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ESTO DE RELEER las obras que de joven se leyeron aporta
un verdadero placer, no sólo por lo que traiga de
recuerdo de aquellos tiempos, sino por lo diferente que
resulta la interpretación de una novela leída con 20 o
menos años, de lo que ahora se descubre en ella. Durante
los últimos tiempos he participado, y sigo en ello, en
diferentes clubs o grupos de lectura, de la mano de mi
amiga María Jesús Albarracín, en el Ateneo de Málaga, o
en el que en estos momentos estamos organizando dentro
de las actividades de ASPROJUMA.
Cuando se es joven y no se tiene el bagaje y la
trayectoria vivencial que se arrastra en la madurez, las
cosas se ven de forma diferente. Al releer una novela
ahora descubres cantidad de matices e interpretaciones
que antes se pasaron por alto o no llegabas a
comprender. El análisis de los personajes, el entramado
y sus componendas motivacionales, la génesis de las
conductas, la personalidad y la complejidad psicológica
de los protagonistas, una mejor y más justa imaginación
del contexto y los matices de vestuarios, y la mayor
comprensión de la biografía del autor. En suma, una
percepción más completa de la obra y de sus mensajes en
conjunto.
Hoy quiero referirme a la novela de Fiódor Dostoyevski,
Crimen y castigo. Es esa historia alucinante
desarrollada en el San Petersburgo del XIX, capital de
la Rusia zarista. Curiosamente, cuando visité la ciudad
hace unos años, previamente a la pandemia de COVID19 y a
la guerra de Ucrania, situaba muchos pasajes de la
novela con mayor precisión en sus calles y plazas. El
río Neva y sus canales, la avenida de Nevsky, el palacio
Imperial (actual museo Hermitage), la catedral de San
Pedro y San Pablo, etc. |
Pero yendo a la novela, no deja de ser una historia
intrigante, con conductas difícilmente comprensibles,
cargada de personajes marcados por la miseria y
necesidad para su subsistencia, con una amplia
representación de las diferentes personalidades que
pueblan la ciudad y, sobre todo, el barrio. Los
protagonistas: Rodión Raskólnikov es un estudiante
fracasado que subsiste como puede, incluso empeñando sus
pertenencias, o mediante el dinero que le remite su
madre, Pulkeria, pensionista, y su hermana Dunia, con
su trabajo; la usurera, Aliona Ivánovna, que se
aprovecha de la pobre gente para llenar sus arcas,
mientras su hermana, Lizaveta, es una santa mujer;
Marmeládov, un exfuncionario alcoholizado y caído en la
miseria que arruina a su familia, mientras su hija,
Sonia, se dedica a la prostitución para ayudarla; el
pretendiente de su hermana, Piotr Petróvich Luzhin,
sujeto enigmático, frío y trepa, que significa la
salvación económica de la familia, pero implica el
sacrificio de ella por esa causa y, además, se promete
sin contar con su consentimiento hiriendo su orgullo; el
perverso Svidrigáilov, que representa la maldad y la
corrupción, cargado siempre de sospechas; el Juez
Porfirio, que mantiene interesantes debates con
Raskólnikov; Razumijin, amigo de Raskólnikov y sobrino
del juez Porfirio… y, sobre todo, Semiónovna Marmeládova,
mejor conocida simplemente como Sonia, que es la otra
protagonista de la historia, sobre la que recaen las
desgracias, incluido el ejercicio de la prostitución, y
sigue, desde su sumisión, entregándose a los demás,
hasta llegar a enamorarse de Raskólnikov y seguirlo a su
destierro, ofreciéndole una nueva vida en su compañía;
vida que se adivina al final de la novela cuando Rodión
toma conciencia de su amor por Sonia y ve la salida a su
existencia conflictiva y psicológicamente traumática.
