ESTA NOVELA NOS llama la atención por sus dimensiones literarias y por su historia, que nos muestra un mundo bastante cercano que, a pesar de los años transcurridos, no nos obliga a considerarla tan ajena a nuestro tiempo, ni para nosotros.

 

Unos acontecimientos que tienen lugar también después de una guerra provocada por un golpe de estado que fracasó

Con esta historia, podemos saber que se nos está hablando de los tiempos que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, cuando en España imperaba el NO-DO. Tiempos en los que, en este caso, se dio “el toque de rebato” que movilizó, por activa y por pasiva, a toda una población y, precisamente, porque “los cañones producen menos daño que las palabras”.

Esta llamada sorpresiva que, por magnificar los hechos, “saca a todo el mundo de sus casillas”, predispone a la gente a una acción tan espontánea como errática que parece poner “el remedio” a unos hechos, sin saber que puede ser peor que la mismísima “enfermedad”.

Estamos ante unos acontecimientos que tienen lugar también después de una guerra provocada por un golpe de estado que fracasó, ya que se convirtió en una guerra fratricida, que vino a alimentar el cainismo, que se consagró con la ayuda extranjera de regímenes que, precisamente, luego tuvieron los días contados.

Podemos contemplar cómo la ignorancia, adobada por prejuicios, y los miedos, provocados por un régimen militarista y dictatorial, se aliaron para llegar a desatinos que conducían, curiosamente, a la de tomarse la justicia por su mano, pues la venganza, que no la paz, puede ser duradera, porque “las venganzas se enraízan abonadas por el tiempo”.

Son años de servidumbres, de hambres, de religión oficial, de confusiones éticas, de rigidez política, de educación adoctrinadora, en que, además, se carece de recursos para atender debidamente a la justicia.

 

Un pueblo con toda una galería de personajes de perfiles definidos y con contradicciones

En este pueblo, como en todos los pueblos de la época, nos encontramos toda una galería de personajes, que, además de sus definidos perfiles, no por ello dejan de estar sitiados por contradicciones.

Los distintos poderes están bien representados en sus respectivos personajes, aunque no son ajenos a las ataduras de sus propias historias y vivencias.

  

CARACTERÍSTICAS BIBLIOGRÁFICAS

Título: El toque de rebato

Género: Drama social. Histórico. Biográfico

Editorial: Independently Published

Idioma: Español

Año de publicación: 2020

Número de páginas:  763

Formato: Tapa blanda. 15.24 x 22.86 cm

ISBN-13: 979-8685366757

ASIN: B08HTG64JL

  

  

Incluso las fuerzas de la naturaleza resultan sensibles y se rebelan, al parecer, ante las malhadadas acciones de un personaje que parece predestinado al mal, lo que refuerza su persecución, por aquello de que “a mala hierba, buena poda”, aunque se trate de un inocente. Y todo porque se supone que los desastres éticos provocan la cólera divina.

La mayoría silenciosa, que raramente alza su voz ni en la taberna, parece no querer saber nada, y es aducida a una interpretación prejuiciosa y simplista de los acontecimientos.

Aunque, como siempre, no faltan las mentes claras que abogan por la bondad del protagonista, el ruido de fondo hace crecer todas las sospechas hasta hacerse oficiales. Por aquel tiempo no es nada extraño que “se tocase a rebato para darle caza”.

“A las insumisas a la asonada del toque de rebato, mujeres feministas, les vino a sus mentes que era llamativa la tirria que profesaban a quien soportaba la designación como chivo expiatorio. Alguien tenía que cargar con las culpas y quién mejor que el que carece de inteligencia para defenderse” y que huye atolondradamente, ignorando que hasta en la cárcel se está mejor que en el cementerio.

En esta historia más de uno desconoce las trampas que le prepara la civilización. “Con todo, no es conveniente entrar en el nudo central de la misma (historia) ni anticipar finales cromados ni cachitos de los acontecimientos a exponer que conduzcan a empequeñecer esta narración”, como afirma Carlos Guillermo Navarro.

