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COMO CADA NOCHE, le esperaba
impaciente asomada a los ventana-les
del gran balcón. El característico
sonido del llavín al cerrar el coche,
era la inequívoca señal de su llegada. Y
allí estaba ella, ansiosa de sentir el
contacto de su piel cuando la
acariciaba.
En los más de cinco años que duraba su
relación, él siempre acudía puntual a su
cita diaria, y para ella, era siempre
como al principio. Sus ojos se
iluminaban como el primer día, cada vez
que sentía sus pasos en el asfalto
dirigiéndose a la casa.
Desde hacía quince días, algo había
cambiado. Desde hacía dos semanas, él se
retrasaba más cada noche. Pero ella
seguía esperando, sentada tras los
cristales, anhelante y deseosa de oír su
voz llamándola cuando abría la puerta de
la calle. Entonces ella salía a su
encuentro con el corazón desbocado por
la ansiedad, ofreciéndose para recibir
sus caricias.
Aquella noche se le antojó interminable.
Las horas pasaban más lentas que nunca,
y comenzaba a sentir cómo su impaciencia
se convertía en angustia.
No conseguía entender el porqué de su
actitud. ¿Acaso se había cansado ya de
ella? Sus ojos tristes y acuosos
contemplaron la oscura calle por última
vez, y decidió irse a dormir.
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Cabizbaja, atravesaba el salón hacia la
cocina cuando le oyó llegar.
Emitiendo un sordo ladrido, corrió hacia
la puerta moviendo alegremente el rabo
y, zalamera, estiró el cuello hacia la
mano que se extendía hacia ella. Él
tenía el semblante sombrío. Después de
quince días de agotadora espera, su
madre había muerto aquella noche.
Cuando él se sentó en el sofá, olfateó
sus pantalones una y otra vez,
percibiendo ese olor peculiar de los
hospitales y saltó a sus rodillas.
—Todo ha terminado, mi preciosa Rufa —le
dijo él—, mientras le rascaba detrás de
sus negras orejas. Y ella, sin terminar
de entender lo que sucedía, recibió
agradecida su caricia…
…Y cerró los ojos. |
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Aquella noche se le antojó interminable.
Las horas pasaban más lentas que nunca,
y comenzaba a sentir cómo su impaciencia
se convertía en angustia. |
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Raquel F. Ródenas Collado
(Utrera, Sevilla, 1956).
Funcionaria del Ayuntamiento
de Aranda de Duero (Burgos),
donde reside desde su niñez,
ha colaborado en las
antologías poéticas
Sueños Secretos, Noche
Soñada, Mar de Nubes y
Vientos del Pasado. Ha
publicado varios poemas y
relatos cortos, junto con
otros integrantes de la
Comunidad Cibernauta “Desde
los Tejados”, dos libros
titulados Desde los
Tejados.com y Desde
estos Tejados.com.
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GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Trimestral.
Edición no venal Sección 1. Página 5. Año XVIII. II Época. Número 103.
Abril-Junio 2019. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2019 Raquel Ródenas Collado.
© La imagen incluida en esta publicación se usa exclusivamente como ilustración del texto, y ha sido tomada, a través del buscador Google, de una base de imágenes gratuita. Depósito Legal MA-265-2010.
© 2002-2019 Departamento de Didáctica de las Lenguas, las Artes y el Deporte. Facultad de Ciencias de la Educación.
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