La trama tiene su esencia en la convicción de Rodión de
que es lícito el crimen ejecutado por seres superiores,
por líderes y mentes privilegiadas, que lo cometerían
para salvar a la sociedad de una situación deleznable,
de injusticia, o procurarles una mejor vida. Los grandes
líderes, los Napoleones, han cometido asesinatos y
crímenes bajo el convencimiento de que era un mal menor
para conseguir un objetivo superior. Esa idea, descrita
por él en un artículo publicado por una revista, parece
que cuaja en su mente y, ante la miserable y usurera
prestamista, él se siento autorizado para eliminarla y
salvar al mundo de una arpía, por lo que decide matarla,
tras visitarla en numerosas ocasiones y humillarse ante
ella para conseguir empeñar, lo mejor posible, sus
prendas, entendiendo que es justo que él le arrebate su
dinero. |
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El personaje de
la novela, Rodión Raskólnikov,
encuentra en la idea de superhombre la
justificación del crimen que va a perpetrar
en función de la bondad resultante: eliminar
a Aliona Ivánovna, la usurera que se
aprovecha de la pobre gente para llenar sus
arcas; matar a la usurera es, en
definitiva, un acto de justicia
social. |
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Lo consigue, y escapa, a duras penas, sin sospecha del
crimen, pero antes ha tenido que dar muerte a la hermana
de la usurera, que se presenta en la casa, para evitar
ser denunciado. Lizaveta es una buena mujer que muere
como un efecto colateral indeseable y así lo entiende
él, pero eso le hace trastornarse aún más con este
hecho. A partir de ese momento entra en una crisis
cargada de suspicacias, de elementos autorreferenciales,
sospechando que saben que él es el asesino. Por ello,
decide ocultar lo robado bajo una gran piedra en un
solar descampado.
En todo este maremágnum emocional, de crisis existencial
y de conflicto interno ético y moral, acaba descolocado,
enfermo y trastornado su pensamiento. No es el
superhombre que tenga derecho a cometer un crimen, sino
el ser normal que ha de gestionar su culpa y, como
culposo, requiere reparar el crimen. La llegada de su
madre y su hermana, el cuidado y preocupación de su
amigo Razumijin, el conflicto con el pretendiente de su
hermana, las conversaciones con el juez Porfirio, la
aparición del pérfido Svidrigáilov, la muerte de
Marmeládov y el contacto con su familia y su hija Sonia,
conforman un entramado intrigante que mantiene la
atención y la ávida lectura. Resalto su confesión del
crimen a Sonia, por la que ya se encuentra atraído, y la
siembra del amor mediante el acto de ayuda y entrega de
sus ahorros para dar sepultura a su padre, crea un
vínculo especial. La confesión a Sonia lleva aparejada
la culpa por la muerte de Lizaveta, a la que conoce
Sonia y de la que conserva un crucifijo que le entrega a
él como un talismán para que le proteja, lo que abre,
aún más, la puerta del remordimiento por su asesinato.
Decide entregarse, tras ver cómo iba a ser condenado un
inocente que se inculpa del crimen, y someterse al
castigo reparador para purgar su culpa, que asume sin
paliativos, siendo enviado a Siberia a cumplir 10 años
de reclusión y trabajos forzados. Sonia le sigue, pues
su madre, tuberculosa, ha muerto y sus hermanos han sido
ingresados en orfanatos con un importante donativo del
perverso Svidrigáilov, que, en un acto final, ha dejado
su fortuna a los necesitados y se ha suicidado.
Mientras, su madre, Pulkeria, que piensa que se ha
marchado al extranjero, aunque en el fondo sepa la
verdad oculta, ha quedado en San Petersburgo junto a su
hermana, que se casa con su amigo Razumijin. |
La bondad de Sonia se evidencia con los presos, a los
que ayuda escribiendo sus cartas y haciendo de correo en
el exterior, lo que lleva, al final, a Rodión, a tener
conciencia de su amor por ella y empezar a soñar con un
futuro juntos, quedando en el aire, pero sobreentendido,
que, cuando termine su condena, formarán un hogar.
Del autor dijo Friedrich Nietzsche: «Dostoyevski, el
único psicólogo, por cierto, del cual se podía aprender
algo, es uno de los accidentes más felices de mi vida».
