|
|
EXTRA |
|
|
| |
| |
Dios, a través de toda su
creatura, se comunica con el
hombre: el medio ambiente,
plantas y animales, dan cuenta
de ello. Basta que nos pongamos
en sintonía con los seres que
nos rodean y recibiremos las
respuestas tan claras que no
habrá lugar a dudas.
Nunca estuve tan cerca de la
verdad como ahora, o como cuando
comprendí la grandiosidad de la
obra de Dios. La corriente de
sentimientos entre el hombre y
los seres de la naturaleza es
tan perfecta que nadie puede
sustraerse a ella.
La historia que traigo es prueba
de ello. O, por lo menos,
quisiera que la consideren así,
y como esta, hay muchísimas más
a lo largo de nuestras vidas.
Al terminar de leer estas líneas
me darán la razón.
NINFA ESTELA.
* *
*
|
|
CUANDO VISITO A mis muertos tan
queridos, no me canso de mirarlo
de pie, erguido en el
camposanto… Mi amigo el ciprés,
siempre tan verde, altivo, de
noble estirpe, amigo generoso. Y
sé que suspira... sí, yo lo he
sentido.
En las tardes solitarias, cuando
la nostalgia lastima el alma del
viejo ciprés, he visto su pecho
moverse suave, lentamente, al
exhalar un suspiro muy hondo,
por sus dolores o los míos, por
su añoranza o mis ausencias.
Él es mi amigo, lo sé; está ahí
siempre; me espera, me saluda
con los suaves cabeceos
rumorosos y frescos de sus
ramas; me acompaña en silencio
respetando mi dolor y mi
angustia. Con el movimiento
callado de sus flexibles brazos,
me consuela. Tiene alma, es
blanca y hermosa como la de un
niño. Durante el largo invierno
de esperas y olvidos, está
triste y son lentos sus
vaivenes, acompasados y
lánguidos.
Pero cuando está alegre, lo hace
notar con el tono cambiante de
su follaje, viste colores de
felicidad, como si riera, y
bailan sus brazos. He oído el
tenue murmullo de sus hojas
cuando canta, suena como un
arrullo de palomas de la
eucaristía, delicioso, amable.
Otras tardes, el viejo ciprés
escucha mis plegarias y reza
conmigo, en respetuoso silencio,
con los brazos en cruz. En un
delicado cuchicheo de sus ramas,
hace confidencias. Las más
elevadas dialogan con las
blancas nubes, viajeras
incansables del destino siempre
cerca de Dios. ¡Maravilloso
ciprés!... |
Yo vi cómo alcanzaba
esas nubes con sus
largos dedos,
movedizos y
hermosos,
acariciando la rubia
cabecita de un
querube; eran besos,
que florecieron de
mis lágrimas con las
que tantos días
regué las raíces de
mi viejo ciprés.
Humedad salobre
cargada de amor.
¿Has sentido alguna
vez cuando tu piel
se vuelve
terciopelo, con una
tibieza
indescriptible, que
termina por hacerte
suspirar, porque
dentro del alma se
remueve un escondido
placer? Es un
momento único, de
comunión perfecta
con la naturaleza y
con Dios, su
creador. Yo sentí en
el pecho ese temblor
de incomparable
terneza. El corazón
del querube bajó a
mi alma, y supe
entonces el deleite
inmenso de ese beso
suyo.
Hoy solo vine para
hacerle confidencias
a mi querido amigo.
Nunca le dije
¡Gracias! Gracias
por cuidar a mis
amados que ahí
descansan bajo su
sombra generosa, su
frescura y su
verdor. Por
brindarles compañía.
Por velar sus sueños
cuando el frío
penetra en las más
oscuras hendijas del
alma... ¡Por ser
amigo!...
Hoy estuve ahí,
regando sus pies con
agua fresca, no con
lágrimas. Me abracé
a su tronco con
mucha gratitud por
ser un amigo fiel y
hacerle sentir los
latidos de mi
corazón agradecido.
Y me sorprendió lo
que pasó.
¡Milagro de amor!...
recibí a cambio, de
sus hojas, una suave
melodía que llegó
hasta lo profundo de
mi alma. Sisearon
sus ramas
balanceándose en un
“graciasss” sin fin.
¡Estaba alegre!...
Sí... yo lo he
visto!
Bailaron sus ramas,
danzando al ritmo
acelerado de mi
corazón, comulgando
la alegría de ser
“amigos”. Y no pude
más que decirle
bajito: “Te amo, mi
viejo ciprés”. |
|
| | | |
|
|
|
|
|
Ninfa
Estela
Duarte
Torres
(Ca’acupe,
Paraguay).
Escritora,
poeta y
correctora
de
estilo,
vive en
Asunción
y es
profesora
en
varios
centros
y otros
organismos
docentes.
Ha
publicado
varios
libros
relacionados
con la
didáctica
de la
lengua y
la
literatura,
entre
ellos:
Manual
Práctico
de
Ortografía
(Nivel
Medio),
Caminemos
(Lecturas
para
Nivel
Primario),
San
Lorenzo,
su
historia,
su gente
(investigación
histórica),
El
Chaco,
mi
Patria
(Textos
para la
Comprensión
Lectora),
Mitos
Guaraníes,
cuentos
y
leyendas
(Asunción,
2006),
Duetos y
abrazados.
Diálogos
románticos
(Córdoba,
Argentina,
2005) y
Semblanza
de un
Luchador,
Ciriaco
Duarte
(San
Salvador,
2011).
Además
de sus
obras de
creación,
cabe
citar
las
antologías
compartidas:
Lenguaje
de Pluma
y Tinta
(Ed.
Novelarte),
Colores
en
Tiempos
Literarios
(Ed.
Cenediciones),
Conjugando
las
Artes
(Ed.
Novelarte),
Navegando
Sueños
(La
Barca de
Fredy,
San
Salvador,
2010),
Horizontes
Azules
(La
Barca de
Fredy,
San
Salvador,
2010),
Un
Poema
para
Neruda
(Navegando
Sueños,
San
Salvador,
2011) y
El
Rostro
Secreto
de Eros
(Parnassus,
Buenos
Aires,
2011),
Latidos
del
corazón
(Astrid
Pedraza
de la
Hoz,
Bogotá,
2011),
Poemas
Oceánicos
(La
Barca de
Fredy,
San
Salvador,
2011) y
Mil
poemas
para
Neruda
(Alfred
Asís,
Chile,
2011).
Su labor
creativa
ha sido
galardonada
en los
Concursos
Internacionales
de
Poesía
Cenediciones
y
Novelarte,
celebrados
en
Córdoba,
Argentina,
en
reiteradas
ocasiones.
Puede leerse su producción literaria en los blogs:
«Ninfa Duarte»,
«Mis palabras Azules»
y «Reminiscencias...». |
|
|
| |
|
|
GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Trimestral. Sección 1. Página 2. Año XX. II Época. Número 109 EXTRA. Abril-Diciembre 2021.
ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2021 Ninfa Estela Duarte Torres.
© La imagen, extraídas a través del buscador Google de una base de imágenes gratuitas, se usan exclusivamente como ilustración. En todo caso, los derechos de autor que pudiesen concurrir sobre la misma a su creador.
Diseño y maquetación: EdiBez. Depósito Legal MA-265-2010. © 2002-2021 Departamento de Didáctica de las Lenguas, las Artes y el Deporte. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga & Ediciones Digitales Bezmiliana.
Calle Castillón, 3, Ático G.
29739. Rincón de la Victoria (Málaga). | |
|
| | |
| | |