en profundidad. A
este paso, debe seguir la
comprobación de si el texto
escogido tiene valor
paradigmático y, por tanto,
representativo del autor en la
temática, en el estilo y,
quizás, en sus valores
histórico-pragmáticos.
Con independencia de la
consiguiente comprobación,
siempre será revelador el
comentario de un fragmento, más
o menos breve, de una obra
literaria. En él aparecerán
rasgos que, si bien no
caracterizan el conjunto de las
obras de su autor, sí, al menos,
aquella a la que el fragmento
pertenece.
Con tal ánimo, he tomado un
texto de la novela de Carlos
Guillermo Navarro titulada
Apuntes de una crónica negra,
publicada en Ayped, Madrid,
2006. Lo comento siguiendo la
metodología expuesta en
numerosas ocasiones [2].
Primero, pues, el Texto y
después, por este orden,
Valor de contenido, Valor
artístico, Valor
histórico-pragmático y
Notas complementarias.
0.
TEXTO
Godofredo se fijó en su exmujer
que se había levantado para
concluir el diálogo, y ahora que
se entregaba en los brazos de
otro la apreciaba más por
contener un cuerpo que se le
antojaba a rabiar. Le asaltaron
unos deseos enormes de poseerla.
A pesar de la juventud que como
enamorado observaba en Ana
María, se desbocaba con ganas de
cornear a su exmujer, cuyo
cuerpo se le realzaba al
comprobar cómo la perdía. Su
itinerario ojeador se detuvo en
su curva trasera rematada en
prieto redondeo cuando entraba
en la cocina, y convino consigo
mismo que aquella naturaleza le
resultaba desconocida,
reconociendo como fracaso su
ruptura. Incluso desaparecida de
su visión, por haber traspasado
el umbral de la puerta, se
relamió por la seducción que le
había agitado, sin que nunca se
hubiese atrevido a arriesgar su
palabra de que le pudiese
excitar tanto. Por la
inclinación irrepetible y la
caricatura de monigote que se le
había quedado, elaboró la
celada, aceptando como
inevitable los consejos de Dimas
Reyes. Ni desbloqueada la
situación cabría volver a
entenderse con Martina Sanromán,
lo que le proporcionaba una
desazón por lo que intuía que
podía haber gozado con ella.
Pero percatado del abandono
definitivo, le resurgía la ruta
marcada por Dimas Reyes de
actuar en su provecho. Debía
fecundar de una historia real
una historia ficticia. Derivaría
las tragedias y sus efectos
tenebrosos hacia su propio
interés. Procuraría que los
misterios que envolvían los
asesinatos apuntaran hacia las
personas que le eran desafectas.
Le sobrevino la premura de
reparar la enemistad con su
exmujer, aleccionado por el
planteamiento de si había
perdido esa posesión corporal,
la reciente voluntad desplegada
por Ana María le haría retomar a
la novel candidata y
desentenderse del episodio que
instantes antes le había
inspirado la sed de venganza.
Cuando Martina Sanromán
apareció, el rostro de Godofredo
revelaba confusión y a la vez
serenidad en consonancia con el
deleite que le producía su
exmujer y el temblor por el
deseo que le nutría. Quedó con
una expresión dispersa, tocada
por la necedad que se pospone a
la desorientación.
Martina Sanromán prescindió del
estilo punzante que la
caracterizaba y se internó por
una mutación pragmática. Con ese
toque femenino que manipula con
las formas la fascinación de los
sentidos, dobló el cuerpo por la
cintura para recoger un kleenex
de la batea de la mesa de
centro, pegándose el camisón por
la parte trasera, hasta
introducirse por la ranura de
los dos cachetes del culo, y se
sentó a continuación aupándose
los bajos y dejando volar los
muslos hasta producirle
desconcierto a Godofredo.