Luego, Nietzsche elaboró su teoría del superhombre que
tiene una coincidencia con el planteamiento que
manifiesta Rodión Raskólnikov en el artículo que había
escrito un tiempo antes del crimen en una revista y al
que ya me he referido. También queda manifiesta esa idea
cuando Rodión le dice a Sonia: «Y ahora sé, Sonia, que
tiene poder sobre las personas quien es más fuerte por
su inteligencia y su espíritu. Para la gente, el que se
atreve a mucho es el que lleva la razón. El que más
cosas menosprecia se convierte en su legislador y el más
atrevido es el más escuchado. Así ha ocurrido hasta
ahora, y así será siempre. ¡Sólo un ciego no lo vería!». |
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El proceso de razonamiento que establece con
el juez Porfirio, la toma de conciencia del
mal causado y las diferentes manifestaciones
de los otros protagonistas le hacen ver en
su subconsciente que él no es un ser
superior, sino uno vulgar, despiertan en
él el
remordimiento y aflora el sujeto culposo, el
que entiende la justicia desde el principio
inexcusable por el hombre que infringe la
ley ha de pagar por ello para redimirse. |
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Yo destacaría como elementos más significativos, desde
un punto de vista psicológico, la joven personalidad de
un soñador que va a estudiar a la universidad con el
deseo de triunfo, pero que se ve atrapado en un mundo
de pobreza, miseria y de bajos fondos. Es esa exaltación megalómana que le precede en su proyecto inicial de
vida, la que le provoca su idea de superhombre, de la
justificación del crimen en función de la bondad
resultante: eliminar a la usurera es un acto de justicia
social en el mundo ruso prerrevolucionario del siglo
XIX. Luego, la miseria de su entorno, su incapacidad
para ser insensible ante el dolor y sufrimiento ajeno,
el afloramiento de su bondad ayudando a la familia de
Marmeládov para pagar su entierro, el proceso de
razonamiento que establece con el juez Porfirio, la toma
de conciencia del mal causado y las diferentes
manifestaciones de los otros protagonistas le hacen ver
en su subconsciente que él no es un ser superior, sino
uno vulgar, que no está exento de culpa ante un crimen y
aflora el sujeto culposo, el que entiende la justicia
desde la verticalidad donde el pobre hombre que infringe
la ley ha de pagar por ello para redimirse, tal como
describiría Freud con su segunda tópica y la figura del
superyó años más tarde. Tal vez, como ya he dicho antes,
una circunstancia incontrolada pueda haberle despertado
esa culpa, esa ejecución injusta de Lizaveta que le tira
por tierra el planteamiento. Ya no es la usurera la que
muere para liberar a la sociedad de esa arpía, sino la
buena hermana, la inocente, la bondadosa y trabajadora.
Ello le enfrenta al fracaso del superhombre que se
pensaba, al fallo de su objetivo y despierta el
remordimiento. |
De la fase de creerse superhombre, pasa a otra fase de
verse como un pobre sujeto que ha cometido un crimen,
que ha privado de la vida a Lizaveta y que, para más
inri, hay un sujeto inocente que va a pagar su crimen.
Quiso escapar de la normalidad, de la sociedad a la que
pertenecía, pero surge de su interior la personalidad
oculta que le corresponde por su procedencia
relativamente humilde y le muestra que su delirio de
superhombre no es más que eso, un delirio, y que no
podrá vivir en paz bajo la culpa, sometido siempre a la
suspicacia y la paranoia de ser perseguido y descubierto
por el juez y la policía. Tal vez se dé un fenómeno de
reubicación existencial, un proceso de maduración,
dejando atrás los delirios juveniles para caer bajo el
peso de la realidad social, ética y moral de donde
viene.
Enamorarse de una chica joven, pobre, que ejerce la
prostitución para ayudar a la subsistencia de su
familia, le despierta su propia sensibilidad en su
entorno de referencia. Ese trastorno existencial, esa
búsqueda de su esencia como ser humano, le ha tenido
absorto, desconectado de su ambiente familiar y social,
abstraído en su pensar y en su lucha interna por
identificar y comprender su propia existencia que le
permita salir de ese estado de confusión. Cosa que
consigue cuando un día, tras no venir a verle a la
prisión por estar enferma su amiga Sonia, aflora el
sentimiento del amor para conducir su pensamiento hacia
un proyecto de futuro estable junto a Sonia, ejemplo de
bondad y constancia en su dedicación y principios, eso
sí, una vez que haya purgado su culpa… |
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Antonio Porras Cabrera
nace en Cuevas de San
Marcos, Málaga (1951). En el
año 1967, como tantos otros
jóvenes de la época, emigra
a Barcelona, donde
compatibiliza el trabajo con
los estudios nocturnos de
bachillerato en el colegio
de los Jesuitas de calle
Caspe y, posteriormente, de
enfermería, obteniendo el
título de ATS en el año
1977.
En este año vuelve a Málaga
y sigue compatibilizando el
trabajo con los estudios,
convalidando el título de
ATS por el de Diplomado en
Enfermería a la vez que se
especializa en ATS
Psiquiátrico. Más tarde, se
licencia en Psicología y
completa los cursos de
doctorado.
