eleño por
nacimiento y
malagueño de
cuerpo y
alma,
Modesto Laza
Palacios
forma parte
ya de la
historia
intelectual
de Málaga
por sus
investigaciones
científicas,
su ingeniosa
incursión en
la
literatura y
su brillante
labor
farmacéutica.
Aunque por
un breve
espacio de
tiempo,
intervino
también en
la política
local al
proclamarse
la II
República en
1931, cuando
resulta
elegido
concejal del
Ayuntamiento
de Málaga.
Pero Laza
Palacios
destaca
sobre todo
como persona
eminentemente
científica:
a lo largo
de su vida
llegó a
realizar
importantes
estudios en
diferentes
campos,
destacando
los de
geobotánica.
En tal
sentido, son
interesantísimas
sus
investigaciones
sobre la
flora y
vegetación
de las
sierras
Tejeda y
Almijara,
enclaves de
la Serranía
de Ronda, en
la provincia
de Málaga.
Infancia y
juventud
Modesto Laza
Palacios
nació en
Vélez-Málaga,
capital de
la comarca
de la
Axarquía, el
24 de marzo
de 1901.
Siendo aún
muy niño,
tuvo la
desgracia de
quedar
huérfano de
ambos
progenitores.
Esta
circunstancia
motivó que
se
trasladase a
Málaga
capital, a
casa de su
tío Enrique
Laza
Herrera,
hermano de
su padre,
sin hijos y
farmacéutico
de
profesión.
Modesto
cursó con
brillantes
notas el
Bachillerato
en el
Instituto
General y
Técnico de
Málaga.
Concluidos
estos
primeros
estudios,
influido
quizá por el
ambiente en
que se
desenvolvía
su tío
Enrique,
inquieto
investigador
y miembro de
la Sociedad
Malagueña de
Ciencias, se
traslada a
Granada,
donde inicia
la carrera
de Farmacia,
licenciatura
que
concluirá en
la
Universidad
de Madrid.
Primeros
años de
ampliación
de estudios
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Logotipo y sello de la farmacia de Modesto Laza. |
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A partir de
1923, el
joven
Modesto
decide
realizar un
proceso de
ampliación
de sus
estudios
universitarios
asistiendo a
una serie de
cursos
especializados
sobre temas
relacionados
con la
síntesis
orgánica, la
microbiología,
la
bacteriología
y las
técnicas
microanalíticas.
Ultimados
estos
cursos,
regresa a
Málaga para
dedicarse de
lleno a la
especialidad
de análisis
clínicos de
laboratorio,
en cuya
actividad
adquiere
gran
prestigio.
La
fitosociología
de Huguet
del Villar
A partir del
año 1930,
comienza a
estudiar la
flora y
vegetación
de las
sierras
Tejeda y
Almijara,
accidentes
geográficos
de la
Serranía de
Ronda,
adoptando la
«metodología
fitosociológica
de Huguet
del Villar»,
así llamada
por haber
sido
iniciada por
el eminente
investigador
en ecología
botánica
Emilio
Huguet del
Villar
(1871-1951).
Este
procedimiento
metodológico,
que se
revelaba
como el más
novedoso de
la época,
pretendía
aunar las
más
importantes
corrientes
europeas en
el campo de
las
investigaciones
geobotánicas.
Laza
Palacios,
concejal. La
Guerra Civil
Paralelamente
a esta
actividad
científica,
y una vez
proclamada
en España la
II
República,
su
preocupación
social y
política le
lleva a
presentar su
candidatura
en las
elecciones
municipales
del 12 de
abril de
1931,
formando
parte de la
lista del
Partido
Republicano
Radical
Socialista
(PRRS) de
Alejandro
Lerroux, en
las que
resulta
elegido
concejal,
por 885
votos, en
representación
del distrito
32 de
Málaga.
Al iniciarse
la Guerra
Civil en
julio de
1936, los
estudios que
estaba
realizando
para su
doctorado,
que se
encontraban
ya
prácticamente
terminados,
quedan
interrumpidos
por el
obligado
paréntesis
impuesto en
este
enfrentamiento
bélico.