El astuto descaro provocó a
Godofredo que había captado el
reto de la desvergonzada
maniobra. |
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Carlos Guillermo Navarro nació
en Utrera (Sevilla), es licenciado
en Derecho y reside en Málaga. En 1972,
creó el grupo de teatro
independiente Cascao,
con el que se interpretaron
El juglar y el silencio
y Érase una vez...,
ambas obras suyas. |
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1. VALOR DE CONTENIDO
El contenido del fragmento de
una novela siempre está limitado
y condicionado por el antes y el
después, salvo el inicio, que
siempre es condicionante o
condicionador de lo que sigue.
Esto quiere decir que,
necesariamente, el texto
escogido, salvo una brevedad muy
seleccionada, podrá contener
alusiones al pasado, o sea, a lo
que precede al hecho relatado y
otras que apunten al futuro, a
lo que ocurrirá o se aclarará
después. Estas primeras
alusiones imprimen coherencia
narrativa y ayudan al lector a
ir enlazando lo narrado con lo
que se narra en el momento
presente. Las segundas deben
contener elementos para
despertar el interés del lector
por lo que se narrará después.
Temática
Hecha la aclaración precedente y
que ya señalaremos en el texto
que comentamos, el tema podría
enunciarse de modo argumental o
referencial como “los deseos de
relación sexual que en el
personaje despierta su exmujer”.
Si lo formulamos en un grado
esencial o simbólico el tema
será: “El deseo de recuperar lo
ya perdido”.
El argumento o asunto:
“Godofredo ha tenido un
encuentro con Martina Sanromán,
su exmujer y, al verla en
camisón, con curvas insinuantes,
al apreciar su cuerpo de señora
atractiva, se le despierta el
deseo de poseerla y se pregunta
si tendría que haber evitado la
ruptura matrimonial”.
Estructura temática
a) Línea primera hasta el final
de la línea 10: “Godofredo se
fijó … hasta … le pudiese
excitar tanto”. Los deseos
del personaje en presencia de su
exmujer.
Tal deseo se enuncia en cinco
subpartes reiterativas:
a. “Godofredo se fijó en su
exmujer que se había levantado
para concluir el diálogo, y
ahora que se entregaba en los
brazos de otro la apreciaba más
por contener un cuerpo que se le
antojaba a rabiar”.
b. “Le asaltaron unos deseos
enormes de poseerla”.
c. “A pesar de la juventud
que como enamorado observaba en
Ana María, se desbocaba con
ganas de cornear a su exmujer,
cuyo cuerpo se le realzaba al
comprobar cómo la perdía”.
d. “Su itinerario ojeador se
detuvo en su curva trasera
rematada en prieto redondeo
cuando entraba en la cocina, y
convino consigo mismo que
aquella naturaleza le resultaba
desconocida, reconociendo como
fracaso su ruptura”.
e. “Incluso desaparecida de
su visión, por haber traspasado
el umbral de la puerta, se
relamió por la seducción que le
había agitado, sin que nunca se
hubiese atrevido a arriesgar su
palabra de que le pudiese
excitar tanto”.
b) Desde “Por la inclinación
… (línea 10) hasta el primer
punto y aparte: “… que le
eran desafectas”.
Al deseo presente se unen
consideraciones sobre lo que le
conviene más en su actual
situación:
a. La imposibilidad de reanudar
las relaciones con su ex:
“Por la inclinación irrepetible
y la caricatura de monigote que
se le había quedado, elaboró la
celada, aceptando como
inevitable los consejos de Dimas
Reyes. Ni desbloqueada la
situación cabría volver a
entenderse con Martina Sanromán,
lo que le proporcionaba una
desazón por lo que intuía que
podía haber gozado con ella”.
b. La resolución de aceptar la
situación actual y sacar
provecho de la misma: “Pero
percatado del abandono
definitivo, le resurgía la ruta
marcada por Dimas Reyes de
actuar en su provecho. Debía
fecundar de una historia real
una historia ficticia. Derivaría
las tragedias y sus efectos
tenebrosos hacia su propio
interés. Procuraría que los
misterios que envolvían los
asesinatos apuntaran hacia las
personas que le eran desafectas”.
