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EN LA PRIMERA mitad del siglo XX, en todos los países de
habla hispana se produce una irrupción de la Literatura
Infantil. Con traducciones de grandes obras literarias
provenientes de otras lenguas, el desarrollo de nuevos
géneros literarios aplicados al campo de la Literatura
Infantil, la aparición y desarrollo de grandes editoriales
—como la española Calleja aparecido a fines del siglo XIX o
Atlántida en Argentina, para mencionar sólo dos ejemplos—
dedicadas al mundo infantil, y, por supuesto, la aparición
de escritores que toman al niño como destinatario de sus
propuestas, la Literatura Infantil se hace presente.
De una u otra manera, el niño pasa a ser un destinatario
valioso y esa es posiblemente una de las motivaciones para
la aparición en 1909 de El libro ameno de los niños
de Alberto Williams, publicado en Buenos Aires por Gurina y
Compañía editores. |
Williams fue un gran hombre de la cultura que se destacó en
el ámbito de la cultura por haber sido un gran compositor
[1] —creó nueve sinfonías, música de cámara, coral,
canciones y más de trescientas composiciones para piano en
diversos estilos—, además de escribir obras de didáctica de
la música y de compilar este libro.
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La lectura es un hábito de comunicación que permite desarrollar los pensamientos cognitivos e interactivos de cualquier lector.
No sólo permite construir con facilidad nuevos conocimientos,
también ayuda al desarrollo y perfeccionamiento del lenguaje,
mejora la expresión oral y escrita y hace el lenguaje más fluido,
posibilita la capacidad de pensar, da la facilidad para exponer el propio pensamiento y
potencia la capacidad de observación,
de atención y de concentración. |
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Aquí, el libro es distinto, pues, como se ha dicho, Williams
lo compiló agrupando en él diversas obras literarias
procedentes de la cultura española y las agrupa según
distintas tipologías textuales destinadas, desde su
perspectiva, a los niños. Este libro es importante, pues
procede de un intelectual dedicado a otra disciplina
artística y permite observar, por un lado, cuáles eran
algunas de las lecturas que se proponían y qué autores, y,
por el otro, observar cuál era la función que se le asignaba
a la Literatura Infantil en su momento de nacimiento. El
subtítulo del libro, si bien es extenso, anticipa dos
aspectos claves “Cuentos, fábulas, chascarrillos, cantares,
refranes, adivinanzas, preguntas y otras lecturas en prosa y
verso para instrucción y solaz de la gente menuda”. La
primera parte del subtítulo da cuenta de los distintos tipos
de textos literarios que se incluirán, como se verá a
continuación, y la segunda, la finalidad, pues anticipa que
están destinados a la instrucción de los niños, pero,
además, al esparcimiento y el placer.
Las compilaciones de textos literarios tuvieron un gran auge
a inicios del siglo XX en Buenos Aires, donde distintos
especialistas generaban antologías que perseguían distintos
objetivos, como, por ejemplo, servir a la formación de la
identidad nacional, dar a conocer la obra de nuevos
escritores, etc. En este caso, el objetivo es distinto, tal
como se ha señalado en el párrafo anterior, y los
destinatarios de la obra son los niños en general y sus
hijos en particular, pues en la dedicatoria dice:
A MIS HIJOS
Conservad la pureza de vuestro idioma, si queréis que se os
entienda.
Con esta dedicatoria, parafraseando algunos conceptos de
Manguel (2017), Williams está incorporando a sus hijos y,
por extensión, a todos los niños lectores del libro, no sólo
como destinatarios, sino como grandes personajes de la obra
que deberán actuar de acuerdo con un pedido muy especial que
tienen que ver con el cuidado del idioma como un gran medio
de comunicación.
