SOY ESA PERSONA impaciente que busca el sol entre
las nubes sin esperar a que se aparten. Soy esa
chica imprudente e impulsiva que mira a su alrededor
preguntándose aún quién es. Soy esa pequeña que
busca la mano amiga que la guíe. Soy ese bebé que
calma su llanto entre brazos que sabe cariñosos. Soy
la cura del dolor de la gente que dañé y soy la
respuesta a muchas incógnitas en sus vidas.
Soy solo una minúscula mota de polvo en el infinito
del universo, buscando su espacio, su lugar… su
hogar. Soy esa alma soñadora que no deja de sonreír
ni cuando llora. Soy la voz que, si quieres, no te
falta y el dulce de un día amargo en el momento en
que lo desees. Soy la tempestad y el vendaval si así
me lo pides. Soy calma en frío y nervio en
caliente... pero busco la nobleza y la serenidad en
una mirada limpia y pura.
Soy lo que soy porque tú me hiciste así. Soy mejor
porque tú llegaste. Y, aunque lejos, ya nunca te
irás. Soy ese inmenso espacio que quieres otorgar a
las cosas buenas de la vida. Soy, a ratos, un
problema, pero siempre tengo solución. Soy sencilla
en mi complejidad y difícil en lo simple. Si te
acercas no hiero ni me aprovecho de ti. Solo
disfruto tu compañía. Si ríes me contagias y, si
llego con ganas de risa, te haré reír hasta que no
puedas más.
Soy el beso que no se da pero que se siente, y soy
el adiós que sabe amargo. Soy el saludo que siempre
esperas que algún día vuelva a sonar. Soy la amiga
que te quiere y te cuida cuando la dejas, que te
ayuda si puede... y que te escribe incluso cuando no
la lees.
Cuando me enfado, siempre es en gran medida por mis
errores, no por los vuestros… no por los tuyos.
Cuando no supe pedir perdón, no era yo, y cuando
lloro por reconocerlo... sí soy yo misma. Cuando
aprendo caigo, y, cuando caigo, me levanto… para
regalar una sonrisa que borre tu preocupación.
Si lo quieres, soy las alas que te faltan para echar
a volar lejos. Y si lo deseas, soy ese secreto que
jamás, ni yo, conoceré de nuevo. Soy la seguridad de
que no estarás solo en el camino. Soy el alma que
vaga ya sin ansia, sin miedo, sin pena o rencor.
Soy...
No te quiero a ti, quiero tu sonrisa, la nobleza
sublime que reina en tu rostro. Solo quiero la paz.
Paz para mí... para ti... para todos. Ahora no
estás, pero sé que volverás para hacerme feliz, lo
sé. Mientras, yo contemplo este cielo imaginario de
futuros aún desconocidos, pero amplios y diversos
como el universo mismo. El mundo entero a nuestros
pies. |