c) Nuevos deseos de reparar la
ruptura con su exmujer: segundo
párrafo: desde “Le sobrevino
la premura” … hasta “…la
sed de venganza”.
d) Gestos provocativos de
Martina: “Martina Sanromán
prescindió… hasta “…
producirle desconcierto a
Godofredo”.
e) Reiteración de los deseos de
Godofredo: últimas líneas:
“El astuto descaro provocó a
Godofredo que había captado el
reto de la desvergonzada
maniobra”. |
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Además de gran cinéfilo,
Carlos G. Navarro es autor de las
siguientes obras: El
toque de rebato (1999),
Por la ruta de los mares
(2002), El
paraíso de las flores marchitas
(2013), El valle de los
Riscos (2017) y, en tres
ediciones (1997, 2009 y 2019), el
libro de cuentos Crónicas
Narradas. |
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Expresión
Forma de expresión (por la forma
del contenido):
Expositivo-narrativa.
Desenvolvimiento (cualidad de
los rasgos definitorios del
argumento, “materiales” con los
que se actualiza la forma de
expresión): ficticio con
tendencias a la objetividad que
cabe en narrador omnisciente.
2. VALOR ARTÍSTICO
Los deseos de Godofredo
expresados con reiteración
quedan marcados por palabras o
frases suficientemente
expresivas de la intensidad y
evolución de sus sentimientos:
“un cuerpo se le antojaba a
rabiar”, “Le asaltaron unos
deseos enormes de poseerla”, “se
desbocaba con ganas de cornear a
su exmujer”, “se relamió por la
seducción que le había agitado”,
“le pudiese excitar tanto”, “una
desazón por lo que intuía que
podía haber gozado con ella”,
“la premura de reparar la
enemistad con su exmujer”, “el
deleite que le producía su
exmujer y el temblor por el
deseo que le nutría”,
“producirle desconcierto a
Godofredo”, “provocó a
Godofredo”. Pero, aunque la
isotopía se caracterice por la
redundancia, hemos de observar
la evolución de los
sentimientos: primero es la
excitación irracional y,
posteriormente, la reflexión: no
creía que lo fuese a excitar
tanto, el temblor ante la idea
de una aceptación, el
desconcierto… O sea, siempre se
añade un elemento dinamizador de
la variedad sentimental que
caracteriza al personaje en
semejante encuentro con su
mujer. Los matices cobran, pues,
un añadido a la “intriga” que
debe ser característica de una
novela.
Al fijarnos en enunciados
concretos: “se le antojaba a
rabiar” nos lleva una frase
coloquial que ha superado el
coloquialismo gracias a la
expresión más alta de
“antojaba”. Si consideramos
cornear hemos de resaltar sus
connotaciones violentas,
pasionales, propias de quien se
siente excitado ante una mujer
que lo recibe en camisón. Cuando
dice “se relamió” no solo está
encerrando la tópica reacción
del varón ante una mujer
atractiva, también contiene la
idea del placer que le supondría
que ella accediera a sus deseos.
Hemos reseñado que un texto
narrativo enuncia elementos que
remiten al lector al pasado, a
lo ya leído, y anuncia otros con
vistas a provocar su interés. En
el fragmento seleccionado se nos
habla de otros personajes como
Ana María y Dimas Reyes, cuyas
relaciones con Godofredo ya
conoce el lector al llegar a
estas páginas. Pero, de cara a
lo que ocurrirá en el futuro,
esos gestos provocativos de
Martina (al agacharse para
recoger el pañuelo de papel, al
sentarse dejando ver el desnudo
de sus muslos) ¿indican una
provocación intencionada para
volver a tener relaciones con su
exmarido? Y todo ello, ¿pese a
lo que el lector conoce por
escenas anteriores, por la
opinión que sobre Godofredo
tiene, por su actual relación,
por la relación de éste con Ana
María? Ese ir abriendo puertas
de intriga es habilidad de buen
novelista, incluyendo aquellas
puertas que muestran de
inmediato lo que podrían estar
ocultando en un momento dado de
la página escrita.