Concluida la
contienda en
1939,
durante un
breve tiempo
sufre
prisión en
Burgos y
luego es
desterrado a
Valladolid,
hasta que,
puesto
definitivamente
en libertad,
puede por
fin, en
1940,
presentar su
tesis
doctoral en
la
Universidad
de Madrid,
cuyo
tribunal le
concede, por
unanimidad,
la
calificación
de
‘sobresaliente’.
A partir de
entonces, se
dedica al
laboratorio
y farmacia
de su tío,
quien,
delicado de
salud, se
retira
voluntariamente.
Su labor
investigadora
La labor
investigadora
de Modesto
Laza es
variada y
prolífica.
En ella
pueden
distinguirse
sus estudios
estrictamente
botánicos,
los de
crítica
literaria y
los
periodísticos,
estos
últimos, por
lo general,
íntimamente
vinculados a
temas
malagueños y
al deseo de
salvaguardar
instituciones
y entornos
particulares
de Málaga y
su
provincia.
Hagamos un
somero
repaso de
los mismos.
Estudios
sobre
botánica
Entre sus
obras sobre
botánica,
merece
destacarse,
quizás por
ser la más
importante,
su
Algunas
observaciones
geobotánicas
en la
Serranía de
Ronda,
publicada en
el «Boletín
de la
Sociedad
Española de
Historia
Natural», en
1936, que
representa
un primer
avance para
el
conocimiento
de la
composición
florística
de la
comunidad de
los
pinsapares;
otro trabajo
suyo es
Notas
geobotánicas
de la
provincia de
Málaga,
publicado
ese mismo
boletín y el
mismo año.
En 1940
aparece su
discurso de
entrada en
la Real
Academia de
Farmacia,
con el
título de
Flórula
farmacéutica
malacitana,
publicado en
los «Anales»
de dicha
institución,
que
constituye
un trabajo
de
extraordinario
interés
científico,
prolijamente
citado por
el profesor
leridano Pio
Font i Quer
(1888-1964),
otro de sus
maestros, en
su
Dioscórides
renovado
(1961).
En 1942 son
publicados
dos trabajos
dignos de
mencionarse:
Notas
sobre un
herbario de
plantas
andaluzas de
don Simón
Rojas
Clemente
y
Estudios
sobre la
flora
andaluza.
En el
primero,
Laza
Palacios
pone de
manifiesto
el origen
del herbario
elaborado
por el
botánico
Simón de
Rojas
Clemente y
Rubio
(1777-1827)
y llama la
atención
sobre el
conjunto de
pliegos que
llevan la
anotación
“Ex
collecione
D.
Clemente”,
y, en el
segundo, una
continuación
del ensayo
anterior,
realiza un
estudio
sobre 545
pliegos de
plantas
andaluzas y
marroquíes
recolectadas
por
Schousboe,
Cabrera,
Haenseler,
Prolongo y
Muñoz
Capilla,
entre otros
estudiosos,
que se
hallaban
archivados
en el
herbario de
la Sociedad
Malagueña de
Ciencias.
|
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Detalle de la fachada de la farmacia y laboratorio de Modesto Laza. |
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|
Por estos
años,
Modesto Laza
publica otro
trabajo
también
interesante,
Pau y la
flora
malacitana,
en el que
recoge
especies,
variedades y
formas
nuevas que
el ilustre
botánico
Carlos Pau
Español
(1857-1937)
había
descrito de
la flora
malagueña,
muchas de
las cuales
procedentes
del
intercambio
de pliegos
que Modesto
mantuvo con
éste todavía
en vida.
A 1946
corresponden
dos trabajos
suyos, el
titulado
Apuntes para
el estudio
de la
farmacopea
popular
malagueña,
aparecido en
la Revista
Médica de
Málaga, y
Estudios
sobre la
flora y la
vegetación
de las
sierras
Tejeda y
Almijara,
publicado en
los «Anales
del Jardín
Botánico de
Madrid».
Estos
estudios
representan
un
extraordinario
esfuerzo de
síntesis de
la flora de
esta zona
malagueña,
pues
constituyen
un
espléndido
catálogo de
541
especies,
entre las
que define y
cataloga
cinco nuevas
para la
ciencia en
general,
además de
citar y
confirmar la
existencia
de siete
nuevos
taxones para
la provincia
de Málaga;
incluyen
también una
síntesis
fitosociológica
del
territorio.