La obra ofrece una miscelánea de textos sumamente
interesantes, tal como se puede observar en el siguiente
cuadro, donde aparecen las tipologías textuales, los nombres
de los textos y los autores de cada uno de ellos. |
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Tipología textual |
Nombre del texto |
Autor |
s/cal
|
El
Padre Nuestro - Cantar sagrado |
|
Fábulas |
Los gatos escrupulosos, El perro y el cocodrilo,
La paloma, Las moscas, La alforja, La serpiente
y la lima, Los navegantes, La zorra y el busto,
El pastor, El asno y el caballo, La lechera, El
ratón de la corte y el del campo, La cigarra y
la hormiga |
Félix María de Samaniego |
El
gusano de seda y la araña, El oso, la mona y el
cerdo, El burro flautista, Los dos conejos, Los
huevos, El pato y la serpiente, El jilguero y el
cisne, La ardilla y el caballo |
Tomás de Iriarte |
El
peral, El pájaro y el niño, La sobriedad del
gato, Las dos famas, El ruiseñor y la calandria,
La rosa y la zara |
Juan Eugenio de Hartzembusch |
La
carambola, De gustos no hay nada escrito |
Campoamor |
Quien más sube, más se expone |
Ruiz Aguilera |
Epigramas |
Saber sin estudiar, Reflexión moral |
Nicolás Fernández de Moratín |
Al
colegio de la villa, Negocio en buen castellano,
Epigrama |
Manuel del Palacio |
Troquemos suertes amigo |
Francisco de la Torre |
Al
doctor Juan Pérez de Montalvan |
Anónimo |
A
la abeja semejante, Silbido es la lengua inglesa |
Juan de Iriarte |
En
la cabeza le dió |
José Cadalso |
A
una dama que se arrebolaba á si propia |
Tomás de Iriarte |
Hablando de cierta historia |
Iglesias de la Casa |
A
Pedancio |
Leandro Fernández de Moratín |
El
amor en venta |
Martínez de la Rosa |
Hay Cresos que con ansia desmedida |
Campoamor |
Valiéndose de las tretas |
Federico Balart |
Juan á Domingo reñia |
Vital Aza |
Cuentos |
Las lágrimas de contrición, Medio pollito, Pico
– pico, Tío Curro el de la Porra, Juan soldado,
Tribulaciones de un remendero, Pico-pico, Las
animas |
Fernán Caballero |
El
podenco |
Cervantes |
El
soldado andaluz y el toro |
Manuel del Palacio |
Economía, El regalo de los reyes, El hijo del
Boticario, La muñeca |
Eusebio Blasco |
Porrita componte |
P.
Luis Coloma |
Chascarrillo |
El
lazarillo y el ciego, La capa del mayordomo,
Quien no te conozca que te compre |
Fernán Caballero |
Lo
mejor del pueblo |
|
La
col y la caldera, El mismo chascarrillo,
Milagros de la dialéctica, Las gafas |
Juan Valera |
El
arroyuelo de las hadas |
Casimiro Prieto |
s/cal
|
El
mismo chascarrillo en verso |
Manuel del Palacio |
s/cal
|
Aventuras de los molinos de viento |
Cervantes |
Chistes |
Lo
que dicen los niños |
Eusebio Blasco |
s/cal
|
Aventuras de los carneros |
Cervantes |
s/cal
|
Una burla de Pablos |
Francisco de Quevedo |
s/cal
|
La
condición |
Campoamor |
Sonetos festivos |
Un
soneto me manda hacer Violante |
Félix Lope de Vega |
A
una nariz |
Francisco de Quevedo |
No
hay regla sin excepción |
Manuel del Palacio |
s/cal
|
Los dos perros |
Vital Aza |
s/cal
|
Escena infantil |
Fernán Caballero |
Anécdota |
Los amigos de Dionisio |
|
Sonetos humorísticos |
Al
túmulo del rey Felipe II |
Cervantes |
Dichos de un andaluz |
Tomas de Iriarte |
Además se incluyen Refranes; Nanas o cantares de
cuna; Preguntas; Cantares morales; Adivinanzas;
Cancioncillas infantiles; Juegos infantiles |
|
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Al observar el cuadro hay algunas cuestiones que llaman la
atención. En primer lugar, la cantidad de textos literarios
que están sin clasificar dentro del índice, en cuyos casos
se colocó s/cal como una manera de identificarlos. Si
bien no es necesario que un compilador clasifique los
textos, como en la mayoría de ellos sí lo hace al considerar
la estructura de la obra, le hubiera dado mucha mayor
coherencia a la publicación, aunque en algunos casos hubiera
resultado difícil, como sucede con la aventura de los
carneros que forma parte del capítulo XVIII del Quijote
de Cervantes Saavedra, que es, estructuralmente, una novela.
Otro aspecto importante es la nacionalidad de los
escritores, pues son todos españoles, con la única excepción
del Padre Nuestro y otros breves textos literarios
agrupados en rondas o juegos infantiles que provienen del
folclore. Posiblemente, alguno de ellos haya sido
reversionado por el propio Williams, pues, como se ha dicho
anteriormente, se dedicó a la escritura de los textos que
formaban parte de muchas de sus obras.
El largo listado de escritores seleccionados para esta
compilación no guarda ninguna relación directa con la
Argentina, excepto Casimiro Prieto Valdés, que nació en
España pero que emigró, hacia sus veinticuatro años, a
Buenos Aires, donde publicó varios libros además de trabajar
en La Nación, La Prensa y El Nacional.
