EL MUPE DE ELCHE, REFERENTE mundial en Paleontología
y museo de alta calidad didáctica y elevado nivel
científico aunque no suficientemente conocido,
alberga un único y exclusivo ejemplar completo
fosilizado de dinosaurio en sus instalaciones. La
dirección del centro reivindica la necesidad de
contar con un puesto de paleontólogo oficial
cubierto por oposición, al igual que el MAHE tiene
un arqueólogo municipal.
Gracias al esfuerzo y la dedicación de Ainara
Aberasturi, geopaleontóloga vasca recientemente
nombrada directora, desde que comenzó 2017 el centro
va siendo cada vez más visitado por estudiantes y
especialistas, al tiempo que el Ayuntamiento
ilicitano ha renovado el convenio de colaboración
concediendo un incremento en la subvención anual
respecto a la ayuda otorgada en 2016.
Tanto Aberasturi como José Manuel Marín Ferrer,
presidente de la Fundación Cidaris que sustenta,
rige y coordina al MUPE, coinciden en señalar la
necesidad de que el local de este centro sea
ampliado o bien que el museo se traslade a otro
lugar más espacioso y mejor dotado «porque se nos ha
quedado pequeño, tanto para quienes trabajamos aquí
como para nuestros visitantes, sean estudiantes de
excursión, turistas curiosos e investigadores
especialistas en Prehistoria y Paleontología»,
admiten.
Ainara Aberasturi, directora del Museo
Paleontológico de Elche (MUPE) se licenció en 1977
en Geología y Paleontología por la Universidad del
País Vasco. Tras pasar por varios destinos, se
incorpora en 2011 a la plantilla de especialistas
del centro ilicitano después de conocer en unos
trabajos de investigación y excavación en
colaboración con la Universidad de Alicante, como
responsable de conservación, al entonces director
del MUPE, José Manuel Marín. Los trabajos de
investigación-excavación de Aberasturi en la
serranía alicantina duraron tres años.
Oficialmente, Ainara Aberasturi es directora del
MUPE desde 2016. Se declara enamorada de su trabajo,
de su actividad. Una actividad que, además de
laboral, es pasional y que le debe a sus padres «que
me inculcaron desde muy niña el amor por la
Naturaleza y por todo lo que en ella se halla,
gracias a los paseos, las excursiones, las marchas y
el senderismo que los fines de semana realizábamos
allá en mi tierra, entre verdes prados y
accidentadas montañas del paisaje vasco, lo que
provocó mi curiosidad de niña, y empecé a ir
recogiendo piedras, minerales, fósiles; en
definitiva, a coleccionar…», sentencia
apasionadamente.
No abundan las personas tituladas con la doble
disciplina de Geología y Paleontología, reconoce
Ainara. Sin embargo, no se siente ‘rara avis’ por
ello. Reconoce que desde 1977, en que se licenció,
hasta hoy, a lo largo de estos años, paulatinamente
la Geología y dentro de esta muchas de sus ramas
como la Cristalografía (que estudia los cristales de
rocas), la Gemología (que estudia las gemas, rocas o
minerales que se usan para uso decorativo o adorno
personal) o la Sismología (que se encarga del
estudio de los terremotos) han ido siendo cada día
más conocidas y estudiadas. «Cuando yo empecé a
estudiar Geología, éramos muy poquitos, y nos
miraban como bichos raros. Hoy, afortunadamente, sin
llegar a ser una carrera masificada, es más seguida
que antaño y existen más especialistas que hace
años», asegura.
