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LA NOCHE ANTERIOR lo había preparado
todo. La caña, anzuelos, cebo y todo lo
necesario para una mañana de pesca. El
tiempo apuntaba a estable y el sol iba a
lucir en todo su esplendor.
Añadió un par de bocadillos y dos
botellines de cerveza, que luego pondría
a refrescar en el río. Todo estaba
preparado. No le gustaba dejar nada
pendiente para la mañana siguiente y
andar luego a la carrera, y que algo
pudiera olvidarse, como ya le había
ocurrido en alguna ocasión.
Sacó el coche del garaje y emprendió la
marcha hasta el río, que no quedaba más
allá de media hora de viaje.
Cuando llegó, eligió el sitio que le
pareció más conveniente, asegurándose
una buena sombra para el coche. La
ausencia de nubes y la fecha avanzada ya
del verano presagiaban un día de calor.
Desplegó su sillita y una pequeña
sombrilla, que clavó en el fango de la
orilla. Su periódico, y el transistor, a
un lado.
No le gustaba ir a la aventura y sin las
más básicas comodidades. Eso quedaba
para la gente nueva. Él era una persona
organizada, que gustaba de rodearse de
sus comodidades, incluso en un día de
pesca, como era el caso.
Encendió el pequeño transistor. Preparó
la caña con el anzuelo y lanzó el sedal
lo más lejos que pudo. La trompita
del corcho, de coronilla roja, bailaba
caprichosa con el agua, que la llevaba y
la traía, sumergiéndola unas veces y
arrastrándola otras. |
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Preparó la caña con el anzuelo y lanzó
el sedal lo más lejos que pudo.
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Tomó su periódico y se dedicó a hojearlo, por
encima. Es la ventaja de este deporte, que te
permite hacer otras cosas mientras lo practicas.
Además de pensar, y de poner en orden las ideas,
programar los pensamientos... Por esto, en parte, le
gustaba la pesca. Además de que no requería de
grandes esfuerzos. Y él era consciente de estas
ventajas.
El corcho se hundió, salió a flote, se volvió a
hundir y ya no salió. Un fuerte tirón tensó el
sedal. Habían picado. No cabía duda.
Debía ser una buena pieza, y se dispuso a cobrarla.
Sus dotes de buen pescador hicieron que no fracasara
en el intento, y momentos después, un gran pez
estaba fuera del agua, con el consiguiente alborozo
de nuestro amigo, que no cabía en sí de gozo.
Con esfuerzo, porque el pez se debatía tratando de
zafarse, consiguió extraerle el anzuelo, no sin
provocarle heridas importantes.
Liberada por fin la presa de la mordaza, el hombre
la miró con satisfacción y lo arrojó a un lado,
todavía con vida, sobre la yerba que crecía lejos de
la orilla.
De repente, sintió un dolor desgarrador en la
garganta y una insoportable opresión en el pecho le
impedía respirar. Se asfixiaba. De la boca, le
pendía un hilillo de sangre, que le manchaba el
cuello. Luego, cayó de bruces... muerto...
Sí... había probado de su propia medicina. |
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Tomado
de su libro
Relatos
breves y otras reflexiones,
Madrid, 2016. |
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Enrique Arjona Compaña
(Cuevas de San Marcos, Málaga,
1949) se describe a sí mismo
como una persona sencilla y
afable, de carácter abierto y
extrovertido. Autodidacta de
formación, su trayectoria
laboral, que abarca desde 1964
hasta 2007, se ha desarrollado
en la misma empresa, una
multinacional, de élite, donde
ha prestado sus servicios en
sectores como administración,
contabilidad, escuela de
formación y marketing
comunicación. Está divorciado y
tiene dos hijas. Reside en
Madrid desde 1962, año en que
emigró con su familia de su
pueblo natal. Una vez jubilado,
ha descubierto en la narrativa
breve una vía de escape que le
está permitiendo dar rienda
suelta a esa exuberante
imaginación liberadora que pocas
veces se alcanza.
Sobrehumanamente fecundo, en
poco menos de dos años ha dado a
la estampa más de una decena de
libros, de distinto género y
temática diversa, en todos los
cuales,
sin embargo, se recrea a sus
anchas ese espíritu de niño que
tantas veces correteó por unas
huertas nutridas por la fuente
vivificadora del Genil, que, a
juicio de quien redacta estas
líneas, no ha llegado a
abandonar nunca.
Libros de nostalgias vivenciales
y de recuerdos sentidos, entre
sus títulos figuran Relatos
cortos, narraciones y otras
reflexiones, colección de
narraciones cortas variadas
(2016); Incesto mortal,
novela (2016); Una vida
vivida. (Novela cuasi histórica),
novela (2016), Relatos breves
(2016), Relatos breves y
otras reflexiones (2016),
Recuerdos familiares. (Relatos
breves y otras reflexiones)
(2016), La cámara de la
verduga. (Ella y su sótano),
novela, (2016); ¿Solo se vive
una vez...? (Relatos y verso
libre) (2017); El verso
libre, relatos y otras
reflexiones, compilación de
poemas, narraciones y
pensamientos (2017), Mi
padre y su guerra. (Novela cuasi
histórica) (2017) y La Susa (2019), recientemente aparecida. |
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GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Trimestral.
Edición no venal. Sección 1. Página 1. Año XIX. II Época. Número 107 EXTRA.
Julio-Diciembre 2020. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2020 Enrique Arjona Compaña.
© La imagen ha sido tomada de un fondo de imágenes gratuitos de Internet y se usa exclusivamente como ilustración; en todo caso, los derechos de autor que pudieran concurrir pertenecen a su(s) creador(es).
Diseño y maquetación: EdiBez. Depósito Legal MA-265-2010.
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