Viento lejano

Encarna Lara

48 páginas

20 x 13 cm

Gráficas Belda

Cuevas de San Marcos (Málaga), 2023

ISBN. 978-84-09-50674-3

 

  

  

  

  

HE LEÍDO CON temblor y pasión el poemario Viento lejano. Luego, con fruición y gozo. Me parece un cancionero amoroso con aires petrarquistas y garcilasianos: esos heptasílabos sonoros y rotundos, esa elegancia de los endecasílabos, esos versos mayores rubendarianos llenos de ritmo.

Viento lejano (abril de 2023) es un poemario que nos atrapa desde el primer verso. Porque en él, nada es lo que parece, pero todo parece lo que es. Es decir, la historia, el relato de fondo, está hermosamente vestido, muy bellamente expresado, pero nunca el lector pierde el sentido de lo que allí se nos muestra y, así, puede vibrar emocionadamente con los sentimientos de amor/desamor del «yo poético» y, a la vez, deleitarse en la expresión, en las imágenes y técnicas literarias que lo conforman.

Por él camina el recuerdo recurrente de un amor esperanzado en sus inicios, apasionado en su materialización y desilusionado en su desenlace. No obstante, el «yo lírico» sale fortalecido y curado de ese viento lejano, de ese amor tan próximo en la lejanía y tan lejos en la cercanía, unas veces en forma de brisa marina, otras en forma de huracán.

La estructura de sus 31 poemas es nítida: 1 + 15 + 15. En el poema que abre el libro, un mar reverberante sirve de azulado marco a la presentación de los amantes. Ella camina por la orilla de la playa en un mundo sin amor, y él, herido por el viento, se hace presente como un espejismo. Y lo que era un recuerdo lejano se convierte en un encuentro.

En los 15 poemas que siguen nos presenta el germen de ese amor en la mirada, su destino inevitable hasta llegar al abrazo, su deseo incontenible y el encuentro «conquistando palmo a palmo la tierra de mi débil corazón» y nos anticipa su fracaso y su imposibilidad porque, después, hubo que lamentar tantos abrazos. Y de aquella batalla quedó vencida, podada y quemada, como por un rayo incesante miguelhernandiano, y cerrada a otras aventuras amorosas. «Las trenzas de una niña se ahoga(ro)n en el agua».

Los últimos 15 poemas nos evocan la muerte de ese amor tan niño y apenas nacido. Pero, como en Garcilaso, son los objetos, las prendas por mi mal halladas, los que le recuerdan el doloroso naufragio de ese amor que le hace vivir siempre como a la deriva. Y el poemario se llena de términos negativos (morir, mendigo, nada, naufragio...).

El pasado persiste atrapado «en el encaje holandés de los visillos, en esta fría tarde de noviembre, en el recuerdo de tus ojos y en el amable rescoldo de tu risa». Hasta que, por fin, esa noche oscura del alma (la huella que dejó ese amor) se transforma en un alba llena de colores y de vida y en un canto sublime, exultante y amoroso a la naturaleza: hierba, tierra, encinas, caminos, lluvia, espigas, agua. Todo aquello que sabe que nunca le defraudará y que siempre le acompañará. En el penúltimo poema (“Ahora que regresas”) resume el itinerario lleno de altibajos de ese amor que tanta huella le dejó. Y cierra el libro, y no por casualidad, el poema que le da título, “Viento lejano”, en donde queda patente que, ese recurrente recuerdo de un amor fallido, ya no le produce malestar: «Mi mente ya no esquiva la herida de tu olvido».

Intentar resumir el vaivén de sentimientos encontrados en este bello poemario es una tarea no exenta de riesgos. Darle una línea temporal, un antes y un después, a aquello que se agolpa en un instante en el recuerdo, como fogonazos de un flash, es como querer ponerle puertas al campo... del arte lírico.

Soy un lector que ha interpretado, sentido y gozado la poesía de esta pequeña obra de arte. Encarna Lara ha tocado la fibra de sentimientos universales. Sus ecos resonarán, sin duda, en cada lector que se atreva a revivirlos. Pero será cada lector el que tendrá que recrear estos versos si quiere pasar por esta, para mí, gloriosa experiencia.

  

  

  

  

  

  

Juan Manuel Verdugo Arrebola es Licenciado en Filología Románica por la Universidad de Granada, especialidad que concluyó con una Memoria de Licenciatura sobre la vida y obra poética de Salvador González Anaya. Fue beca de investigación en el Departamento de Literatura Española de dicha Universidad, donde, durante los cursos 1975-1977, ejerció como profesor no numerario. Ha sido profesor por oposición de las antiguas UU. LL. y, en la actualidad, es Catedrático de Lengua Castellana y Literatura en la Escuela de Artes y Diseño Gráfico de Málaga.

   

  

  

GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Trimestral. Edición no venal. Sección 3. Página 14. Año XXII. II Época. Número 114. Julio-Septiembre 2023. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2023 Juan Manuel Verdugo Arrebola. Diseño y maquetación: EdiBez. Depósito Legal MA-265-2010. © 2002-2023 Departamento de Didáctica de las Lenguas, las Artes y el Deporte. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga & Ediciones Digitales Bezmiliana. Calle Castillón, 3. 29.730. Rincón de la Victoria (Málaga).