La redundancia con aportación de
nuevos matices de la situación
(sentimientos, acciones,
pensamientos de los personajes)
configura, a veces, una sintaxis
de cierta complejidad, que, sin
embargo, no dificulta la
lectura, al menos en el texto
que nos ocupa.
Otro ejemplo de esa redundancia
con aporte de elementos nuevos
lo tenemos en la siguiente cita:
“1) Debía fecundar de una
historia real una historia
ficticia. 2) Derivaría las
tragedias y sus efectos
tenebrosos hacia su propio
interés. 3) Procuraría que los
misterios que envolvían los
asesinatos apuntaran hacia las
personas que le eran
desafectas”. La primera
afirmación (primera frase) posee
un valor abstracto en el sentido
de general y válido para
situaciones varias. La segunda
apunta de modo cercano a los
acontecimientos ocurridos que
podrían derivar a su propio
interés. La tercera ya hace
alusión a hechos concretos:
asesinatos cuyas sospechas
habrían de recaer en “personas
que le eran desafectas”.
Un rasgo más, caracterizador del
fragmento, acaso de la narrativa
de Navarro: la afirmación
general, abstracta, relacionada
con el ejemplo anterior y la
explicación concreta posterior.
Lo vemos en el cuarto párrafo:
“Martina Sanromán prescindió del
estilo punzante que la
caracterizaba y se internó por
una mutación pragmática”,
(afirmación general abstracta),
seguida de otro enunciado más
concreto y cercano: “Con ese
toque femenino que manipula con
las formas la fascinación de los
sentidos…”. Para referirnos el
hecho concreto, elemento
esencialmente narrativo, frente
a lo expositivo anterior:
“…dobló el cuerpo por la cintura
para recoger un kleenex de la
batea de la mesa de centro,
pegándose el camisón por la
parte trasera, hasta
introducirse por la ranura de
los dos cachetes del culo, y se
sentó a continuación aupándose
los bajos y dejando volar los
muslos hasta producirle
desconcierto a Godofredo”. Sin
duda, nos presenta una actitud
deliberada de Martina que
sugiere al lector nuevas
expectativas: ¿accederá Martina
a los deseos de Godofredo? ¿Qué
pretende con ese cambio de
actitud, sentándose otra vez, si
ya se había levantado para
“concluir el diálogo”? |
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Carlos Guillermo Navarro,
en la presentación de su novela Apuntes de una
crónica negra, publicada
por AyPED, Madrid, en 2006, de la que ha
sido tomado el fragmento objeto de nuestro
estudio. |
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Consideremos la frase: “El
astuto descaro provocó a
Godofredo que había captado el
reto de la desvergonzada
maniobra”. El narrador califica
la provocación de Martina como
“astuto descaro” y, a
continuación, se fija en el
personaje para quien el descaro
se convierte en “desvergonzada
maniobra”. De nuevo hay que
insistir en las expectativas que
estos hechos crean en el lector.
Si analizamos expresiones como
“se entregaba en los brazos de
otro” y la comparamos con “se
entregaba a los brazos de otros”
nos percatamos de que no es
gratuito el cambio de
preposición: en la expresión del
novelista quedan ofrecidas
connotaciones que están ausentes
en el segundo enunciado: la
mujer se entrega no a los
brazos, sino se entrega al otro
con un ardor que va más allá del
mero abrazo. Entregarse a los
brazos supone una entrega
superficial y ajena al
compromiso.
Como conclusión, añadimos que
Carlos Guillermo va
introduciendo elementos de gran
expresividad y riqueza
connotativa en un discurrir
aparentemente lineal, aunque sea
una linealidad curvilínea, en
espiral.
