DURANTE MUCHO TIEMPO estuvo esperando que le llegara la jubilación. Fue varias veces a informarse al organismo del Estado que la provee y, finalmente, algo confundido, le dijo a una abogada que se ocupara de su gestión.

Por fin, luego de varios meses, recibió la notificación de que ya era un jubilado más. Con emoción y dudas realizó en el Banco su primer cobro y pasó por un bar a tomar algo para festejarlo.

Los días siguientes, por indicación de su letrada patrocinante, envió a los institutos donde daba clases la notificación de su trámite cumplido. Las empresas se dieron por informadas y le dijeron que su relación de dependencia laboral se había extinguido y sólo pasara a cobrar lo correspondiente al medio aguinaldo o vacaciones correspondientes.

De improviso, descubrió que algo que nunca había tenido ahora le sobraba: tiempo libre.

Y no estaba preparado para vivir esa nueva etapa ya que había trabajado en muchos lugares desde su adolescencia para subsistir económicamente. Tampoco había en su inconsciente registro de la palabra disfrutar. Había sido testigo de las vidas de su hermano, su padre y su tío, que fallecieron a elevada edad sin haber dejado de cumplir funciones laborales.

Estaba solo, divorciado, con hijos grandes y muy ocupados, como él les había enseñado.

Y, de pronto, un mueble de la casa en el que nunca había reparado demasiado comenzó a ser observado como inesquivable destino. Era como si ella lo llamara. La cama.

Todo empezó con la costumbre de la siesta, pero siguió con cualquier rato en el que tuviera nada que hacer. La cama ya era el espacio vital (por llamarlo así) principal de su existencia.

Se levantaba tarde, desayunaba, y, de nuevo, al lecho. Luego, iba a tomar un café a un bar, y, otra vez, a tirarse un ratito, y así sucesivamente, día tras día. Un rato antes de la cena, un instante de pronto al mediodía, siempre había un motivo para acostarse, cerrar los ojos y olvidar todo, o intentarlo.

Le llamaba la atención percibirse boca arriba con las manos unidas sobre el pecho, como los muertos en el ataúd cuando se hace esa triste exhibición que llaman velorio.

Y, una tarde, decidió no salir más de la cama. Se hundió en ella con todo el peso de sus recuerdos y comenzó a sentir que descendía en un océano profundo hasta llegar al fondo. La cama extendió dos grandes brazos de cada lado y lo arropó, sin dejarlo levantarse.

Seguía viviendo. Lástima esa falta de brillo en sus ojos.

  

  

  

Relato que figura con el número 8 en la miniserie que su autor titula Microcuentos insólitos para entretenimiento y reflexión de los lectores.

  

  

  

  

  

  

   

   

Luis Buero. Psicólogo social, guionista, escritor y periodista. Docente en TEA Imagen, Universidad de Morón y Universidad de Belgrano. Ha impartido cursos y seminarios en ISER y APTRA.

Es autor de diferentes obras para televisión (“Un Milagro de Cristo en la Quebrada”, documental, CANAL 2, San Luis, 1994) y radio (“El Tiempo que Viene”, periodismo, FM Comunidad, 1996). Es, asimismo, autor de los libros “Príncipes y Medias Lunas” (1971), “Cuentodisea” (1975), “El Ultimo Otoño” (1982), “Los celos en los vínculos cotidianos” (2000), ensayo sobre el comportamiento, “Microcuentos insólitos” (2019) y El hombre que quiso desnacer (2020).

En 1999 inicia su trilogía, titulada “Historia de la Televisión Argentina Contada por sus Protagonistas”, que corresponde a la etapa 1951-1996, obra que fue publicada por Editorial Académica Española, por la que fue galardonado con la Faja de Honor de la S.A.D.E. (1983) y que recibió la Mención Especial en la ceremonia de entrega del Premio Martín Fierro 99 de APTRA (Asociación de Periodistas de la Televisión y Radiofonía Argentinas). La obra se continúa con “Historia de la Televisión Argentina Contada por sus Protagonistas, 1997-2008” (2013), segunda parte de la anterior, que, a su vez, fue continuada con “Historia de la Televisión Argentina Contada por sus Protagonistas. 2009-2018” (2020), también publicada por la misma editorial y que constituye la tercera parte de la saga.

Colabora en los diarios “La Nación”, “Clarín (Buenos Aires), “La Voz del Interior” (Córdoba), “La Prensa”, “Tiempo Argentino”, “La Razón”, “Época” (Corrientes), “Norte” (Chaco), “La Mañana Regional” (Daireaux)-La Huella (San Martín), “El Diario de la Mañana” (Escobar), “El Fundador” ( V. Gesell), “Publimetro”, “El Sureño” (Tierra del Fuego), “Cosmopolitan” y Cambio 16” (España), entre otros.

   

GIBRALFARO. Revista de Creación Literaria y Humanidades. Publicación Trimestral. Edición no venal. Sección 1. Página 1. Año XXII. II Época. Número 117. Octubre-Diciembre 2023. ISSN 1696-9294. Director: José Antonio Molero Benavides. Copyright © 2023 Luis Buero. Diseño y maquetación: EdiBez. Depósito Legal MA-265-2010. © 2002-2023 Departamento de Didáctica de las Lenguas, las Artes y el Deporte. Facultad de Ciencias de la Educación. Universidad de Málaga & Ediciones Digitales Bezmiliana. Calle Castillón, 3. 29.730. Rincón de la Victoria (Málaga).

   

     

 

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