Más allá de esta consideración hay que tener en cuenta la
importancia que la obra pudo tener, pues más allá de que no
hay registros sobre su recepción, no puede dejarse de lado
que en 1909 el número de inmigrantes españoles —junto con
los de otras nacionalidades— era realmente alto, y esa pudo
haber sido una de las razones que lo motivaron a escribir
esta obra, además del hecho de que el socio de Williams en
la editorial Gurina, en equidad en cuanto a la propiedad,
era un inmigrante español. |
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Alberto Williams (Buenos Aires,
1862-Ibídem, 1952) es reconocido como una
figura clave en la música argentina. Fue
fundador del Conservatorio de Música de
Buenos Aires en 1893 y su legado incluye
composiciones, escritos pedagógicos y una
influencia duradera en la música clásica
argentina. Un reflejo de su interés por la
educación y la cultura infantil es "El
libro ameno de los niños", objeto de
este estudio, publicado en 1909 por la
editorial Gurina & Cía en Buenos Aires. |
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La presencia de lo didáctico
Desde sus orígenes, la Literatura destinada a los niños ha
estado vinculada con lo didáctico. Se pasó de una etapa en
la tenía una función admonitoria o de advertencia a otra
donde se proponía, por medio de los textos, cuál era el
modelo de niño necesario para ser parte de la sociedad. Más
allá de algunas excepciones, toda la Literatura de la época
poseía una finalidad didáctico-moralizante y se buscaba por
su intermedio formar distintos tipos de valores. Esta no es
una cuestión para desprestigiarla ni restarle importancia,
pues, en el devenir histórico de la Literatura, ha pasado
por distintas etapas, cada una de ellas con sus
características y con un modelo de lector implícito en sus
obras.
Esta compilación no es una excepción y esa finalidad
didáctica se encuentra presente en toda la obra. Sólo es
suficiente con pensar en algunos ejemplos para observar esta
intencionalidad enunciada en el subtítulo del libro. En uno
de los cuentos, “Pico pico”, su autora, Fernán Caballero,
ofrece un cierre a la historia donde la intención
moralizadora está presente:
En este cuento, niños míos, está representada la codicia en
el afán con el que repite el molinero su pico, pico, y la
fortuna ó suerte en la persona del rey, que á veces ayuda al
codicioso en sus afanes, y al fin aparece la intervención
divina en la muerte, quien con su soplo frío anula los
cálculos y propósitos de los hombres, y desvanece los dones
de la fortuna.
(pág. 48)
Lo mismo sucede con la inclusión del género didáctico fábula
en el libro. Estas treinta y una fábulas fueron escritas por
autores españoles —en algunos casos con influencia del gran
fabulista clásico Esopo— y son una maravillosa demostración
de la pureza del género. Como se puede observar en los
nombres de ellas incluidos en el cuadro, todas tienen como
protagonistas a algún animal. Aquí lo didáctico se observa
por el desarrollo de cada una de las historias y por su
cierre establecido como una característica del género que es
la moraleja, ya sea como un texto aparte o formando parte de
la estructura principal. |
En algunos casos, las fábulas se ponen en relación con
refranes o sentencias, tal como sucede con “El pato y la
serpiente”, que comienza, a modo de epígrafe, con la
inclusión de un refrán que dice Más vale saber una cosa
bien que muchas mal, o en “El jilguero y el cisne”, de
Tomás de Iriarte, que comienza diciendo Nada sirve la
fama, si no corresponden las obras. Por supuesto que
también aparecen en otras secciones del libro los refranes
solos, pero con la explicación del significado que poseen.
Por ejemplo:
Comida y cama y capote, que sustente y abrigue al niño y no
le sobre.
Refrán que enseña la sobriedad y moderación con que se debe
criar a los niños.
El hijo de la gata ratones mata.
Refrán que denota el poderoso influjo que tienen en los
hijos el ejemplo y las costumbres de los padres.
Costumbres y dineros, hacen los hijos caballeros.
Refrán que da á entender que los buenos procederes y
modales, junto con las riquezas, adquieren la atención y
aprecio de las gentes.
(pág. 163)
En esta estructura refrán-explicación se podrían hacer dos
lecturas distintas. Desde la paremiología resulta
interesante la explicación del significado, pero, también,
si se considera el contexto de producción y circulación del
libro, además de que la inclusión es en un libro destinado a
los niños, adquiere un significado añadido que tiene que ver
con aquellas virtudes y comportamientos que se esperaba en
los destinatarios de la obra.
Por otra parte, se observa una fuerte presencia de textos
vinculados con la religión católica, hecho común para la
época, y también porque, en Argentina, como heredera de la
tradición hispánica, hay un fuerte vínculo con la religión
que además adquiere un rango constitucional, pues es la
religión adoptada por el Estado.