3. VALOR HISTÓRICO-PRAGMÁTICO
El autor habla con conocimiento
de causa de unas relaciones de
pareja de nuestro tiempo, con
realismo —de ahí el
desenvolvimiento ficticio—. Da
testimonio, por tanto, de
“intrahistoria”, al modo en que
lo quería Unamuno, “historia de
quienes no aparecen en la
historia”; da testimonio de
nuestra época: una mujer con
cierta actitud liberal que no
tiene inconveniente en recibir a
su exmarido en camisón, en la
propia casa. El texto no nos
refleja el motivo de la visita,
aunque en episodios anteriores
quede de manifiesto, así como
los reclamos de ella y la
expresión de sus opiniones sobre
él.
En otro sentido, se aprecia en
el autor una voluntad de
precisar al máximo sobre las
acciones, consideraciones y
actitudes de sus personajes.
4. NOTAS COMPLEMENTARIAS
Carlos Guillermo Navarro nació
en Utrera (Sevilla). Se licenció
en Derecho. Por razones de
trabajo se trasladó a Málaga,
donde ejerció como personal
técnico del Ayuntamiento. Sus
inquietudes culturales y
creativas lo llevaron, en 1972,
a la creación del grupo de
teatro independiente “Cascao”,
con el que se interpretaron sus
obras El juglar y el silencio
y Érase una vez..., y,
por supuesto, a escribir. Además
de gran cinéfilo, es autor de
las siguientes obras: El
toque de rebato (1999),
Por la ruta de los mares
(2002), Apuntes de una
crónica negra (2006), El
paraíso de las flores marchitas
(2013), El valle de los
Riscos (2017) y en tres
ediciones (1997, 2009 y 2019) el
libro de cuentos Crónicas
Narradas, cada vez con
nuevos relatos. |
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NOTAS
1 García Velasco, Antonio
(1996): Propuestas
metodológicas para el
conocimiento de la obra
literaria. Editorial Corona del Sur,
Málaga.
2 Obra citada y, entre otras,
García Velasco, Antonio (1986):
Método de Comentario de
Texto. Teoría y práctica.
Editorial Librería Ágora, Málaga. |
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Antonio García Velasco
(Fuente Piedra, Málaga).
Escritor, ensayista y
articulista. Licenciado en
Filosofía y Letras por la
Universidad de Oviedo y
Doctor en Filosofía y Letras
(Sección de Filología
Hispánica) por la
Universidad de Málaga. En la
actualidad es Profesor
Honorífico de la Universidad
de Málaga y miembro de la
Asociación Andaluza de
Críticos Literarios. Ha
cultivado la lírica, la
narrativa (novela y cuento),
el ensayo y programas de
informática para la docencia
de la lengua y la
literatura.
Entre sus obras de creación
lírica figuran los poemarios
Fuego sordo (1975),
Marchamar andalusí
(1977), Se rompe hasta la
vida cotidiana (1980),
Des(h)echa la ciudad
(1980), Ulises desangrado
(1982), Demonolatrías
(1985), Amor compiuter
(1987), El libro olvidado
(1988), Escritos
dadaístas o la eficacia y
operatividad del lenguaje C
(1990), Un libro para
el gozo (1994),
Inter-nos (1994),
Lejano siglo XX (1997),
Psilocibina (1998),
Las heridas de amor
(1999), Altos vuelos
(2000), Una carta de amor
(2002), Infinito mar que
es el vivir (2003) y
Hojas ustibles (2005).
De los títulos de su obra en
prosa (novela y cuento),
cabe citar Altos vuelos
(2000), Una carta de
amor (2002), Infinito
mar que es el vivir
(2003), Hojas ustibles
(2005), Amores y
tiempos. Relatos (2014),
Lejano siglo XX. Novela
de ciencia y ética ficción
(2014), Cajón de sastre.
Objetos animados 1
(2015), Profesor de
poesía (2016),
Fábulas de reencarnación
(2016), Memorias de mi
eterna llamarada (2016),
El pueblo de los
misterios. (Trilogía del
misterio) (2017),
Un
dilema de amor. Mucho más
que un dilema de amor ha de
resolver Gustavo, el
personaje de esta historia
(2018)
y Homo Vampyrus. El
eslabón supremo en la cadena
trófica (2019).