Desde la primera página nos sensibilizamos por el ritmo del texto que se nos antoja claramente ternario.

 

Crónica narrada con ritmo y gran riqueza de figuras de dicción y de pensamiento

Esta rica crónica se conforma sobre “una figura señera” que se suele dar y mover en diferentes lugares: “villas, aldeas y pueblos”, lo mismo que en distintos tiempos: “habían nacido en días, años y polos opuestos”. También siguen este ritmo las calificaciones como en: “aparenta ser más real, más arisco y más mandón”, como la anotación de acciones: “porque están para servir, vigilar y protegernos”.

Este ritmo acoge desde palabras sueltas, como acabamos de ver, hasta las frases más desarrolladas y complejas, que nos permiten percibir una visión panorámica y totalmente explícita: “La muerte amasó el odio, esquilmó la bondad y avivó las pasiones” en que se personifica a la misma muerte.

También, el retrato se puede definir con este ritmo: “Era de facha descuidada, de palabras no académicas y atea por convicción”, así como cuando nos ofrece una etopeya en estos términos: “Un hombre sin creencias, embrutecido y de nulos sentimientos”, así como también en “Es un pan bendito, un alma buena e incapaz de hacerle daño a una mosca”. A veces, nos apunta descripciones tan llamativas como “Se alzaba el campanero en un alarde de valentía, temeridad y ajustada técnica”.

  

   

Carlos Guillermo Navarro (Utrera, Sevilla) pasa su infancia en el colegio salesiano Nuestra Señora del Carmen de Utrera. Se licencia en Derecho por la Universidad de Sevilla. Sus primeras incursiones por el mundo del arte discurren por el sendero del teatro. Así, en 1972 funda el grupo de teatro Cascao (1972), que representa sus obras El juglar y el silencio, que versa sobre la emigración del campesinado y Érase una vez, recorrido por la Historia a través de los cuentos de hadas. Representa asimismo una obra infantil de inspiración propia, titulada Yipi yu, yipi yu, yipi yu.

  

Cuando toca y define un extraño futuro, nos muestra: “Hasta introducirse en un laberinto de cucas andanzas, de adversa fortuna y de profesión tan antigua como los humanos”.

No abandona este ritmo en una difícil situación de desatino: “Sus sensaciones no estorbaban a su educación vieja, a su religión sacrosanta ni a su entroncado provincialismo elitista”.

No nos falta una visión escatológica que “creaba una atmósfera mortecina de profundis clamavi, de una invocación sobrecogedora, de regreso al polvo de donde surgimos”.

Un presente angustioso queda sellado con: “esta suspicacia que me invade, me atemoriza y aflige”. Tampoco se libran de esta cadencia de fondo los dichos populares; “Con paz, orden y seguridad la guerra haz de ganar”.

Incluso cuando se toca una referencia académica deja de asistirnos este ritmo: “Por la tarde destapaba el frasco de metáforas, refranes y aforismos”, dejándonos, a su vez, una metáfora en ello. Otras veces nos facilita una ojeada por la parte sufriente de la sociedad: “Enemigos los tiene a manta: los que buscan un mendrugo de pan, un tabuco donde aposentarse o una esmirriada hoja de parra para vestirse”.

Tampoco se libran, aunque sea indirectamente, de este tipo de tirada los estamentos, por así decirlo: “Por sus padres no abrazaba ninguna religión ni apostaba por ningún gobierno ni consentía señor que se le subiera”. Igualmente, otras veces nos presenta una insistencia: “y para remar juntos, te pido, te ruego, te suplico” (con su asíndeton).

