PUEDE QUE LO sobrecogedor e inesperado de aquel suceso sea la causa que me impidió calcular su duración, pero el hecho de haberlo experimentado y también de que su propósito fue de alguna manera consumado, a partir de aquel instante tanto ella como yo hemos vivido bajo el influjo del insólito acontecimiento.

Acostumbrábamos pasar largas horas juntas, especialmente las noches de los fines de semana, sumidas en diálogos interesantes que casi siempre iban a parar a uno de sus temas preferidos, el ámbito paranormal. Cuando salí al portal a despedirla, eran casi las dos de la madrugada de aquella primavera hace más de treinta años, y en el barrio el sueño de los vecinos no parecía turbarse ni con la cantaleta de los grillos y las cigarras en el placer contiguo al pasaje que ella pretendía franquear para regresar a casa.

La cuadra estaba desierta aquella noche, aparentemente la guardia del Comité, la de las mujeres, establecida en el período de once de la noche a dos de la madrugada, se había retirado antes de hora y el relevo masculino, que debía cubrir el lapso entre dos y cinco de la mañana, brillaba por su ausencia. El panorama era inquietante. No sé por qué razón, al separarnos, cuando ella se dispuso a cruzar la calle, sentí la sierpe de un escalofrío recorriéndome el cuerpo. Un sudor helado bañó mi frente cuando vi cómo luego de haber alcanzado la acera de enfrente con la intención de penetrar en aquella suerte de calleja interior que la llevaría hasta la casa en que vivía con nuestra abuela, mi hermana quedaba paralizada en el gesto de asir la aldaba del portón de madera bajo el cono de luz irradiado por una figura plana y ovalada que se deslizó en la oscuridad, acercándose a una velocidad que se hacía indeterminada producto de un comportamiento inusual que no era posible comparar al desplazamiento de un avión u otro artefacto volador conocido.

Para intentar definir la dinámica de aquel movimiento de traslación como un mecanismo de acercamiento en superposiciones progresivas, podría describir cómo el artefacto espacial pasaba de un plano de aproximación a otro, sin tocar el espacio trazado entre los puntos en que daba la impresión de cumplir infinitesimales descansos, como si al dejar la focalización anterior, apareciera en la siguiente saltándose las leyes de la física o, simplemente, probando que la óptica podía tener sus propios códigos.

Fue así como aquel objeto volante de forma ovoide tan cerca de poder ser definido como un OVNI, alcanzó su objetivo que supuse fuera ella, se emplazó en un punto determinado de la escena y abrió el deslumbrante cono de luz verde claro que bañó su rostro, en el que pude distinguir, con cierta nitidez a pesar de la distancia, una terrible mueca de pavor. Su torso era un escorzo inmóvil de cabeza torcida mirando hacia el lugar donde yo me encontraba de igual forma paralizada. En ese momento, me pareció que su único contacto directo con lo que pudiera llamarse el plano real era el picaporte del portón de madera al que su mano yacía aferrada sin que hubiese podido avanzar en el propósito de tirar de él para abrir la puerta y escabullirse por la oscura garganta que la empujaría al tan añorado lugar seguro, la casa.

Repentinamente, el ingenio que antes había sorprendido al escuálido reducto de paisaje sin vigilancia, levantó el ancla de luz y, de la misma extraña forma en que había aparecido, se retiró, ahora con una maniobra de reversa diferente a la que utilizó al acercarse, para esconderse de nuevo en la negrura del espacio habanero.

Ella, como si regresara de súbito, médula a instalarse en su antigua corteza identitaria, recobró el movimiento perdido, u olvidando quizás —no se lo pregunté—, su intención de cruzar el pasaje. Como el OVNI, ella también volvió sobre sus pasos luego de que el sortilegio del instante lograse en nosotras el tremendo efecto de aquella mezcla de miedo y asombro ante lo desconocido.

En vísperas de atravesar una franja que parecía haberse confabulado territorio fronterizo entre circunstancias reales e inverosímiles, mi hermana pulsó tangencialmente, sin proponérselo, esa molécula de otredad que se origina en la confluencia de ciertas zonas completamente indefinibles. Por fortuna, alguna causa desconocida había interceptado el muon preciso sin el que quedaría cojo el artificio de aquel encuentro al cruzar la calle, y, átomo devuelto a nuestro espacio y tiempo, mi hermana parecía convencida de que una noche como aquella inducía a la consumación de un delito, tal vez al crimen.