De sus ensayos y libros
metodológicos hay que
mencionar el
Método de comentario de
textos y Comentario a “Los
pedazos del sonido”, poema
de Francisco Peralto
(1978), Método de
comentario de textos. Teoría
y práctica (1986),
Enunciado, estructura,
reescritura y función
(1994), Estudios
filológicos con
procedimientos informáticos:
desarrollo, aplicabilidad y
rendimiento de programas en
ordenadores personales
(1996), Poética
(1994), Propuestas
metodológicas para el
conocimiento de la obra
literaria (Ensayos sobre
literatura española actual)
(1996), Análisis de la
poesía de Antonia López
García (con procedimientos
de estilísticas
computacional) (1998),
Un príncipe encantador
(Cuento para niños y niñas
de hasta 99 años),
que incluye un disco con
programa de actividades y
pasatiempos (1998);
Las cien mil palabras de la
poesía de Lorca
(1999); Búhos del 98.
Sobre ideas y literatura de
la Generación del 98
(1999), La mujer en la
literatura medieval española
(2000), La poesía de
Emilio Prados. Estudio y
valoración (2000), La
poesía de Luis Cernuda.
Estudio y valoración ante su
centenario (2005), El
lenguaje de los cuentos
infantiles (2005) y
30 poetas andaluces
actuales. Vocabulario y
recursos (2005).
Ha colaborado en antología
líricas y ensayísticas, como
Poesía andaluza en
libertad. (Una aproximación
antológica a los poetas
andaluces del último cuarto
de siglo) (2001),
Poesía en los barrios
(2001),
Poemas escritos a la vera
del mar
(2004), Estudio y
reflexiones sobre la
Educación social
(participa como coordinador
y autor de un capítulo)
(2004);
Alcazaba. I Muestra de
poesía actual en Málaga,
que incluye un CD con la
antología poética “Bajel
navegando por la poesía
actual en Málaga” (2005),
Poemas escritos a la vera
del mar (2004),
Ensayos sobre Albert Camus.
Clásicos del Siglo XX, 1
(2015), Ensayos sobre
Antonio Machado. Clásicos
del Siglo XX (2017) y
Ensayos sobre Blas de Otero.
Clásicos del Siglo XX, 2
(2017).
Como profesor interesado en
la aplicación de la
informática a la docencia,
ha desarrollado programas de
ordenador para la enseñanza
de la lengua y la
literatura, entre los que
cabe mencionar
Analizador, Métrica,
Cuentos para cuentos,
Poética, Adivina adivinanza,
12 viñetas, ATRIL-e,
Secuencias, ATRIL2-e,
HESCREA (Herramientas de
Escritura Creativa),
Comentario, CreaEjercicios,
CreaDominós, SopaLetras y
Bajel: Navegando por el
cuento de Cencienta,
entre otros. Merece especial
mención Bajel: Navegando
por la Literatura actual en
Andalucía, que fue
distinguido con el segundo
«Premio Joaquín Guichot» a
proyectos educativos.
Ha presentado numerosas
comunicaciones y ponencias
en diferentes congresos
nacionales e
internacionales, publicadas
luego en las
correspondientes actas. Es
autor también de más de
doscientos artículos sobre
temas de literatura, lengua,
crítica literaria o
didáctica, publicados en
prensa, suplementos
literarios o revistas
especializadas. Ha
colaborado como columnista
de opinión en el Diario
La Torre y el Diario
Málaga-Costa del Sol
(con su columna “Marinas”) ,
y en el suplemento dominical
de este periódico, Papel
Literario, con artículos
de crítica literaria. En la
actualidad, y dentro de las
actividades que organiza
ASPROJUMA, coordina y
presenta la sección el «Aula
de Poesía en la UMA», que
tiene como finalidad
presentar autores y obras y
organizar lecturas de textos
selectos.
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GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Trimestral.
Edición no venal. Sección 3. Página 11. Año XIX. II Época. Número 107 EXTRA.
Julio-Diciembre 2020. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2020 Antonio García Velasco.
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