En este mundo, tan vivamente agitado que se nos presenta, no podían faltar las personificaciones, que nos muestran la intervención de seres inanimados como verdaderos agentes. Así, nos llama la atención cuando “llevaba a cuestas las arrugas con las que la había azotado el destino, castigándola”. También nos sorprende que nos diga “para que sepamos de donde cojean los malos tiempos y las libertinas frivolidades” o “qué aborrecible tiempo que maniataba los designios de los vecinos” o que “la ponzoña germina dentro de uno” o que “sollozaba la veleta”, “la brisa abanicaba el día”, “el sol castigaba de lleno”.

Estamos ante un mundo pleno, cargado de sorprendentes adjetivos y, sobre todo, de una amplísima gama de epítetos, palabra esta que nos encontramos varias veces, como en el caso de “se deshizo en epítetos de mal talante”.

Así, nos llaman la atención desde los epítetos más sencillos como en “terriza senda” y “terroso carril” como los de más calado, como en “Ciencia del primitivo refugio de los oídos sordos” y como  “el apacible don del olvido”, joyas estas que son de descarada actualidad política y judicial.

Tampoco nos faltan los que introducen un oxímoron como en “chocante distancia” o “estancada evolución” o “matinal ocaso” ni los que nos resultan redundantes, como en “laberíntico extravío” ni los tan paradójicos como en “cruel sabiduría” o “cerril puntualidad” ni el tan delicado “insinuante tristeza”.

Con los epítetos nos sirve en bandeja imperceptibles dilogías como en “se le respetó por su “afilada... escritura”, así como sinestesias, como en “sonrojado cuchicheo” y también tautologías, como en “su ferviente fe” y “buena samaritana”.

Por supuesto que dada “la gloriosa época”, que debería ser mejor conocida por todos, no podía estar ausente la referencia memorial de la “heroica cruzada”. Además, esta obra nos presta comparaciones que nos resultan originales, como en “hablaba en susurro, como bajo palio” y “los zapatos pesaban como un barreño de agua”.

Nos presenta imágenes: “llovía como ningún campesino suplica” o “convive con nosotros como una espina bajo la piel” o “no se le paraba nadie como estando a pique de hacerse monja de clausura” o “el odio y el amor caminaban por sus venas como un lento resbalar de lava” o “Como un alud por repecho inclinado arrasó cuanto se puso por delante” o en la misteriosa “Tan unida (a él)  como las sombras que solemnizaban los olivos”.

Tampoco nos pueden faltar fuertes metáforas como “El público se puso la bata astrosa de la miseria” o “con estilete punzante de los dichos populares”. Nos llaman la atención algunas metonimias como “Usted es hombre de techo” o “entregarse a los tricornios de charol”.

  

   

Carlos Guillermo Navarro aborda la narrativa en 1970, género en cuyo marco se desenvuelve con soltura y donde escribe su primer libro de relatos,  Crónicas narradas, edición primigenia que sólo abarcará 10 relatos, que luego ampliará a 16, para recoger el material publicado en tres década 1960, 1970, 1980. La compilación volverá a ver la luz en otra reedición de 2019, en la que ahora aparecen todos los cuentos que ha publicando en 1977, 2009, 2019.

  

No faltan los dichos populares, un guiño de humor y referencias a temas sociales

Podemos ver también cómo esta obra recoge infinidad de dichos populares, que un día sí y otro también, van aflorando casi sin descanso. Así, nos encontramos: “A buenos servidores, mejor amo”, “Más papistas que el Papa”, el inesperado “Daba la talla de un suspiro”, así como los tan conocidos “sacar las castañas del fuego”, “Echar tierra al asunto” o “En el reino de los ciegos el tuerto es el rey”, que se clavan en sorprendentes momentos de esta compleja y trágica historia.

No nos faltan los guiños humorísticos, que tanto son de agradecer en esta extensa obra, como: “Hasta la taquilla se había pintado de color caqui... y daban ganas de cuadrarse”, “Aquel recato que le producía tortícolis” o “Había tenido a los grises tan cerca que todavía olía a uniforme”. Tampoco falta, como autor omnisciente, que nos apunte la reflexión del farmacéutico, la noche del robo en la farmacia o el uso de hipérboles como: “¡Qué ocurrente! ¿Has comido lengua o te has tragado un libro?”.