La presencia de estos textos didáctico-moralizantes lleva
implícito un modelo de niño en los que todos colaboran en su
diseño. Además de los ejemplos mencionados podría pensarse
en otro de los textos, “Los amigos de Dionisio”, del que no
se menciona ningún autor pero que fue conocido en España
gracias a una versión del escritor romano Valerio Máximo, lo
cual muestra la importancia de la fidelidad y el compromiso.
El modelo de niño implícito en las lecturas al pensarlas
como una totalidad en la obra lleva consigo algunas
actitudes como la bondad, el trabajo, el respeto a los
adultos, no vanagloriarse de los logros ajenos, etc.
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Desde sus orígenes, la Literatura
destinada a los niños ha estado
vinculada con lo didáctico. Se pasó
de una etapa en la tenía una función
admonitoria o de advertencia a otra donde se
proponía, por medio de los textos, cuál era
el modelo de niño necesario para ser parte
de la sociedad. |
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La Literatura Infantil en este libro
Cuando se hace referencia al ámbito de la Literatura
Infantil, es imprescindible tener presente las tres fuentes
que se hallan en su origen. En primer lugar, las obras
literarias de autor que son escritas especialmente pensando
en los niños; luego, las creaciones provenientes del
folclore literario, es decir, las obras de autor anónimo y
de trasmisión oral que forman parte del acervo cultural de
todos los pueblos, y, por último, las obras que los
especialistas denominan “Literatura ganada”, constituida por
aquellos textos literarios que no han sido expresamente
pensados para niños pero que, por su estructura, temática o
recursos de estilo, pueden ser disfrutadas por estos.
En el caso de esta compilación, puede distinguirse, por un
lado, la presencia de textos de origen folclórico, aunque no
se los denomina como tales, como los refranes, las nanas,
las adivinanzas, las canciones y los juegos infantiles. Al
ser de este origen, es posible que los niños lectores
conozcan ya esos textos y se genere así un vínculo entre el
libro y el mundo de sus lectores. Pero, además de estos, la
mayor parte de los textos pertenecen al campo que se ha
definido como “Literatura ganada”. Para pensar en esta
cuestión, no hay que dejar de lado que, en el caso de
Argentina y del resto de los países de América Latina, la
Literatura Infantil estaba recién en su etapa de nacimiento,
pues si esta expresión literaria comienza a crecer en torno
a 1909, época en la que los autores se inician en la
redacción de sus primeros libros dedicados en exclusividad
al público infantil, lo cierto es que, por estas fechas,
todavía no había obras de origen netamente hispanoamericano
como para componer antologías ya que, hasta el momento, la
Literatura destinada a ellos provenía de Europa. Sobre este
supuesto, los autores pueden abarcar en sus antologías el
amplio abanico de obras que va desde el Siglo de Oro español
hasta los inicios del siglo XX. Más allá de pequeños
cambios, se observa que Williams, en total coherencia con el
vocativo destinado a sus hijos de la dedicatoria, se
preocupa por el cuidado del idioma y respeta los modismos y
la ortografía de cada uno de los textos. Esa preocupación es
la que lo llevó, sin dudas, a elegir a algunos de los
mejores escritores españoles. |
En El libro ameno de los niños hay un escritor que
llama especialmente la atención, pues son varios los textos
suyos que en él se incluyen, Fernán Caballero. El nombre
podría pasar perfectamente inadvertido, pero, en realidad,
se trata del seudónimo de una mujer llamada Cecilia Böhl de
Faber y Ruiz de Larrea. Ese nombre, según ella misma lo
relata, lo copió de una ciudad ubicada en la zona de
Castilla-La Mancha.
En el libro, Fernán Caballero es la única escritora mujer
que se incluye bajo un nombre de hombre, hecho que no es
extraño para la época, cosa que contrasta, sin embargo, con
la realidad en Argentina, pues, unos años antes, en 1880,
Eduarda Mansilla publicó el primer libro para niños firmando
con su nombre real ya que, hasta ese momento, había usado el
seudónimo de Daniel. Cabe evocar también a la escritora Ada
Elflein, que publicó con su firma, a inicios del siglo XX, y
durante gran cantidad de años, innumerables cuentos
dominicales en el diario La Prensa.
No hay evidencia alguna de que Fernán Caballero publicase
una sola de sus obras más significativas con su nombre real.
La Literatura de esta española se inserta en la corriente
costumbrista, en la que aborda temas religiosos, con una
gran defensa de las virtudes tradicionales. Curiosamente, en
el libro de Williams, Fernán Caballero es una de las pocas
que, a excepción de los textos folclóricos, hace referencia
al mundo infantil:
- Ea, hijos, á come.