Participó muy activamente en
la reforma psiquiátrica de
Andalucía de finales de los
años 70 y principio de los
80, desarrollando los
sistemas de atención de
enfermería en la Psiquiatría
Comunitaria, integrado en
los equipos
multidisciplinares. Ha
ejercido durante muchos años
como enfermero en el
Servicio Andaluz de Salud
donde ha ocupado distintos
cargos en el campo
asistencial y de gestión
como supervisor general y
subdirector de enfermería.
Igualmente, ha tenido una
intensa actividad docente en
la Universidad de Málaga en
la que ha sido profesor
titular en la Escuela
Universitaria de Ciencias de
la Salud, de la que fue
subdirector. Tras su
jubilación, sigue con su
actividad docente como
profesor colaborador en la
Facultad de Ciencias de la
Salud. En la actualidad es
presidente de ASPROJUMA
(Asociación de Profesores
Jubilados de la Universidad
de Málaga).
Mantiene una actividad muy
importante de creación
literaria participando en
numerosos encuentros de
grupos poéticos a nivel
nacional e internacional y
publicando en sus
antologías. Escribe
habitualmente en su blog
“Cosas de Antonio” sobre
diferentes temáticas, como
ensayos, reflexiones,
relatos, crónicas viajeras,
poemas, etc. Se define como
librepensador, siendo la
publicación literaria una
forma de expresar ese
librepensar. Ocasionalmente
ejerce de conferenciante.
Además de las publicaciones
propias de su actividad
profesional, ha publicado:
Poesía: Eclosión
(2013); Cuevas de San
Marcos, entre fotos y versos
(2015); UniVersos en
papel (2018) y
Destellos de luna clara
(2021). Relatos: Relatos
y remembranzas (2018).
Ensayos: Microensayos
sobre la vida y las ideas
(2018) y Reflejos de
pensamiento político
(2021). Novela: Micción
imposible, novela corta
bilingüe, inglés-español
(2021); asimismo, es coautor
de la novela Estupor.5
(2022) un interesante ensayo
literario donde cinco
autores construyen un relato
novelístico en clave de
thriller a modo de carrera
de relevos.
En 2022 publica Locos de
desatar. Un relato sobre
sus vivencias durante el
periodo de la Reforma
Psiquiátrica de Málaga
(1977-87) ya aludida, donde
aflora su implicación con la
misma y el componente
ideológico y profesional;
una narración, en primera
persona, que pretende
expresar las vivencias de
aquella etapa para una mejor
comprensión de las jóvenes
generaciones actuales. Su
última publicación ha sido:
Muy reales máximas,
aforismos y apotegmas
(2023), una recopilación de
más de doscientos
pensamientos o aforismos.
También ha publicado en 24
antologías poéticas y en las
revistas Azahar,
Dos orillas, Sur.
Revista de literatura,
Álora la bien cercada y
Saigón… Es columnista
del periódico El Faro de
Málaga. Ha sido premiado
con el primer accésit de
relatos de la Asociación
Malagueña de Escritores; y,
en otros certámenes
poéticos, ha sido
distinguido con el segundo
premio “Poetas de Bailén” y
el tercer premio “Olivo
Mítico”.
Ha sido miembro consultor de
la Cátedra “Francisco
Ventosa” para el Fomento y
la Difusión de la
Investigación en Cuidados en
el ámbito de la Salud Mental
Comunitaria de la
Universidad de Alcalá de
Henares. Ha formado parte
del consejo de redacción de
la revista Presencia
(Enfermería de salud
mental). Forma parte de
numerosos grupos poéticos en
las redes sociales, donde es
especialmente activo, con
varios miles de seguidores
Es miembro de ACE-A, Ateneo
de Málaga, AEESM, ASPROJUMA,
CEDRO y Peña Cultural
Flamenca Juan Casillas, de
Cuevas de San Marcos, donde
organiza el Solsticio
poético.
Distinguido como visitante
de honor de la ciudad de
Piriápolis (Uruguay) en el
17.º Encuentro Poetas y
Narradores de las Dos
Orillas y 7.º Congreso
Americano de Literatura
(2018).
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GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Trimestral.
Edición no venal. Sección 3. Página 1. Año XXIII. II Época. Número 118.
Enero-Marzo 2024. ISSN 1696-9294.
Director: José Antonio Molero
Benavides. Copyright © 2024 Antonio
Porras Cabrera.
Diseño y maquetación: EdiBez. Depósito Legal MA-265-2010.
La imágenes utilizadas tiene el
exclusivo fina de ilustrar el texto
y han sido tomadas de diversos
sitios de Internet en los que no se
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