El tema de la educación en aquellos años en los que era casi imposible ver un compañero gordito en la escuela, aunque genéticamente estuviese dotado para ello, sale a relucir, cuando nos habla del maestro como “introductor de la sabiduría a reglazos”, así como en: “No es que yo crea en ello, pero si te lo meten de chica, notas como un ahogo”, y en “¿Crees que se puede cambiar lo que la naturaleza ha descuidado? Como también en “Si (la familia) se hubiese vareado con la mano de un hombre, otro gallo cantaría”. Tampoco podremos olvidar que “En la cárcel, donde aprendió esas cosas que, aunque siendo rebelde, no se aprenden en las calles”. Tampoco nos puede servir de consuelo el “sin haber calentado bancos en la escuela” porque “no hay mejor escuela que la pobreza”.

En este ambiente, no pueden faltar las referencias, como las que vivimos en aquellos años, a “las fuerzas vivas” ni al “orden nuevo” (cuyo logo pudimos ver durante bastante tiempo plasmado con un cuidado y definido grafiti en la puerta de un colegio concertado religioso), pues “para formar, la educación se implanta con la tradición... cortando por lo sano... abrir espitas de cuarteladas... para que estalle la sociedad... en la que resuena por el imperio hacia Dios”. También jalonan esta historia diversas referencias a la atadura sacramental del matrimonio. Así, también se reconocen “los incrédulos tiempos que corren”.

Con perspectiva, somos conscientes de que la vida es azarosa y nada justa. No todos los que la hacen la pagan y “las leyes son pasatiempos de políticos ungidos como dioses” y que, a veces, “la justicia se deja de llevar de pronósticos y no repara debidamente en los hechos”. Lo que los humanos podamos remediar está por ver. “Por ser demasiado rectos, podemos sobrepasarnos y de una simple actuación desafortunada hacer un auto de fe inquisitorial”. “Hacer las cosas dentro de la ley no daña”.

 

El autor hace uso incluso del lenguaje cinematográfico

No nos es permitido dejar pasar que en muchos momentos nos llame la atención el lenguaje cinematográfico como “Tuvo un fundido en negro”. Sin embargo, tenemos más, porque, en un relato de tantas imágenes, no nos faltan las imágenes de los espejos, como así tampoco los breves apuntes como “tiró calle abajo”.

Entre los planos que nos pone delante podemos apuntar algunos. Así, estamos ante muchos planos secuencia que atienden tanto a los adoquines, empedrados y carriles, así como a los atardeceres, anochecidas, riadas... sin olvidarse de las luces naturales como “los primeros rayos”... Tampoco nos faltan las presentaciones de los personajes ni los movimientos de cámara al hombro como los planos de conjunto en muchos momentos de entrada y salida de personajes. Notamos los planos medios de la taberna y su cristalera. No podemos olvidar los contrapicados de la torre de la iglesia. Nos obliga a contemplar de cerca escenas cotidianas con primeros planos como “El paraguas que había dejado en el recibidor, apoyado en su varillaje, para que escurriera”.  Y tenemos que hacer mención del gran primer plano o plano detalle, tan sorprendente como imposible de olvidar, de la medalla de la Virgen del Perpetuo Socorro que llevaba al cuello, plano cargado totalmente no sólo de elementos religiosos, sino también enredado de sentido ético y social.

  

   

Entre otras novelas, Carlos Guillermo Navarro es autor también de El toque de rebato (Málaga Digital, 1999, y Amazon, 2020), objeto de estudio en este escrito, Por las rutas de los mares (AyPEd, 2002), Apuntes de una crónica negra (AyPEd, 2006, Amazon 2022), El paraíso de las flores marchitas (Guadalturia, 2013) y Estupor.5 (Ediciones Algorfa, 2022), su última creación, una novela negra con tintes de thriller, poliescrita a 5 plumas por Antonio García Velasco, José Olivero Palomeque, Juan Pérez Pozo y Antonio Porras Cabrera.