- Qué torpe eres, Colorina. Antes de llamar á comer, se
espuma la olla y se escudilla.
- Pues, mira, hazlo tú mejor.
- Ya se ve que sí.
- Conque no tiene caldo el puchero…
- Y eso, qué le hace boba. No sabes que todo es
mentirijillas
- Pues mejor no juego.
- Ni yo.
- Ni yo.
- Yo tampoco.
(pág. 120)
En este texto, que se llama Escena infantil, la
autora intenta recrear, por medio de una larga escena, los
denominados juegos dramáticos de los niños en los que ellos
desempeñan roles de mundo de los adultos. Más allá de que no
existe un registro, es posible pensar en una escena de
lectura de los niños con este texto de Fernán Caballero,
hipotetizando sobre los efectos que puede haber tenido en
ellos leer situaciones similares a las que se enfrentaba en
su día a día.
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Cierre que nunca es cierre
Cuando se intenta historizar en torno a los orígenes de la
Literatura Infantil, muchas son las pistas que aparecen en
distintos registros materiales o como parte del inconsciente
colectivo. Por el tiempo pasado del momento de circulación
de esta obra, sólo es posible recurrir al primero de los
indicios, el del libro, pero tomándolo como un monumento
arqueológico que es portador de distintos significados que
se han ido desplegando a lo largo del artículo y en el que
intervienen distintos factores que es necesario considerar.
Esta compilación de textos literarios para niños del músico
Alberto Williams es un documento muy interesante que permite
observar, como se ha dicho, una de las tantas lecturas que
circulaban a inicios del siglo XX en el momento que nacía la
Literatura Infantil argentina. |
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NOTA
1. Puede leerse sobre su gran producción musical en:
https://www.historiadelasinfonia.es/naciones/argentina/musica-en-argentina/williams/ |
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REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA
MANGUEL, Alberto (1996): Una historia de la lectura.
Trad. esp. de Eduardo Hojman, Buenos Aires, Siglo
Veintiuno Editores, 2017.
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Marcelo
Bianchi
Bustos
es
Doctor
en
Literatura
Comparada,
Master
en
Enseñanza
del
Español
y
Especialista
en
Literatura
Infantil.
Ha
realizado
estudios
de
Postdoctorado
en
La
Universidad
Santo
Tomás
de
Colombia,
Universidad
Nacional
de
Córdoba
de
Argentina
y
una
estancia
Postdoctoral
en
la
Universidad
Minuto
de
Dios
de
Colombia.
Se
desempeña
como
Profesor
en
la
Universidad
del
Norte
Santo
Tomas
de
Aquino
y en
el
Instituto
Superior
del
Profesorado
de
Nivel
Inicial
“Sara
C.
de
Eccleston”,
instituciones
donde
dicta
Literatura
Infantil.
Particularmente
interesado
en
el
estudio
de
la
relación
que
se
establece
entre
el
niño
como
lector
y el
texto
literario,
es
autor
de
diversos
libros
y
artículos
académicos
en
los
que
se
cruzan
la
historia
de
la
Literatura
Infantil,
la
teoría
literaria
y la
semiótica.
Entre
ellos,
cabe
citar
Hacia
una
historia
de
la
LIJ
argentina
(Editorial
AALIJ,
2023),
El
humor
en
la
Literatura
Infantil
(Editorial
AALIJ,
2023),
La
mujer
en
los
cuentos
clásicos
infantiles,
Cenicienta,
el
cuento
de
los
cuentos,
Al
rescate
de
Constancio
C.
Vigil
y
sus
libros
para
niños,
Gestionar
una
biblioteca
en
el
Nivel
Inicial.
Una
mirada
técnico-didáctica,
La
literatura
y el
Nivel
Inicial,
cruces
entre
literatura
y
educación
y
La
literatura
en
la
escuela.
Reflexiones
didácticas,
entre
otros.
El
profesor
Dr.
Bianchi
Bustos
es
presidente
de
la
Academia
Argentina
de
Literatura
Infantil
y
Juvenil
y
Director
del
Departamento
de
LIJ
del
Instituto
Literario
y
Cultural
Hispánico.
Expositor
en
congresos
internacionales.
Director
de
tesis
de
Maestría
y
jurado
de
tesis
de
Doctorado. |
|
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GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Trimestral.
Edición no venal. Sección 3. Página 15. Año XXIII. II Época. Número 121.
Octubre-Diciembre 2024. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2024
Marcelo Bianchi Bustos.
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