Esta serie de poemas, pertenecientes al libro
La Rueca Dorada, fue escrita en el
transcurso del “III Festival de Artes y Cultura
América do Sul”, desarrollado en la ciudad de
Corumbá
—Estado
Mato Grosso do Sul, mayo de 2006—,
encuentro en el que Manuel Lozano representó a
Argentina. Otros textos, incluidos también aquí,
fueron elaborados en Campo Grande y San Pablo.
Corumbá de Todas las Gracias (tal es el nombre
sincrético de la ciudad) se metamorfosea y
universaliza
—a
veces hasta replegarse—
en “Anfiteatro de Todas las Gracias”. Catecismo
negro, la palabra cava su relámpago.
PROPICIATORIO CON UNA GENEALOGÍA DE LLUVIAS
Para Nélida Piñón
Debajo de los tules viene el humo.
Detrás de las puertas me abrigo al sol
de un aliento que sube por mis días.
La memoria de las lluvias ya está aquí:
¿A qué invocar lo exhumado, escalofrío?
Las escamas rasparían el ácido lechoso
donde lees tu orgía, tu ágape, tu llanto.
¿A qué llamar a las matronas de la sumisión?
El miedo es una cerbatana que no arrojo.
El hambre, un río de sonajas vacías
en un cuerpo llagado.
Acaso la araña tenga sed sobre la tierra.
Esta lluvia feral borra las tumbas,
labra mi cuerpo de arder hasta el principio.
¿Es que atisbas un velado nombre bajo diamantes,
el sacerdocio líquido de tus hijos?
Oculto la negra pelambre en este manto.
Entonces mi boca
—la
habitada—
dice
el boscoso amor y su desierto.
CÉFIRO
Un memorial de escombros vuela en este reino.
El velo ingrato colma de heridas
en la ausencia tu tatuaje.
—¿Cómo llegaste al jardín de presagios—,
balbuceas con dibujos, casi rezando.
—¿Con quién gastas el pelaje de un
corazón
con manchas del incesto?
—me
contestas.
Si son raíces las que amparan
la tenebrosa, intolerable claridad de mis
plumas.
Corumbá, 22
de Mayo de
2006.
NADO SOBRE VOLCANES
¿Cuál es el artificio
arrastrándote de boca en boca,
de vestidura en piel,
de estigma en voz,
de cicatriz en acecho (voluptuosa)
hasta el cáliz sucio del espanto?
Esclavo del milagro,
manoseo pelajes, indubitadamente
blasfemo carcajadas:
Desentierro la fiebre.
¡La exasperada rotación de presagios!
Vacío suntuoso.
Alba fogata donde duermes.
¿Que no sabes de su lepra y de sus reinos?
¿Por qué fui el luto lila
en la cara humillante del tirano?
Nadas sobre volcanes.
Te fueron destinadas
las orgías del hambre y del amor.
Corumbá, 23
de Mayo de
2006.
UNA FÁBULA ANTIGUA
Hasta que llegues,
entraría en el muro guardador de las lágrimas,
nítida enredadera.
Con una calcomanía de infierno
prometería convertirte en lince,
en impostora, en madre hiena.
Pero tú querrías fidelísima ser perro
para lamerme las heridas.
Corumbá, 23
de Mayo de
2006.
ODÍLICA
Ese mismo viento cadavérico alberga un rostro
de tierra, de piedra cóncava al sol.
¿No oíste pasar su aliento
como amuleto fluvial de los odílicos?
La huella quiebra el mármol.
En esta cumbre me fulguras.
Corumbá, 25
de Mayo de
2006.
EL ARCO IRIS LUNAR
Con un trineo lila entro en la fiesta, en la
aberrante jungla de los otros.
Mañana será tarde:
No habrá piadosos amuletos transformados,
ni estambres de la sumisión,
ni el paso astuto de alacrán entre columnas
rotas.
¿Qué madrigal de las tumbas muy lejos de las
vidrieras
donde espías al niño velador de tu fósil?
Fósil debajo de las lluvias enceguecidas, fósil
despavoriéndome en rosario de coronas casi
invisibles.
¡Allí llegaste con tu rueca enjambre, vieja de
la escarcha!
Hube perdido el conocimiento de ese mundo falaz.
Tajeé y tajeé y tajeé todas las puertas
mientras subía en el naufragio de mi raza
aferrando contra esta piel las hilachas de un
perfume,
el desvelante corazón de un relicario abierto.
Herido de mandrágora tu pacto.
Miro de nacer por la escondida noche
la perfectísima llaga vagando en los jardines.
Estas genealogías donan el imaginado ácido del
dios
y encienden lámparas de carnaval.
¡Bienvenida la disfrazada de espectro,
carcomida de encantos ridículos tu sombra!
El colibrí traga arena tibia (traída de los
sueños)
para borrar de estas manos los estigmas tan
crueles.
¿Por qué he de volar así?
¿A qué este suavísimo celeste en las tinieblas?
Queda cerca tu adiós.
Ya dejas los cristales rotos, los desprecias
como desprecias la traición del amor antes del
alba.
Sólo el adiós se recupera de este lado.
¿No escupo el fuego de mi sola agonía hasta el
desdoblamiento
de Adán en lepra, de barro en liquen?
¿Es que no asciendo al tiempo de las hijastras
caídas?
No encuentro diluvio hacia arriba
más que el sello de mi profanación.
La luz es impostora.
El traje es impostor.
Quema el silbido de esta boca en los hierros.
MARIONETA EN SUBURBIA
Con cruz de luz enceguecida, a la puerta del
vacío,
ardiéndome sobre las babas de tu historia.
Vamos, nácar deshojado.
El abandono te brota fingida lluvia de piedra.
Que pase este murmullo.
¿Ves desde la cumbre
las parvas de la vasta pantomima?
GENEALOGÍAS
A Gloria Margarita Dávila Espinoza
Porque éste es tu reino:
Pezuñas y pelos y pus sobre las posesiones.
Lo que derramas
ya está escrito en mis ojos.
Lo has visto desde antiguo:
Me palpas, me salvas, me redimes.
Porque éste es tu credo:
Hurgar con las pupilas rojas en la nieve negra.
Lames sin asco el corazón de otra muñeca:
¿Le calientas un ataúd con tus manos?
¿Pero le pintas una puerta silenciaría
para entrar en la fiesta?
La llagada buscaría un hacha de sangre
En el cerebro de una rata.
Porque tuyo es el reino.
Corumbá, 26
de Mayo de
2006.