En la década
de los
cincuenta,
Laza
Palacios se
encuentra en
una época
muy
prolífica,
ya que de
esta época
son las
publicaciones
que se
realizaron
en la
revista
«Farmacia
Nueva» con
los títulos
de
Miscelánea
botánica
retrospectiva
y Una
publicación
importante,
referida
esta última
a la edición
por el
Instituto de
España de la
obra La
materia
médica de
Dioscórides,
traducida y
comentada
por el
médico y
humanista
Andrés
Laguna y
Segovia
(1499-1559).
Indagaciones
literarias
Apasionado
por los
temas
malagueños,
en 1950
dirige la
tesis
doctoral de
Manuel
Sánchez
Garro bajo
el título de
Una
farmacia
malagueña
del siglo
XVIII,
que le va a
poner en
contacto con
la
literatura y
que supondrá
el inicio de
sus
incursiones
literarias.
Nombrado
académico
correspondiente
de la Real
Academia de
Farmacia, el
insigne
botánico
malagueño
intensifica
sus trabajos
sobre
crítica
literaria e
historia,
trabajando
siempre en
temas
relacionados
con su
especialidad.
En 1955,
Laza
Palacios da
comienzo a
la
publicación
de una serie
de estudios
en la
revista
«Farmacia
Nueva» que
van a
constituirse
en el germen
de la que
posteriormente
será su más
renombrada
obra
literaria,
El
laboratorio
de la
Celestina,
en la
analiza
todos y cada
uno de los
términos de
la inmortal
obra
referentes a
plantas que
son
utilizadas
para la
preparación
de pócimas y
ungüentos
mágicos. De
esta
publicación
parte la
relación
epistolar
que mantiene
con el
genial
pintor
Picasso a
través del
poeta
barcelonés
Jaime
Sabartés
Gual
(1881-1968),
ya que su
libro,
editado con
el
patrocinio
de la
Diputación
Provincial
de Málaga,
ve la luz
con una
reproducción
a color del
famoso
cuadro La
Celestina
en la
sobrecubierta.
Otras
publicaciones
significativas
de esta
etapa son
La
hidrofilia
hispánica,
en la que
hace una
especial
referencia a
las virtudes
de las aguas
de
Carratraca
(Málaga), y
Los
fármacos
afrodisíacos
en un autor
castizo del
siglo XV,
en la que
continúa un
tema ya
tratado con
anterioridad
en otro
trabajo
publicado en
la revista
«Gibralfaro»
con el
título de
El ungüento
de las
brujas,
en el cual,
tras una
recopilación
de datos
sobre dicho
famoso y
oculto
ungüento,
deduce su
fórmula y
realiza un
comentario
crítico y
científico
sobre las
plantas
utilizadas
en la
elaboración
de dicho
producto;
todo ello,
enmarcado en
un fino
estilo
literario.
Esta
incursión en
el mundo
mágico y
literario no
le aparta en
momento
alguno de la
investigación
botánica.
Era tal la
capacidad de
trabajo
creativo que
desplegó
este
malagueño
que, en
1956, los
«Anales de
la Real
Academia de
Farmacia»
publica
Vegetación
rupícola y
formaciones
frutescentes
de altura en
la provincia
de Málaga,
obra de gran
interés para
la geografía
botánica, en
la que
tipifica
algunas de
las
comunidades
florísticas
más
características
de nuestra
provincia.
Modesto Laza
y los temas
malagueños
Durante los
años en que
simultanea
este tipo de
trabajos con
sus
investigaciones
botánicas,
se despierta
en el
ilustre
farmacéutico
una
ferviente
inquietud
por salvar
de la
destrucción
la entonces
finca de La
Concepción,
abandonada a
su suerte
desde hacía
unas
décadas. Su
clamor llegó
hasta el
punto de
que, en
1956, es
invitado por
el Ateneo de
Madrid para
pronunciar
una
conferencia
al efecto,
la cual fue
publicada
posteriormente
por la Caja
de Ahorros
Provincial
de Málaga
con el
título de
Málaga y su
flora
ornamental.
En ella
esboza una
semblanza de
destacados
personajes
malagueños,
así como de
ilustres
extranjeros
afincados
aquí
atraídos por
las
excelencias
de Málaga,
y, en un
apasionado
afán
propagandístico,
entra un
recorrido
histórico de
la
provincia,
ensalza su
clima y da a
conocer las
maravillas
de la
ciudad, de
tal modo que
la flora
ornamental
de Málaga
aparece al
final de su
conferencia
como tema
forzoso.