  

Aunque las novelas parecen tener un sentido objetivo y épico, nos damos cuenta de las dimensiones dramáticas y hasta líricas de esta obra.

El epílogo nos toca muy de cerca, pues no hay más que ver el comportamiento de las personas que, al parecer, no han entendido nada, porque por estar aferradas a tantas pantallitas, se dejan llevar de memes y bulos, y precisamente por ser cortos de vista, aunque vivamos en tiempos de libertades.

El alcalde se retiró, “porque dentro de la democracia, con tanto opinar, no se puede trabajar. Además los votantes quieren cambios sustanciales cifrados (sólo) en caras nuevas”.

 

A modo de conclusión

En definitiva, la complejidad y densidad de esta obra comportan, aparte del profundo contenido, una provocación léxica (incluso cuantitativa) por su uso de un vocabulario extremadamente amplio, que comprende desde lo más culto a lo más popular. Tampoco nos pasa desapercibida la cantidad de palabras compuestas, algunas, al parecer, de propia cosecha, que nos presenta este gran relato, pues de complejidad se trata tanto en el fondo como en la forma. Estamos ante una obra de tal densidad, que más de una sola página nos serviría para una consideración muy especial.

Ante esta obra, nos resulta obligado recordar lo que, hace tiempo, parece ser que nos dijo Truman Capote: “Para mí, el mayor placer de la escritura no es el tema que se trate, sino la música que hacen las palabras”.

No podremos olvidar nunca lo que nos afirma Carlos Guillermo Navarro, cuando “el cronista de la villa” piensa que “Nunca he sido tan ecuánime como en mi último escrito, pero no basta con relatar los hechos como acontecen, sino que hay que configurarlos como apetecen ser leídos”.

 

  

  

  

  

  

   

   

José María Barrionuevo Gil nació en Málaga, en El Perchel de Santo Domingo, a finales de 1943, en Calle Huerta del Obispo, que hace esquina con la calle Libertad. Pronto dio sus primeros pasos por La Coracha en el único edificio que queda en pie. En 1967, terminó los estudios de Magisterio y ha ejercido siempre de maestro. Amplía sus estudios de Lingüística y Literatura con la licenciatura en Filología Románica, que culmina en 1973 como alumno libre, en la Universidad de Granada. Unos años más tarde se licencia también en Psicología por la UNED.

En su haber tiene un poemario, De todo un poco y 'de nada', que fue publicado en una edición colectiva de la Diputación de Málaga, en 1974. En 1994, publicó un poemario titulado T... A tiempo abierto.

Desde agosto de 2009, colabora con artículos de opinión en los periódicos digitales malaka.es alhaurin.com, algunos de los cuales han visto la luz también en infoLibre, en la sección de Librepensadores, así como en La Crónica. Comarca de Antequera.

   

   

GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Trimestral. Edición no venal. Sección 3. Página 13. Año XXII. II Época. Número 114. Enero-Marzo 2023. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2023 José María Barrionuevo Gil. © Las imágenes han sido extraídas, a través del buscador Google, de diferentes sitios de Internet relacionados con el autor y la novela que el autor evalúa en su artículo. En todo caso, únicamente se usan como ilustraciones. Cualquier derecho que pudiese concurrir sobre ellas pertenece a su(s) creador(es). Diseño y maquetación: EdiBez. Depósito Legal MA-265-2010. © 2002-2023 Departamento de Didáctica de las Lenguas, las Artes y el Deporte. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga & Ediciones Digitales Bezmiliana. Calle Castillón, 3, Ático G. 29730. Rincón de la Victoria (Málaga).