La directora del MUPE afirma que se están dando
pasos o avances para estrechar la colaboración con
las diferentes Administraciones Públicas vinculadas,
relacionadas o con competencias con el centro
paleontológico ilicitano. Aberasturi manifiesta que,
a pesar de que el MUPE es único en su género en toda
la provincia de Alicante, no posee en plantilla un
puesto de paleontólogo oficial cubierto por
oposición, como los puestos de arqueólogo o
archivero, por poner ejemplos. La directora
considera que se trata de una necesaria y vital
reivindicación, importante para el desarrollo y
mejora del funcionamiento del MUPE. «Las
administraciones competentes, Ayuntamiento de Elche,
Generalitat, Diputación, deben sensibilizarse y
actuar para concedernos este puesto. Si el MAHE
ilicitano tiene un arqueólogo municipal, ¿por qué el
MUPE no tiene un paleontólogo oficial, municipal,
provincial o autonómico?», asevera tajante.
Aberasturi revela que detrás del MUPE, detrás de lo
que se ve, detrás de toda la actividad que bulle en
este centro, existe un efectivo, competente y
entregado o esforzado grupo de voluntarios
altruistas y desinteresados, además de contarse con
un colectivo de asesores científicos,
investigadores, profesores de universidades y
empresas, y con el soporte de una fundación o
patronato que vela porque todo marche bien y todos
funcionen.
En cuanto a la historia o trayectoria del MUPE, en
2003 es reconocido por la Generalitat Valenciana
como museo propiamente dicho como a tal, dejando
atrás la clasificación de “colección” que Marín
Ferrer y unos amigos fueron recopilando a través del
Grupo Paleontológico “Cidaris”, colectivo que empezó
como “amateur” para acabar como profesional,
editando una revista de excelente nivel científico,
colectivo que fue el origen del MUPE. En 2007, este
grupo creó la “Fundación Cidaris” para poder
gestionar, dirigir, coordinar, mantener, soportar y
administrar debidamente el museo.
La directora confiesa que cuesta mucho trabajo y
esfuerzo mantener el MUPE, y que hay dificultades y
necesidades que superar. Principalmente, Ainara se
lamenta de que el programa de actividades tiene poca
e insuficiente dotación presupuestaria, a pesar del
destacado incremento en la subvención última donada
por el Ayuntamiento ilicitano. «El programa de
actividades recibió 24.000 euros del Consistorio,
cantidad que, aunque parezca elevada, no lo es para
un museo de estas características, por lo que nos ha
faltado presupuesto para cubrir lo totalidad de
actividades», explica con pesar. A continuación,
Aberasturi se duele de que difícilmente se sostiene
el sueldo de dos personas que el museo tiene
contratadas. Para la directora es urgente aumentar
las dotaciones presupuestarias, las cuantías de las
subvenciones y las inversiones privadas, por parte
de Ayuntamiento y Diputación, así como de empresas
colaboradoras patrocinadoras. «Hace falta más
financiación y más personal. Antes de la crisis
global, tuvimos hasta 8 personas contratadas
trabajando duro, en secciones varias como
conservación, investigación, excavación, entre
otras», asevera.
«Quienes trabajan en el museo, los voluntarios y los
investigadores, participan en excavaciones para
hallar fósiles sólo cuando hay presupuesto para
ello, y esto no se prodiga demasiado»,
dice Aberasturi. No obstante, el MUPE está mejor
valorado y reconocido en el mundo científico que en
la sociedad en general. A este respecto, el museo ha
realizado trabajos pioneros e innovadores a nivel
estatal, «de hecho, se nos ha encargado al MUPE un
trabajo sobre yacimientos paleontológicos de toda la
provincia de Alicante, lo que demuestra la
importancia, el nivel cualitativo que tenemos y lo
reconocido o valorado que está el MUPE en el mundo
científico», indica orgullosa.
En referencia a la población ilicitana y a la ciudad
que alberga el museo, Elche, resulta harto difícil y
costoso que la totalidad de la sociedad local
conozca el trabajo del MUPE, aún aceptando que se ha
producido un salto cuantitativo con un incremento
notable de visitantes, «hemos recibido unas 1800
personas en un fin de semana, ojalá todos los fines
de semanas del año fueran así», comenta esperanzada.