Una infusión de hojas de anís de España y caña santa sirvió de acompañante a las tostadas con canela y miel en espera de que el hueco del alba se tragara la noche con sus caprichosas invenciones.

  

  

Ciudad de Miami, 2 de mayo de 2009.

Publicado en La hipótesis del otro, Cuentos de azotea, volumen III, Miami, 2019.

  

  

 

 

Repentinamente, el ingenio que antes había sorprendido al escuálido reducto de paisaje sin vigilancia, levantó el ancla de luz y, de la misma extraña forma en que había aparecido, se retiró, ahora con una maniobra de reversa diferente a la que utilizó al acercarse.

   

   

   

   

   

   

   

   

María Eugenia Caseiro (La Habana, Cuba). Poeta y escritora, reside actualmente en Miami (EE UU). Es miembro electo de diversas asociaciones culturales y literarias como, por ejemplo, la Unión de Escritores y Artistas del Caribe, la Unión Hispanoamericana de Escritores, la Asociación Caribeña de Estudios del Caribe, la Academia de la Historia de Cuba-USA, el Instituto Nacional de Periodismo (INPL) y el Foro Internacional para una Cultura una Literatura para la Paz (IFLAC), entre otros. Asimismo, colabora con la Asociación Canadiense de Hispanistas, la Muestra Permanente de Poesía Siglo XXI de la Asociación Prometeo y la Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE).

Ha sido galardonada con el Premio Publicación La Porte des Poètes 2005 (París), el Premio Estadístico 2006 de Poesía y Relato en el Concurso Internacional Mis Escritos Lanuz (Argentina), la Mención de Honor en el Certamen Internacional de Poesía César Vallejo 2006 (Londres), el Primer Premio (género Cuento) y la Primera Mención de Honor (género Poesía) Artesanías Literarias 2007, el Premio José María Heredia 2007, el Primer Premio Narrativa Artesanías Literarias 2008 y el Primer Premio Poesía Carta Lírica 2011, entre otros.

Entre narrativa, poesía, comedia y literatura infantil, ha publicado más de una veintena de libros, entre cuyos títulos cabe citar: Famous Poets Society (1997, 2000), Hollywood Diamond Hommer Trophy (1998), Nueva Poesía Hispanoamericana (2004, 2005 y 2006), Paseo en Verso (Méjico, 2005), Poesía Femenina Hispanoamericana: El Rastro de las Mariposas (2006), No soy yo (Poemápolis, Bilbao, 2008), Nueve cuentos para recrear el café (Ediciones Equi-Librio, Lion, 2009), obra en prosa en versión bilingüe, español y francés; Escaparate, el caos ordenado del poeta (Editorial Glorieta, Miami, 2011), compilación de varias etapas de su poesía; Arreciados por el éxodo (Imagine Cloud Éditions, Miami, 2013), A contraluz (Imagine Cloud Éditions, Miami, 2016), Antología y Morfología de la Fobia (Editorial Exodus, Barcelona, 2016), Correo de la Mañana, comedia satírica (2018); Galeato por un suicida (2018), El Rapto de Palissy (2019), Sin Caronte en la Barca (2019), Pentagonías (2019), Cuerpo que se deja ir (1) (2019), Comparsa siniestra: Cuentos de Azotea (2019), Cuerpo que se deja ir (2) (2019), La hipótesis del otro: Cuentos de Azotea (2019), entre otros.

Ha obtenido premios tanto en poesía como en narrativa, y ha sido traducida a más de diez idiomas.

   

GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Trimestral. Edición no venal. Sección 1. Página 13. Año XXII. II Época. Número 116. Julio-Septiembre 2023. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2023 María Eugenia Caseiro. © La ilustración que acompaña al texto ha sido tomada del blog "El Lado Oscuro", en la confianza de que ello no supone obstáculo ni plantea problema alguno al titular del mismo: Como corresponde, nuestro más sincero agradecimiento. Diseño y maquetación: EdiBez. Depósito Legal MA-265-2010. © 2002-2023 Departamento de Didáctica de las Lenguas, las Artes y el Deporte. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga & Ediciones Digitales Bezmiliana. Calle Castillón, 3. 29,730. Rincón de la Victoria (Málaga).

   

     

 

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