Enamorado
del tema
malagueño,
se dedicó en
especial a
la historia
de Málaga y
sus vinos,
lo que pone
de
manifiesto
en 1970,
cuando pone
el prólogo a
la obra
Postales
Malagueñas.
Álbum con
Poesía,
de la poeta
Julia Romero
Porras.
Publicaciones
periodísticas
También
escribe
artículos
para varias
revistas
malagueñas,
entre cuyos
títulos cabe
destacar
«Don Carlos
Pan
Español», en
el
Boletín de
la Real
Sociedad
Española de
Historia
Natural
(1941), «Los
Medicamentos
de nuestros
abuelos», en
Farmacia
Nueva
(1954) o
«Nuestro
Parque», en
Jábega
(1972),
entre otros.
Mérito y
reconocimientos
de Laza
Palacios
|
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Glorieta de Don Modesto Laza, ubicada en el centro mismo del parque de Málaga, en testimonio del grato recuerdo que los mala-gueños profesan a este ilustre humanista, investigador y científico. |
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Entre los
méritos que
hay que
reconocerle
a este
ilustre
botánico
malagueño,
cabe
mencionar,
aunque sea
brevemente,
la gran
preocupación
y deseo
vehemente
que mostró
por la
creación de
un jardín
botánico
para la
ciudad de
Málaga, como
lo ponen de
manifiesto
las
gestiones
que llevó a
cabo ante el
secretario
del Consejo
Superior de
Investigaciones
Científicas,
sugiriendo
la
viabilidad
de adquirir
la finca de
La
Concepción y
la creación
en ella de
un jardín de
aclimatación
y
experimentación
de todo tipo
de plantas,
inquietud
suya que
halló eco en
su momento y
hoy es ya un
deseo
convertido
en realidad.
No hemos de
olvidar los
numerosos
cargos que
llegó a
ocupar con
motivo de su
labor
investigadora,
entre los
que merece
especial
mención su
nombramiento
de Profesor
Honorario de
Botánica de
la Facultad
de Farmacia
de la
Universidad
de Granada,
a la que
había donado
con
anterioridad
un
valiosísimo
herbario con
más de 3.000
mil pliegos,
fruto del
trabajo que
él había
realizado
por las
sierras
andaluzas y
de los
intercambios
que mantuvo
con
renombradas
figuras
botánicas
nacionales y
extranjeras.
En 1963, el
doctor Laza
Palacios fue
nombrado
presidente
de Sociedad
Malagueña de
Ciencias, de
la que lo
fue hasta su
fallecimiento;
en 1965
resultó
elegido
académico de
número de la
Real
Academia de
Bellas Artes
de San Telmo
de Málaga,
y, en 1978,
fue nombrado
presidente
de honor del
III Simposio
Nacional de
Botánica
Criptogámica
celebrado en
Madrid.
Y, aunque
con temas
algo
apartados de
la labor
farmacéutica
y de su
afición a la
geobotánica,
colaboró
asiduamente
en la prensa
local y en
los diversos
eventos
culturales
del Ateneo
malagueño.
Por último,
debe
recordarse
el gran
empeño y la
decidida
defensa de
este
malagueño de
alma en
favor de la
creación de
una
universidad
para Málaga,
Universidad
que,
convertida
en realidad
a comienzos
de la década
de los años
70 y
agradecida a
este hombre
por tan
noble
anhelo, le
concedió a
título
póstumo, en
1982, la
Medalla de
Oro que sólo
otorga a
personajes
muy
distinguidos.
Su muerte
El
fallecimiento
de este
ilustre
veleño
afincado en
Málaga tuvo
lugar en
1981, tras
una larga y
penosa
enfermedad
que lo tenía
apartado
casi por
completo de
toda
actividad
cultural. Su
muerte
dejaba un
importante
vacío en el
mundo de la
investigación
geobotánica
de muy
difícil
relevo por
la
extraordinaria
capacidad
humana,
científica y
cultural que
Modesto Laza
Palacios
poseía, y de
la que,
hasta el
último
momento,
supo dar
cumplida
muestra.
|