El grupo de voluntarios es excepcional, califica
Ainara. Martes y jueves se dedican a inventariar y
clasificar activamente. Ellos han concluido 3
colecciones de fósiles completas e inventariadas, de
conchas, almejas y moluscos. Asimismo, muchos de
estos voluntarios, alumnos universitarios de la
carrera de Geología, realizan prácticas en empresas
ilicitanas.
En cuanto al público visitante del museo, la mayoría
es joven: niños, mayormente, un 30% de alumnos de
colegios que visitan el museo en excursiones
guiadas. Las universidades también envían a sus
alumnos, siendo muy importante este colectivo
estudiantil universitario como público asiduo del
MUPE.
Para Ainara queda mucho aún por hacer en el tema
turístico. El MUPE no está suficientemente integrado
en las rutas y guías turísticas. Existe una
estupenda red turístico-museística, pero el museo
paleontológico no está integrado del todo.
Sobre las piezas albergadas, la más importante es el
esqueleto fosilizado del dinosaurio de Níger, único
en el mundo que está completo. «Al enterarse la
comunidad científica mundial de la existencia de la
osamenta fósil de este dinosaurio africano en el
MUPE, nos visitaron muchos investigadores para
valorarlo y estudiarlo in situ,
presencialmente. Lo mismo digo del fósil de ámbar
más antiguo de Europa: lo tenemos aquí, en Elche, en
nuestro MUPE. Al igual que el fósil de un
mosasaurio, un lagarto marino. El más grande de
Europa lo tenemos aquí. Incluso poseemos varios
fósiles de animales marinos de nuestro término
municipal, y los fósiles de un ave-elefante, similar
a un avestruz», enfatiza.
La directora del MUPE asegura que no se está
haciendo inventario de los hallazgos y de los
yacimientos paleontológicos del término municipal
ilicitano. Frente a este hándicap, el museo ofrece
elementos llamativos como las dentaduras fosilizadas
de los antepasados de los actuales tiburones. De
hecho, asegura que «Elche, hace millones de años,
estaba bajo el mar y que una de las dentaduras
expuestas pertenece a un escualo prehistórico de
nuestro término». En Crevillente, informa Ainara,
gracias a un seguimiento paleontológico, se han
detectado restos fósiles de jirafas y elefantes, lo
que aporta una idea de la riqueza prehistórica de
nuestra zona.
Y hablando de proyectos a llevar a cabo, además de
hallar nuevas vías de financiación con la
incorporación de nuevas empresas y el aumento
presupuestario de las subvenciones de las
administraciones, está pendiente iniciar trabajos de
conservación, incrementar la difusión o divulgación
promocional y consolidar la investigación. «Seguir
la investigación del esqueleto del dinosaurio de
Níger es fundamental y publicar las resoluciones
definitivas de esta investigación en la prestigiosa
revista internacional de Paleontología. Realizar las
fotografías tridimensionales del dinosaurio
nigeriano es también una original y llamativa
innovación muy necesaria que nos aportaría más
visitantes», matiza.
El MUPE es sensible con los discapacitados. Sus
miembros son sensibles con estos colectivos
sociales. Este museo fue uno de los primeros,
pionero, en aplicar la rotulación de sus vitrinas,
lejas, estanterías, paredes, hornacinas… con
carteles escritos en sistema Braïlle. De hecho, puso
en activo programas específicos con discapacitados
de la ONCE. «El MUPE está incluido en la Plataforma
de Museos Sociales del Ministerio de Asuntos
Sociales», aclara Ainara.
En definitiva, que en Elche tenemos un museo
paleontológico de primera clase, de calidad,
diferente, único… que ya es un símbolo de identidad
local al que hay que mimar y apoyar. Y su directora,
Ainara Aberasturi, tiene mucha “culpa” de que el
MUPE tenga tanta personalidad propia y tanto nivel
científico.
Muchos éxitos.
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Vista parcial del Museo Paleontológico de Elche, Alicante
(España). |
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